sábado, 23 de septiembre de 2023

VIGESIMO QUINTO DOMINGO

PRIMERA LECTURA
Mis planes no son vuestros planes

Lectura del Profeta de Isaías 55, 6-9

Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
—Oráculo del Señor—.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 144, 2-3. 8-9. 17-18
V/. Cerca está el Señor de los que lo invocan.
R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan.

V/. Día tras día te bendeciré, Dios mío, y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor y merece toda alabanza, es incalculable su grandeza.
R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan.

V/. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.
R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan.

V/. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
R/. Cerca está el Señor de los que lo invocan.


SEGUNDA LECTURA
Para mí la vida es Cristo

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 1, 20c-24. 27a

Hermanos :
Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero no sé qué escoger.
Me encuentro en esta alternativa: por un lado deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero por otro, quedarme en esta vida, veo que es más necesario para vosotros.
Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo.
Palabra de Dios

EVANGELIO
¿Vas a tener tú envidia porque soy bueno?

 +Lectura del santo Evangelio según San Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:
—Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido.
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo:
—¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?
Le respondieron:
—Nadie nos ha contratado.
El les dijo:
—Id también vosotros a mi viña.
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz:
—Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.
Vinieron los del atardecer, y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo:
—Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno.
El replicó a uno de ellos:
—Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?

Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos. 

Palabra del Señor. 


SÁBADO DE LA VIGÉSIMA CUARTA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Guarda el Mandamiento sin mancha, hasta la venida del Señor
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 6, 13-16
Querido hermano: En presencia de Dios que da la vida al universo y de Cristo Jesús que dio testimonio ante Poncio Pilato: te insisto en que guardes el Mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor e imperio eterno.
Amén.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 99, 2. 3. 4. 5
V/. Entrad en la presencia del Señor con vítores.
R/. Entrad en la presencia del Señor con vítores.

V/. Aclama al Señor, tierra entera, 
servid al Señor con alegría, 
entrad en su presencia con vítores. R/.

V/. Sabed que el Señor es Dios: 
que él nos hizo y somos suyos, 
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

V/. Entrad por sus puertas con acción de gracias, 
por sus atrios con himnos, 
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.

V/. «El Señor es bueno, 
su misericordia es eterna, 
su fidelidad por todas las edades». R/.


EVANGELIO
Los de la tierra buena son los que escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 8, 4-15

En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo.
Entonces les dijo esta parábola: Salió el sembrador a sembrar su semilla.
Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad.
Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto al ciento por uno.
Dicho esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga.
Entonces le preguntaron los discípulos: ¿Qué significa esa parábola? El les respondió: A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
El sentido de la parábola es éste: La semilla es la Palabra de Dios.
Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la Palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.
Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran.
Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la Palabra, la guardan y dan fruto perseverando.

Palabra del Señor.