viernes, 12 de julio de 2024

SAN JUAN GUALBERTO, Abad

12 de julio
SAN JUAN GUALBERTO,
Abad
Si vosotros no perdonáis a los hombres, tampoco
vuestro Padre os perdonará los pecados.
(Mateo, 6,15).


   San Juan Gualberto concedió al que había matado a su hermano el perdón que le imploraba en nombre de Jesús crucificado. En seguida entró a una iglesia y vio al Crucificado, delante del cual ora, bajar la cabeza como agradeciéndole acción tan heroica. Este milagro lo determinó a renunciar a una vida mundana y a ingresar en la Orden de San Benito. Como querían nombrarlo abad, se retiró a un valle llamado Valleumbrosa en los Apeninos, y allí echó las bases de la Orden del mismo nombre. Murió en 1073.

MEDITACIÓN SOBRE EL PERDÓN
DE LAS OFENSAS
   I. Jesucristo nos manda perdonar las injurias; nos dio un hermoso ejemplo de ello al orar por sus verdugos. Los santos han practicado esta virtud; Dios por su parte perdona a todos los hombres, sean cuales fueren sus crímenes, tantas veces le piden perdón. ¿No son suficientes estos motivos para persuadirte a que perdones a los que te han ofendido? Todos los hombres aman a sus amigos, sólo los cristianos aman a sus enemigos. (Tertuliano).
   II. Dios nos amenaza con no perdonarnos si nosotros rehusamos perdonar a los demás. Tú mismo todos los días dices al Señor: Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos. ¿Qué le responderás en el día en que te pida cuenta de tu conducta? No perdonas, o lo haces sólo en apariencia y conservas siempre un corazón lleno de hiel contra tu enemigo. Si Dios sólo te perdonase en apariencia, ¿qué sería de ti? ¡Y, sin embargo, cuántas personas piadosas se irritan ante la más mínima injuria, al punto de no olvidarla más! ¿No eres tú de este número? Examínate seriamente al respecto.
   III. Dios promete el perdón de sus faltas a los que perdonan a sus enemigos. En otro lugar, asegura que los reconocerá como hijos suyos y herederos. ¿No equivale ello a decir que un hombre que perdona cristianamente a sus enemigos es un predestinado? ¡Difícil es el precepto, pero también grande la recompensa! Perdonar una injuria es el colmo de la bondad, el coronamiento de la piedad, la suprema enseñanza de la filosofía divina. (San Juan Crisóstomo).

El amor de los enemigos
Orad por vuestros enemigos.

ORACIÓN
   Haced, Señor, os lo suplicamos, que la intercesión de San Juan Gualberto, abad, nos haga agradables a vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por su intermedio las gracias que no podemos adquirir por nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.

VIERNES DE LA DECIMOCUARTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
No volveremos a llamar dios a la obra de nuestras manos
Lectura del Profeta Oseas 14, 2-10
Esto dice el Señor: Israel, conviértete al Señor Dios tuyo, porque tropezaste con tu pecado.
Preparad vuestro discurso, volved al Señor y decidle: Perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios.
No nos salvará Asiria, no montaremos a caballo; no volveremos a llamar dios a la obra de nuestras manos.
En ti encuentra piedad el huérfano.
Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos.
Seré rocío para Israel, florecerá como azucena, arraigará como un álamo.
Brotarán sus vástagos, como de olivo será su esplendor, su aroma como del Líbano.
Volverán a descansar a su sombra: cultivarán el trigo, florecerán como la viña, será su fama como la del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué me importan los ídolos? Yo le respondo y lo miro: Yo soy ciprés frondoso, de mí proceden tus frutos.
¿Quién será el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda ? Rectos son los caminos del Señor, los justos andan por ellos, los pecadores tropiezan en ellos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 50, 3-4. 8-9. 12-13. 14 y 17.
V/. Mi boca proclamará tu alabanza, Señor.
R/. Mi boca proclamará tu alabanza, Señor.

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.

V/. Te gusta un corazón sincero y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. R/.

V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. R/.


EVANGELIO
No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 16-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Todos os odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará.
Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
Creedme, no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del Hombre.


Palabra del Señor.