PRIMERA LECTURA
Habla, Señor, que tu siervo te escucha
Lectura del primer libro de Samuel 3 1-10. 19-20
En aquellos días, el pequeño Samuel servía en el templo del Señor bajo la vigilancia de Elí.
Por aquellos días las palabras del Señor eran raras y no eran frecuentes las visiones.
Un día estaba Elí acostado en su habitación; se le iba apagando la vista y casi no podía ver.
Aún ardía la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios.
El Señor llamó a Samuel y él respondió: Aquí estoy.
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: Aquí estoy; vengo porque me has llamado.
Respondió Elí: No te he llamado; vuelve a acostarte.
Samuel volvió a acostarse.
Volvió a llamar el Señor a Samuel.
El se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo: Aquí estoy, vengo porque me has llamado.
Respondió Elí: No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel y él se fue a donde estaba Elí y le dijo: Aquí estoy; vengo porque me has llamado.
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho y dijo a Samuel: Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: «Habla, Señor, que tu siervo te escucha».
Samuel fue y se acostó en su sitio.
El Señor se presentó y le llamó como antes: ¡Samuel, Samuel! El respondió: Habla, Señor, que tu siervo te escucha.
Samuel crecía, Dios estaba con él, y ninguna de sus palabras dejó de cumplirse; y todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel era profeta acreditado ante el Señor.
Palabra de Dios
Salmo responsorial Sal 39, 2 y 5. 7-8a. 8b-9. 10.
V/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Yo esperaba con ansia al Señor: él se inclinó y escuchó mi grito.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, y no acude a los idólatras que se extravían con engaños. R/.
V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
V/. Como está escrito en mi libro: «Para hacer tu voluntad». Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.
V/. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R/.
EVANGELIO
Curó a muchos enfermos de diversos males
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron.
Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó.
Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos.
La población entera se agolpaba a la puerta.
Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.
Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: Todo el mundo te busca.
El les respondió: Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido.
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Palabra del Señor
miércoles, 10 de enero de 2024
martes, 9 de enero de 2024
MARTES DE LA PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
El Señor se acordó de Ana, y dio a luz a Samuel
Lectura del primer libro de Samuel 1, 9-20
En aquellos días, después de la comida en Siló, mientras el sacerdote Elí estaba sentado en su silla junto a la puerta del templo del Señor, Ana se levantó y, desconsolada, rezó al Señor deshaciéndose en lágrimas e hizo este voto: «Señor de los Ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de tu esclava, si te acuerdas de mí y no me olvidas, si concedes a tu esclava un hijo varón, se lo ofreceré al Señor para toda la vida y la navaja no pasará por su cabeza».
Mientras repetía su oración al Señor, Elí la observaba.
Ana hablaba para sus adentros: movía los labios, sin que se oyera su voz.
Elí, creyendo que estaba borracha, le dijo: ¿Hasta cuándo vas a seguir borracha? Devuelve el vino que has bebido.
Ana respondió: No es eso, señor; no he bebido vino ni licores; lo que pasa es que estoy afligida y me desahogo con el Señor.
No me tengas por una mujer perdida, que hasta ahora he hablado movida por mi gran desazón y pesadumbre.
Entonces dijo Elí: Vete en paz.
Que el Señor de Israel te conceda lo que le has pedido.
Y ella respondió: Que tu sierva halle gracia ante ti.
La mujer se marchó, comió, y se transformó su semblante.
A la mañana siguiente madrugaron, adoraron al Señor y se volvieron.
Llegados a su casa de Ramá, Elcaná se unió a su mujer Ana, y el Señor se acordó de ella.
Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: ¡Al Señor se lo pedí!
El Señor se acordó de Ana, y dio a luz a Samuel
Lectura del primer libro de Samuel 1, 9-20
En aquellos días, después de la comida en Siló, mientras el sacerdote Elí estaba sentado en su silla junto a la puerta del templo del Señor, Ana se levantó y, desconsolada, rezó al Señor deshaciéndose en lágrimas e hizo este voto: «Señor de los Ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de tu esclava, si te acuerdas de mí y no me olvidas, si concedes a tu esclava un hijo varón, se lo ofreceré al Señor para toda la vida y la navaja no pasará por su cabeza».
Mientras repetía su oración al Señor, Elí la observaba.
Ana hablaba para sus adentros: movía los labios, sin que se oyera su voz.
Elí, creyendo que estaba borracha, le dijo: ¿Hasta cuándo vas a seguir borracha? Devuelve el vino que has bebido.
Ana respondió: No es eso, señor; no he bebido vino ni licores; lo que pasa es que estoy afligida y me desahogo con el Señor.
No me tengas por una mujer perdida, que hasta ahora he hablado movida por mi gran desazón y pesadumbre.
