martes, 11 de febrero de 2025

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES



11 de febrero
NUESTRA SEÑORA 
DE LOURDES *
En cuanto a mí de nada me gloriaré,
sino de mis flaquezas.
(2 Cor. 12, 5).

   El 11 de febrero de 1858, la Santísima Virgen dignóse mostrarse por primera vez a Santa Bernardita Soubirous; la última aparición tuvo lugar el 16 de julio de ese mismo año. Desde entonces, las peregrinaciones se han sucedido procedentes de todas las partes del mundo, y, en multitud, los enfermos han acudido a implorar a María Inmaculada. Muchos han obtenido una milagrosa curación, muchos otros han recibido la gracia de soportar sus padecimientos con espíritu de fe, y de ofrecerlos a Díos.

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES - Historia






Nuestra Señora de Lourdes
11 de febrero




La Historia - Lourdes, Francia



El 11 de febrero de 1858, Bernadette, una niña de catorce años, recogía leña en Massabielle, en las afueras de Lourdes, cuando acercándose a una gruta, una ráfaga de viento la sorprendió y vio una nube dorada y a una Señora vestida de blanco, con sus pies descalzos cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas de un rosal, en su cintura tenia una ancha cinta azul, sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario.

Bernadette al principio se asustó, pero luego comenzó a rezar el rosario que siempre llevaba consigo, al mismo tiempo que la niña, la Señora pasaba las cuentas del suyo entre sus dedos, al finalizar, la Virgen María retrocedió hacia la Gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron 18 veces, hasta el día 16 de julio.
El 18 de febrero en la tercera aparición la Virgen le dijo a Bernadette: "Ven aquí durante quince días seguidos". La niña le prometió hacerlo y la Señora le expresó "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".
La noticia de las apariciones se corrió por toda la comarca, y muchos acudían a la gruta creyendo en el suceso, otros se burlaban.
En la novena aparición, el 25 de febrero, la Señora mando a Santa Bernadette a beber y lavarse los pies en el agua de una fuente, señalándole el fondo de la gruta. La niña no la encontró, pero obedeció la solicitud de la Virgen, y escarbó en el suelo, produciéndose el primer brote del milagroso manantial de Lourdes.

MARTES DE LA QUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza

Lectura del libro del Génesis 1, 20—2, 4a

Y dijo Dios: Pululen las aguas un pulular de vivientes,
y pájaros vuelen sobre la tierra
frente a la bóveda del cielo.
Y creó Dios los cetáceos
y los vivientes que se deslizan
y que el agua hace pulular según sus especies,
y las aves aladas según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.
Y Dios los bendijo diciendo: Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar;
que las aves se multipliquen en la tierra.
—pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto—
Y dijo Dios: Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies.
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo,
los vivientes que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra —a todo ser que respira— la hierba verde les servirá de alimento.
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.
—pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto—
Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos.
Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho.
Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de todo el trabajo que Dios había hecho cuando creó.
Esta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 8, 4-5. 6-7. 8-9

V/. ¡Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
R/. ¡Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
V/. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R/.
V/. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad;
le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
V/. Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R/.


EVANGELIO
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres

+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 7, 1-13

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras (es decir, sin lavarse las manos) (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas) Según eso, los fariseos y los letrados preguntaron a Jesús: ¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen tus discípulos la tradición de los mayores ? El les contestó: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos».
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
Y añadió: Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición.
Moisés dijo: «Honra a tu padre y a tu madre» y «el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte».
En cambio vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: «Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo» , ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre; invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas.
Palabra del Señor