jueves, 30 de octubre de 2025

SAN MARCELO, Mártir



30 de octubre
SAN MARCELO,*
Mártir

Es preciso pasar por medio de muchas tribulaciones
para entrar en el reino de Dios.
(Hechos, 14,21).

   San Marcelo, centurión del ejército romano, como sus compañeros celebraban mediante sacrificios paganos el aniversario del emperador, exclamó arrojando sus insignias militares: "Yo sirvo a Jesucristo, el Rey eterno. Si es necesario, para ser soldado, sacrificar a los dioses y a los emperadores, me niego a servir". Fue condenado a muerte y decapitado, el 30 de octubre del año 298, en Tánger.

MEDITACIÓN
ES PRECISO TRABAJAR
PARA GANAR EL CIELO

   I. No nos lisonjeemos de ganar el cielo sin que ello nos cueste mucho trabajo. El reino de los cielos sufre violencia, únicamente los animosos pueden conquistarlo. Esta vida no es lugar de descanso, es campo de batalla. Jesucristo nos ha señalado el camino del cielo con las huellas de su sangre; los santos lo han regado con sus sudores, sus lágrimas y su propia sangre. ¡Qué cobardes que somos! ¿Quisiéramos tener sin trabajo lo que tanto ha costado a nuestros antepasados en la fe?

   II. Todo lo que hacemos, todo lo que sufrimos es poco, si lo comparamos con lo que Dios pide, con lo que vale el cielo y con lo que Jesucristo ha hecho para abrirnos su puerta. Sufro yo un momento para librarme de una eternidad de dolores, para gozar una gloria infinita y eterna. Vuestros sufrimientos duran sólo un momento, la gloria que esperáis es eterna. (San Pedro Damián).

   III. El mundo exige de sus partidarios servicios mucho más penosos de los que pide Jesucristo a sus servidores. Mira lo que hace un soldado para alcanzar gloria, un comerciante para enriquecerse, un cortesano para agradar a su príncipe. ¿Qué no haces tú mismo para contentar tu vanidad o tus placeres? ¿Cuándo, pues, trabajarás tanto por Dios cuanto trabajaste para el mundo? ¿Cuándo harás por tu alma tanto cuanto hiciste por tu cuerpo?

El cuidado de la salvación 
Orad por  los que están en pecado mortal.

ORACIÓN
   Haced, os lo rogamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión de vuestro mártir San Marcelo, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.



  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)1

JUEVES DE LA TRIGÉSIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Ninguna criatura podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 31b-39
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros ? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él ? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios ? Dios es el que justifica.
¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros ? ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ; ¿la aflicción? , ¿la angustia? , ¿la persecución? , ¿el hambre? , ¿la desnudez? , ¿el peligro? , ¿la espada? , como dice la Escritura: «Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza».
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.
Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna, podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 108, 21-22. 26-27. 30-31
V/. Sálvame, Señor, por tu bondad.
R/. Sálvame, Señor, por tu bondad.

V/. Tú, Señor, trátame bien, por tu nombre, líbrame con la ternura de tu bondad; que yo soy un pobre desvalido, y llevo dentro el corazón traspasado. R/.

V/. Socórreme, Señor, Dios mío, sálvame por tu bondad. Reconozcan que aquí está tu mano, que eres tú, Señor, quien lo ha hecho. R/.

V/. Yo daré gracias al Señor con voz potente, lo alabaré en medio de la multitud: porque se puso a la derecha del pobre, para salvar su vida de los jueces. R/.



EVANGELIO
No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén
+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 31-35
En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.
El contestó: Id a decirle a ese zorro: «Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término».
Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas ! Pero no habéis querido.
Vuestra casa se os quedará vacía.

Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: «Bendito el que viene en nombre del Señor».
Palabra del Señor.