martes, 16 de abril de 2013

SAN BENITO JOSÉ LABRE Peregrino



16 de abril
SAN BENITO JOSÉ LABRE

Peregrino

Si alguno de vosotros se tiene por sabio según
el mundo, hágase necio (a los ojos del mundo)
a fin de ser sabio (a los ojos de Dios)
.
(1 Corintios, 3, 18).

   Benito pasó la mayor parte de su vida haciendo peregrinaciones. Iba casi siempre con los pies descalzos tanto en invierno como en verano, vestido con harapos, Y sin provisiones para el día siguiente. Vivía de limosnas, pero no mendigaba, nunca conservaba sino lo estrictamente necesario, y partía con los pobres lo que se le daba por caridad. Pasó sus últimos años en Roma, orando días enteros en las iglesias; por la noche retirábase a unas ruinas para descansar algunas horas. Cayó desvanecido en las escalinatas de Nuestra Señora de los Montes y fue transportado a una casa vecina donde pronto se durmió en el sueño de los justos, el 16 de abril de 1783, a la edad de 35 años.   

  MEDITACIÓN SOBRE  LA VIDA
 DE LOS BIENAVENTURADOS
   I. La sabiduría del mundo consiste en amontonar riquezas; ¡por eso trata de locura a la pobreza evangélica! ¡Oh bella y gloriosa locura que nos asemeja a Jesucristo, Hijo de Dios, Sabiduría encarnada! San Benito José Labre profesó esplendorosamente esta locura; con ardor abrazó esta pobreza. Sabía que las riquezas cautivan el corazón, Y a su corazón lo quería libre para Jesucristo, su único Señor. ¡Ay! ¡que no tengamos nosotros el Valor de imitarlo! Aprendamos por lo menos a honrar la pobreza, y a asociarnos a los méritos de los pobres; de Jesucristo aliviando su miseria.
   II. Los prudentes del siglo van sin cesar tras el placer: Benito toma el camino trazado por Jesucristo, su Maestro y su Modelo. Debiendo elegir entre el gozo y la cruz, elige la cruz, porque sabe que es menester pasar por mil tribulaciones para llegar al cielo. El mundano consiente, para gozar de algunos placeres efímeros, en ser objeto de suplicios sin fin; el cristiano soporta penas pasajeras para merecer un gozo eterno. Dime cuál es el sabio y cuál el loco, y conforma tu conducta a tu respuesta. ¡Qué! ¿no podremos vivir sin placer, nosotros que debemos morir con placer?(Tertuliano).
   III. El mundo busca, afanosamente, reputación y gloria; nuestro santo, abatimiento y oprobios. Saborea en las ignominias un gusto que hace que las busque con avidez. Se lo carga de injurias, se lo persigue a pedradas, dice a uno que quiere defenderle: Déjalos; si supieses tú quien soy te unirías a ellos. ¡Cuán diferente a la suya es nuestra conducta!, y sin embargo, ¿no tenemos nosotros, por ventura, que ganar el mismo cielo? Si deseas gloria, desea la verdadera y durable.

El respeto a los pobres
Orad por los indigentes.

ORACIÓN
   Oh Dios, que habéis querido que San Benito José se adhiriese únicamente a Vos por el amor a los desprecios y a la pobreza, concedednos, en vista de sus méritos, la gracia de despreciar las cosas de la tierra y buscar los bienes del cielo.   Por J. C. N. S.

MARTES DE LA III SEMANA DE PASCUA



PRIMERA LECTURA
Señor Jesús, recibe mi espíritu
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 7, 51-8, 1a
En aquellos días, Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas:
–«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la Ley por mediación de ángeles, y no la habéis observado.»
Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
– «Veo el cielo abierto y al Hijo el hombre de pie a la derecha de Dios.»
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
– «Señor Jesús, recibe mi espíritu.»
Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito:
– «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.»
Y, con estas palabras, expiró.
Saulo aprobaba la ejecución.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 30, 3cd-4. 6ab y 7b y 8a. 17 y 21ab   (R.: 6 a)
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

O bien:
Aleluya.
Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás;
yo confío en el Señor.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas. R.

Aleluya  Jn 6, 35ab
Yo soy el pan de la vida
–dice el Señor–;
el que viene a mí no pasará hambre.

EVANGELIO
No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 30-35
En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús:
– «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."»
Jesús les replicó:
– «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.»
Entonces le dijeron:
– «Señor, danos siempre de este pan.»
Jesús les contestó:
– «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mi no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»

Palabra del Señor.