miércoles, 30 de octubre de 2024

SAN MARCELO, Mártir



30 de octubre
SAN MARCELO,*
Mártir

Es preciso pasar por medio de muchas tribulaciones
para entrar en el reino de Dios.
(Hechos, 14,21).

   San Marcelo, centurión del ejército romano, como sus compañeros celebraban mediante sacrificios paganos el aniversario del emperador, exclamó arrojando sus insignias militares: "Yo sirvo a Jesucristo, el Rey eterno. Si es necesario, para ser soldado, sacrificar a los dioses y a los emperadores, me niego a servir". Fue condenado a muerte y decapitado, el 30 de octubre del año 298, en Tánger.

MEDITACIÓN
ES PRECISO TRABAJAR
PARA GANAR EL CIELO

   I. No nos lisonjeemos de ganar el cielo sin que ello nos cueste mucho trabajo. El reino de los cielos sufre violencia, únicamente los animosos pueden conquistarlo. Esta vida no es lugar de descanso, es campo de batalla. Jesucristo nos ha señalado el camino del cielo con las huellas de su sangre; los santos lo han regado con sus sudores, sus lágrimas y su propia sangre. ¡Qué cobardes que somos! ¿Quisiéramos tener sin trabajo lo que tanto ha costado a nuestros antepasados en la fe?

   II. Todo lo que hacemos, todo lo que sufrimos es poco, si lo comparamos con lo que Dios pide, con lo que vale el cielo y con lo que Jesucristo ha hecho para abrirnos su puerta. Sufro yo un momento para librarme de una eternidad de dolores, para gozar una gloria infinita y eterna. Vuestros sufrimientos duran sólo un momento, la gloria que esperáis es eterna. (San Pedro Damián).

   III. El mundo exige de sus partidarios servicios mucho más penosos de los que pide Jesucristo a sus servidores. Mira lo que hace un soldado para alcanzar gloria, un comerciante para enriquecerse, un cortesano para agradar a su príncipe. ¿Qué no haces tú mismo para contentar tu vanidad o tus placeres? ¿Cuándo, pues, trabajarás tanto por Dios cuanto trabajaste para el mundo? ¿Cuándo harás por tu alma tanto cuanto hiciste por tu cuerpo?

El cuidado de la salvación 
Orad por  los que están en pecado mortal.

ORACIÓN
   Haced, os lo rogamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión de vuestro mártir San Marcelo, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.



  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)1

MIÉRCOLES DE LA TRIGÉSIMA SEMANA


PRIMERA LECTURA
No como quien sirve a los hombres, sino como esclavos de Cristo

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 6, 1-9

Hijos, obedeced a vuestros padres como el Señor quiere, porque eso es justo.
«Honra a tu padre y a tu madre » es el primer mandamiento al que se añade una promesa: «Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra».
Padres, vosotros no exasperéis a vuestros hijos; criadlos educándolos y corrigiéndolos como haría el Señor.
Esclavos, obedeced a vuestros amos de la tierra con profundo respeto, de todo corazón, como a Cristo.
No por las apariencias, para quedar bien, sino como esclavos de Cristo que hacen lo que Dios quiere; con toda el alma, de buena gana, como quien sirve al Señor y no a hombres.
Sabed que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre, se lo pagará el Señor.
Amos, correspondedles dejándoos de amenazas; sabéis que ellos y vosotros tenéis un amo en el cielo y que ése no es parcial con nadie.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 144, 10-11. 12-13ab. 13cd-14
V/. El Señor es fiel a sus palabras.
R/. El Señor es fiel a sus palabras.

V/. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/.

V/. Que expliquen tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/.

V/. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R/.


EVANGELIO
Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 22-30

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó: Señor, ¿serán pocos los que se salven? Jesús les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha.
Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.
Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo.
«Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois».
Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas».
Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera.
Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

Palabra del Señor.