PRIMERA LECTURA
Mirarán al que traspasaron
Lectura del Profeta
Zacarías 12, 10–11
Esto
dice el Señor:
Derramaré
sobre la dinastía de David
y
sobre los habitantes de Jerusalén
un
espíritu de gracia y de clemencia.
Me
mirarán a mí, a quien traspasaron,
harán
llanto como llanto por el hijo único,
y
llorarán como se llora al primogénito.
Aquel
día será grande el luto de Jerusalén,
como
el luto de Hadad–Rimón en el valle de Meguido.
Palabra
de Dios.
Salmo
responsorial Sal 62. 2. 3-4- 5-6. 8-9
R.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh
Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi
alma está sedienta de ti;
mi
carne tiene ansia de ti,
como
tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo
te contemplaba en el santuario
viendo
tu, fuerza y tu gloria!
Tu
gracia vale más que la vida,
te
alabarán mis labios. R.
Toda
mi vida te bendeciré,
y
alzaré las manos invocándote.
Me
saciaré como de enjundia y de manteca,
y
mis labios te alabarán jubilosos. R.
Porque
fuiste mi auxilio,
y
a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi
alma está unida a ti
y
tu diestra me sostiene. R.
SEGUNDA LECTURA
Los que habéis sido bautizados, os habéis revestido de Cristo
Lectura de la carta del
Apóstol San Pablo a los Gálatas 3, 26-29
Hermanos:
Todos
sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los
que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo,
os
habéis revestido de Cristo.
Ya
no hay distinción entre judíos y gentiles,
esclavos
y libres, hombres y mujeres,
porque
todos sois uno en Cristo Jesús.
Y
si sois de Cristo,
sois
descendencia de Abrahán,
y
herederos de la promesa.
Palabra
de Dios.
Aleluya Jn 10, 27
Mis
ovejas oyen mi voz, dice el Señor;
y
Yo las conozco, y me siguen.
EVANGELIO
Tú eres el
Mesías de Dios. El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho
+ Lectura del santo
Evangelio según San Lucas 9, 18-24
Una
vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
–¿Quién
dice la gente que soy yo?
Ellos
contestaron:
–Unos
que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno
de los antiguos profetas.
El
les preguntó:
–Y
vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Pedro
tomó la palabra y dijo:
–El
Mesías de Dios.
El
les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
–El
Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos
sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Y,
dirigiéndose a todos, dijo:
–El
que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se
venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá pero el que pierda
su vida por mi causa, la salvará.
Palabra
del Señor.