martes, 17 de septiembre de 2024

IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO

17 de septiembre

IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO




¿Hay entre vosotros
alguno que esté triste?

(Santiago, 5, 13).

San Francisco de Asís, un día en que estaba en oración, vio aparecer a Jesucristo bajo la forma de un serafín crucificado. La vista de su Salvador le causó un gozo inefable, pero su crucifixión le atravesó el alma como acerada espada. Después de un secreto coloquio, desapareció la visión, dejando el alma de Francisco abrasada de seráfico ardor, y su cuerpo señalado con las llagas del divino Redentor. El santo religioso se esforzó en esconder ante los ojos de los hombres la merced que se le había concedido, pero Dios se complació en manifestarla mediante refulgentes milagros.



MEDITACIÓN SOBRE CÓMO
HAY QUE VENCER LA TRISTEZA

I. Cuando estamos agobiados bajo el peso de la tristeza, cuando la malicia de nuestros enemigos, la infidelidad de nuestros amigos, los sufrimientos de nuestro cuerpo y tantos otros acontecimientos desfavorables nos colman de amargura, buscamos un amigo fiel para descargar nuestro corazón en el suyo. ¿Dónde encontrar un amigo más fiel que Jesús? Vayamos, pues, al pie de los altares, confiémosle el motivo de nuestras lágrimas, roguémosle que nos libre de nuestras penas. Interroguémosle, escuchemos lo que nos diga en el fondo del corazón, y pronto seremos consolados. Me acordé de ti, Señor, y me alegré. (El Salmista)

II. Para disipar la tristeza, consideremos que existen personas más desventuradas que nosotros. ¡Tantos pobres en los hospicios, tantos enfermos en su lecho sufren mucho más que nosotros! Las benditas almas del purgatorio, los condenados en el infierno, sufren tormentos incomparablemente más crueles que los que nos hacen gemir a nosotros. Aceptemos de buen grado esta tristeza para expiar nuestras faltas. Si una hora de pena te resulta intolerable, ¿cómo sufrir los suplicios eternos del infierno? Piensa en esta verdad, y ya no derramarás lágrimas sino para borrar tus pecados.

III. Piensa en la tristeza que se apoderó del corazón de Jesucristo en el huerto de los Olivos; piensa en los tormentos que por ti soportó en la cruz, y di con Él: "Padre mío, que se haga vuestra voluntad; si queréis que gima durante toda mi vida, me someto a vuestra santa voluntad". Después de todo, no debemos esperar estar siempre alegres y contentos, puesto que Jesucristo y los santos han estado siempre en aflicción y lágrimas. Señor, quiero llorar con Vos, porque nadie puede gozarse en la tierra con el rico Epulón y reinar con Dios en el cielo. Los cristianos deben temer los gozos de la vida presente y desear los sufrimientos con ardor. (San Juan Crisóstomo).

La oración - Orad por las
órdenes religiosas.

ORACIÓN
Señor Jesucristo, que, para sacar al mundo de la tibieza en que había caído e inflamar nuestros corazones con el fuego de vuestro amor, habéis impreso en el cuerpo del bienaventurado Francisco las Sagradas llagas de vuestra Pasión, dignaos, en vista de sus méritos y de su intercesión, concedernos la gracia de llevar constantemente la cruz y hacer dignos frutos de penitencia. Vos que vivís y reináis en los siglos de los siglos. Amén

SAN ROBERTO BELARMINO, Obispo y Doctor


17 de Septiembre
SAN ROBERTO BELARMINO

Obispo y Doctor




   Se clausuró el magno concilio de Trento muy poco después que Belarmino se consagrara a Dios con sus primeros votos. Se seguían sus incidencias con pasión. Las conversaciones de los primeros años de vida religiosa de nuestro Santo tuvieron muchas veces que girar en torno al magno Concilio que había logrado estructurar los problemas básicos de teología en forma orgánica y dictaminar sabias medidas de auténtica reforma.

   Lo que ahora urgía era llevar a la práctica los decretos. Esta fue la misión de Belarmino. Toda su vida girará en torno a la órbita de Trento.

   Ya su vocación a la Compañía de Jesús había nacido bajo el signo de la renovación espiritual. Sobrino del Papa Marcelo II, cuando más en auge estaba el nepotismo pontificio, amante de la literatura, música, arte, se sintió atraído hacia las bellezas del mundo clásico. Virgilio constituía sus delicias desde los primeros años.

   Por su familia, talento y aficiones estaba destinado al fausto y brillo de la corte pontificia. Parecía llamado para brillar en el firmamento del Renacimiento italiano. Pero su santa madre, Cintia Cervina, velaba por él. Le hizo ver lo peligroso de aquélla dorada escala. El mismo joven, con su característica ingenuidad, nos descubre sus reacciones íntimas. "Estando durante mucho tiempo pensando en la dignidad a que podía aspirar, me sobrevino de modo insistente el pensamiento de la brevedad de las cosas temporales. Impresionado con estos sentimientos, llegué a concebir horror de tal vida y determiné buscar una religión en que no hubiera peligro de tales dignidades".

MARTES DE LA VIGÉSIMA CUARTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 12-14. 27-31a

Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo.
Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo.
Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro.
Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas, el don de interpretarlas.
¿Acaso son todos apóstoles? , ¿o todos son profetas? ¿o todos maestros? , ¿o hacen todos milagros? , ¿tienen todos don para curar? , ¿hablan todos en lenguas o todos las interpretan? Ambicionad los carismas mejores.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 99, 2. 3. 4. 5
V/. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
R/. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.


V/. Aclamad al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. R/.


V/. Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.


V/. Entrad por sus puertas con acción de gracias.
por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.


V/. «El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades. R/.



EVANGELIO
¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 7, 11-17

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando estaba cerca de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: No llores.
Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: ¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate! El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo.
La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

Palabra del Señor.