Entonces dijo Elí: Vete en paz.
Que el Señor de Israel te conceda lo que le has pedido.
Y ella respondió: Que tu sierva halle gracia ante ti.
La mujer se marchó, comió, y se transformó su semblante.
A la mañana siguiente madrugaron, adoraron al Señor y se volvieron.
Llegados a su casa de Ramá, Elcaná se unió a su mujer Ana, y el Señor se acordó de ella.
Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: ¡Al Señor se lo pedí!
Palabra de Dios
Salmo responsorial 1 S 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd
V/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.
R/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.
V/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación. R/.
V/. Se rompen los arcos de los valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda baldía. R/.
V/. El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. R/.
V/. El levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria. R/.
EVANGELIO
Les enseñaba con autoridad
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 21-28
Llegó Jesús a Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: El Santo de Dios.
Jesús lo increpó: Cállate y sal de él.
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte salió.
Todos se preguntaron estupefactos: ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.
Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor
Les enseñaba con autoridad
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 21-28
Llegó Jesús a Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: El Santo de Dios.
Jesús lo increpó: Cállate y sal de él.
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte salió.
Todos se preguntaron estupefactos: ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.
Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor
lunes, 8 de enero de 2024
SAN APOLlNARIO DE HIERÁPOLlS, Obispo y Confesor
8 de enero
SAN APOLlNARIO DE HIERÁPOLlS,*
Obispo y Confesor
No son justos delante de Dios los que oyen la ley,
sino los que la practican.
(San Pablo a los Romanos, 2, 13).
sino los que la practican.
(San Pablo a los Romanos, 2, 13).
San Apolinario fue una de las mayores
lumbreras de la Iglesia en el siglo segundo. Los herejes encontraron en él
un temible adversario, y los fieles un ardiente defensor contra las acusaciones
falsas de que se servían los idólatras para hacerlos odiosos ante los
emperadores. En su Apología, recuerda a Marco Aurelio que a las
oraciones de los cristianos de la duodécima legión debe su victoria sobre los
cuados.
MEDITACIÓN SOBRE
LOS DEBERES DEL CRISTIANO
LOS DEBERES DEL CRISTIANO
I. Para ser cristiano, es preciso creer todo lo
que la fe nos enseña. ¡Cuán pocos cristianos hay en el mundo! Nunca se cometería
pecado mortal si firmemente se creyese que hay un Dios, un infierno y un paraíso.
Ejercita, a menudo, tu fe acerca de estas grandes verdades. Acuérdate de ellas
sobre todo cuando el mundo te ofrezca sus placeres seductores, y nunca sucumbirás a sus tentaciones.
II. Tus palabras deben ser fieles intérpretes de tu corazón,
y nada debe salir de tu boca que no sea digno de un cristiano. ¿Sostienes
la causa de Jesucristo contra los ataques
de los impíos y de los libertinos? ¿Al oírte hablar, no se te tomaría más bien por un discípulo de
Epicuro, por un orgulloso, por un avaro, que por un discípulo de Jesucristo?
Pesa todas tus palabras antes de pronunciarlas. Rendirás cuenta a Dios aun de
la menor palabra inútil. Ninguna digas que sea indigna
de un cristiano, imitador de Jesucristo.
III.
¿Tus acciones están de acuerdo con la santidad de tu fe? Ser cristiano es
vivir como Jesucristo, obrar como Él, sufrir
como Él. Vana es tu fe si las
buenas obras no la acompañan. Sin embargo, vives como un pagano y un infiel. ¿Se
diría que crees en el infierno, que esperas el paraíso, viendo la facilidad
con que ofendes a Dios, y el amor que tienes a la tierra? Recuerda el
hermoso pensamiento de San Malaquías: En vano soy cristiano si no imito a
Jesucristo.
La guarda de los Mandamientos
Orad por los cismáticos.
Orad por los cismáticos.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, haced, os
suplicamos, que la augusta solemnidad del bienaventurado Apolinario, vuestro
confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la
salvación. Por N. S. J. C. Amén
LUNES DE LA PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
Su rival insultaba a Ana, porque el Señor la había hecho estéril
Comienzo del primer libro de Samuel 1, 1-8
Había un hombre sufita oriundo de Ramá, en la serranía de Efraín, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihu, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita. Tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Fenina; Fenina tenía hijos, y Ana no los tenía. Aquel hombre solía subir todos los años desde su pueblo, para adorar y ofrecer sacrificios al Señor de los Ejércitos en Siló, donde estaban de sacerdotes del Señor los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés.
Llegado el día de ofrecer el sacrificio, repartía raciones a su mujer Fenina para sus hijos e hijas, mientras que a Ana le daba sólo una ración; y eso que la quería, pero el Señor la había hecho estéril.
