sábado, 20 de enero de 2024

DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Los ninivitas se convirtieron de su mala vida

Lectura de la profecía de Jonás 3, 1-5. 10

En aquellos dias, vino la palabra del Señor sobre Jonás:
—«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando:
—«¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco,
grandes y pequeños.
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Palabra de Dios.


Salmo responsorial Sal 24, 4-5ab. 6-7bc. 8-9 (R/.: 4a)

R/. Señor, enséñame tus caminos.
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/.
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.


SEGUNDA LECTURA
La representación de este mundo se termina

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 7, 29-31

Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante.
Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios.


Aleluya Mc 1,15

Está cerca el reino de Dios:
convertíos y creed en el Evangelio.


EVANGELIO
Convertíos y creed en el Evangelio

+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
—«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
—«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a
su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes.
Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
¡Cómo cayeron los valientes en medio del combate!

Comienzo del segundo libro de Samuel 1, 1-4. 11-12. 19. 23-27

En aquellos días, al volver de su victoria sobre los amalecitas, David se detuvo dos días en Sicelag.
Al tercer día de la muerte de Saúl, llegó uno del ejército con la ropa hecha jirones y polvo en la cabeza; cuando llegó, cayó a tierra, postrándose ante David.
David le preguntó: ¿De dónde vienes? Respondió: Me he escapado del campamento israelita.
David dijo: ¿Qué ha ocurrido? Cuéntame.
El respondió: Pues que la tropa ha huido de la batalla y ha habido muchas bajas entre la tropa, y muchos muertos, y hasta han muerto Saúl y su hijo Jonatán.
Entonces David agarró sus vestiduras y las rasgó, y sus acompañantes hicieron lo mismo.
Hicieron duelo, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor, por la casa de Israel, porque habían muerto a espada.
Y dijo David: «¡Ay, la flor de Israel, herida en tus alturas! Cómo cayeron los valientes! Saúl y Jonatán, mis amigos queridos: ni vida ni muerte los pudo separar; más rápidos que águilas, más bravos que leones.
Muchachas de Israel, llorad por Saúl, que os vestía de púrpura y de joyas, que enjoyaba con oro vuestros vestidos.
¡Cómo cayeron los valientes en medio del combate! ¡Jonatán, herido en tus alturas! ¡Cómo sufro por ti, Jonatán, hermano mío ! ¡Ay, cómo te quería! Tu amor era para mí más maravilloso que el amor de mujeres.
¡Cómo cayeron los valientes, los rayos de la guerra perecieron! »
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 79, 2-3. 5-7.

V/. Que brille tu rostro, Señor, y nos salve.
R/. Que brille tu rostro, Señor, y nos salve.

V/. Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como a un rebaño; tú que te sientas sobre querubines, resplandece ante Efraín, Benjamín y Manasés.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
V/. Señor Dios de los Ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado mientras tu pueblo te suplica? Les diste a comer llanto, a beber lágrimas a tragos; nos entregaste a las contiendas de nuestros vecinos, nuestros enemigos se burlan de nosotros. R/.

EVANGELIO
Su familia decía que no estaba en sus cabales

+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3, 20-21

En aquel tiempo, volvió Jesús con sus discípulos a casa y se juntó tanta gente, que no los dejaban ni comer.
Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.
Palabra del Señor