7 de Abril
SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE,(*)
Confesor
SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE,(*)
Confesor
Es
el 17 de enero de 1667. En la insigne catedral de Reims hay el revuelo propio de
una gran fiesta. Un jovencito, de apenas dieciséis años, pero perteneciente a
una de las más ilustres familias de la ciudad, la de La Salle, toma posesión
de su silla en el coro: la número 21. Podernos imaginarnos la impresionante
ceremonia sabiendo que entonces el Cabildo contaba, a más de cincuenta y seis
canónigos, sesenta y un capellanes, cuatro sacerdotes y cuatro sacristanes. Tenía
a su frente ocho dignidades. Y hasta 1789, época de la que poseemos un cálculo
hecho, treinta y uno de sus miembros habían sido obispos, veintiuno cardenales
y cuatro habían llegado a la Sede de San Pedro: Silvestre II, Urbano II,
Adriano IV y Adriano V.
Extraños
los caminos de la Providencia. El año anterior, el día de Pascua, Pierre
Docez, arcediano de Champagne, la segunda de las dignidades del Cabildo, había
asistido a una velada en el colegio Des Bons Enfants y había quedado prendado
de la modestia, la discreción y el ingenio de aquel jovencito, Juan Bautista,
lejano pariente suyo. En vista de esto decidió resignar en su favor la canonjía.
Y así lo hizo. De esta manera Juan Bautista de la Salle se incorporó al
Cabildo.
Poseemos
un retrato hecho en esta época. El joven tiene un aire de seriedad y nobleza;
la mirada profunda; una boca bien formada y enérgica; una amplia melena negra,
partida por gala en dos; está revestido de la sobrepelliz, el bonete, el armiño...
Causa una impresión agradable, pero nadie diría, ni él mismo se atrevería a
sospechar, los designios que Dios tenía sobre él. Mientras llega la hora el
joven canónigo ha de continuar sus estudios. Y lo hace en el seno de su
familia, auténtica y sólidamente cristiana. La mitad de sus hermanos abrazarán
el estado sacerdotal o religioso. El mismo, pese a su juventud, se constituye en
un modelo "de regularidad, de modestia y de candor para sus compañeros de
Cabildo.