Su rival la insultaba, ensañándose con ella para mortificarla, porque el Señor la había hecho estéril.
Así hacía año tras año; siempre que subían al templo del Señor, solía insultarla así.
Una vez Ana lloraba y no comía.
Y Elcaná su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras y no comes? , ¿por qué te afliges? ¿No te valgo yo más que diez hijos?
Su rival insultaba a Ana, porque el Señor la había hecho estéril
Comienzo del primer libro de Samuel 1, 1-8
Había un hombre sufita oriundo de Ramá, en la serranía de Efraín, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihu, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita. Tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Fenina; Fenina tenía hijos, y Ana no los tenía. Aquel hombre solía subir todos los años desde su pueblo, para adorar y ofrecer sacrificios al Señor de los Ejércitos en Siló, donde estaban de sacerdotes del Señor los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés.
Llegado el día de ofrecer el sacrificio, repartía raciones a su mujer Fenina para sus hijos e hijas, mientras que a Ana le daba sólo una ración; y eso que la quería, pero el Señor la había hecho estéril.
Su rival la insultaba, ensañándose con ella para mortificarla, porque el Señor la había hecho estéril.
Así hacía año tras año; siempre que subían al templo del Señor, solía insultarla así.
Una vez Ana lloraba y no comía.
Y Elcaná su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras y no comes? , ¿por qué te afliges? ¿No te valgo yo más que diez hijos?
Palabra de Dios
Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 14 y 17. 18-19.
V/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
V/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre. R/.
V/. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre Señor. R/.
V/. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo; en el atrio de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. R/.
EVANGELIO
Convertíos y creed la Buena Noticia
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes.
Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor
domingo, 7 de enero de 2024
7 Domingo. BAUTISMO DEL SEÑOR, Fiesta
EL BAUTISMO
DEL SEÑOR
PRIMERA
LECTURA
Mirad a mi
siervo, a quien prefiero
Lectura del libro de
Isaías 42, 1-4. 6-7
Así
dice el Señor:
«Mirad
a mi siervo, a quien sostengo;
mi
elegido, a quien prefiero.
Sobre
él he puesto mi espíritu,
para
que traiga el derecho a las naciones.
No
gritará, no clamará,
no
voceara por las calles.
La
caña cascada no la quebrará,
el
pabilo vacilante no lo apagará.
Promoverá
fielmente el derecho,
no
vacilará ni se quebrará,
hasta
implantar el derecho en la tierra,
y
sus leyes que esperan las islas.
Yo,
el Señor, te he llamado con justicia,
te
he cogido de la mano,
te
he formado, y te he hecho
alianza
de un pueblo, luz de las naciones.
Para
que abras los ojos de los ciegos,
saques
a los cautivos de la prisión,
y
de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»
Palabra
de Dios.
Salmo
responsorial Sal 28, la. 2. 3ac-4. 3b y 9b-10 (R.: 11b)
R.
El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Hijos
de Dios, aclamad al Señor,
aclamad
la gloria del nombre del Señor,
postraos
ante el Señor en el atrio sagrado. R.
La
voz del Señor sobre las aguas,
el
Señor sobre las aguas torrenciales.
La
voz del Señor es potente,
la
voz del Señor es magnífica. R.
El
Dios de la gloria ha tronado.
En
su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El
Señor se sienta por encima del aguacero,
el
Señor se sienta como rey eterno. R.
SEGUNDA
LECTURA
Ungido por
Dios con la fuerza del Espíritu Santo
Lectura del libro de
los Hechos de los apóstoles 10, 34-38
En
aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
–
«Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la
justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas,
anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocéis
lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo,
aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por
Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a
los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»
Palabra
de Dios.
Aleluya Cf. Mc 9, 7
Se
abrió el cielo, y Se oyó la voz del Padre: «Este es mi Hijo amado;
escuchadlo.».
EVANGELIO
Tú eres mi
Hijo amado, mí predilecto
+Lectura del santo
evangelio según san Marcos 1, 7-11
En
aquel tiempo, proclamaba Juan:
–
«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para
desatarle las sandalias.
Yo
os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Por
entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el
Jordán.
Apenas
salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una
paloma. Se oyó una voz del cielo:
–«Tú
eres mi Hijo amado, mi predilecto.»
Palabra
del Señor.
En el presente ciclo B,
pueden utilizarse también las siguientes lecturas:
PRIMERA
LECTURA
Acudid por
agua; escuchadme, y viviréis
Lectura del libro de
Isaías 55, 1 - 11
Así
dice el Señor:
«Oíd,
sedientos todos, acudid por agua,
también
los que no tenéis dinero:
venid,
comprad trigo, comed sin pagar
vino
y leche de balde.
¿Por
qué gastáis dinero en lo que no alimenta,
y
el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme
atentos, y comeréis bien,
saborearéis
platos sustanciosos.
Inclinad
el oído, venid a mí:
escuchadme,
y viviréis.
Sellaré
con vosotros alianza perpetua,
la
promesa que aseguré a David:
a
él lo hice mi testigo para los pueblos,
caudillo
y soberano de naciones;
tú
llamarás a un pueblo desconocido,
un
pueblo que no te conocía correrá hacia ti;
por
el Señor, tu Dios,
por
el Santo de Israel, que te honra.
Buscad
al Señor mientras se le encuentra,
invocadlo
mientras esté cerca;
que
el malvado abandone su camino,
y
el criminal sus planes;
que
regrese al Señor, y él tendrá piedad,
a
nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis
planes no son vuestros planes,
vuestros
caminos no son mis caminos
–oráculo
del Señor–.
Como
el cielo es más alto que la tierra,
mis
caminos son más altos que los vuestros,
mis
planes, que vuestros planes.
Como
bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y
no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de
fecundarla y hacerla germinar,
para
que dé semilla al sembrador
y
pan al que come,
así
será mi palabra, que sale de mi boca:
no
volverá a mí vacía,
sino
que hará mi voluntad
y
cumplirá mi encargo.»
Palabra
de Dios.
Salmo responsorial Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 (R.: 3)
R. Sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
El
Señor es mi Dios y Salvador:
confiaré
y no temeré,
porque
mi fuerza y mi poder es el Señor,
él
fue mi salvación. R.
Y
sacaréis aguas con gozo
de
las fuentes de la salvación.
Dad
gracias al Señor,
invocad
su nombre,
contad
a los pueblos sus hazañas,
proclamad
que su nombre es excelso. R.
Tañed
para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas
a toda la tierra;
gritad
jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué
grande es en medio de ti
el
Santo de Israel.» R.
SEGUNDA
LECTURA
El Espíritu,
el agua y la sangre
Lectura de la primera
carta del apóstol san Juan 5, 1-9
Queridos
hermanos:
Todo
el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel
que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos
a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en
esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus
mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo.
Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
¿Quién
es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste
es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con
agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es
la verdad. Porque tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y
los tres están de acuerdo. Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene
el testimonio de Dios. Éste es el testimonio de Dios, un testimonio acerca de
su Hijo.
Palabra
de Dios.
Aleluya Jn 1, 29
Juan,
al ver a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Éste es el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo.»
EVANGELIO
Tú eres mi
Hijo amado, mí predilecto
+Lectura del santo
evangelio según san Marcos 1, 7-11
En
aquel tiempo, proclamaba Juan:
–
«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para
desatarle las sandalias.
Yo
os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Por
entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el
Jordán.
Apenas
salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una
paloma. Se oyó una voz del cielo:
–«Tú
eres mi Hijo amado, mi predilecto.»
Palabra
del Señor.
viernes, 5 de enero de 2024
5 enero. LA EPIFANIA DEL SEÑOR, Solemnidad (después dd la hora nona)
PRIMERA LECTURA
La gloria del Señor amanece sobre ti
Lectura del libro de Isaías 60, 1-6
¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!
Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti.
Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá.
Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 71, 1-2. 7-8. 10-11. 12-13 (R.: cf. 11)
R. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R.
Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R.
Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo. Que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones; que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan. R.
Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R.
SEGUNDA LECTURA
Ahora ha sido revelado que también los gentiles
son coherederos de la promesa
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 2-3a. 5-6
Hermanos:
Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro.
Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos,
miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio.
Palabra de Dios.
Aleluya Mt 2, 2
Hemos visto salir su estrella y venimos a adorar al Señor.
EVANGELIO
Venimos de Oriente a adorar al Rey
+Lectura del santo evangelio según san Mateo 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes.
Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
—«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.»
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron:
—«En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:
"Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel."»
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:
—«Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.»
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor.
5 enero. FERIA DEL TIEMPO DE NAVIDAD
PRIMERA LECTURA
Hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 11-21
Queridos hermanos:
Éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
No seamos como Caín, que procedía del Maligno y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran buenas.
No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos.
El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.
Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?
Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 99, 1-2. 3. 4. 5 (R/.: 1)
R/. Aclama al Señor, tierra entera.
Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.
«El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.» R/.
Aleluya
Nos ha amanecido un día sagrado;
venid, naciones, adorad al Señor,
porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra.
EVANGELIO
Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel
+Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 43-51
En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice:
—«Sígueme.»
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice:
—«Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó:
—«¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó:
—«Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
—«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta:
—«¿De qué me conoces?»
Jesús le responde:
—«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de
la higuera, te vi.»
Natanael respondió:
—«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó:
—«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?
Has de ver cosas mayores.»
Y le añadió:
—«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de
Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.
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