jueves, 26 de septiembre de 2024

SANTOS COSME y DAMIÁN, Mártires


26 de septiembre
SANTOS COSME
 y DAMIÁN,
 
Mártires



Curad enfermos, resucitad muertos,
limpiad leprosos,
 
lanzad demonios,
 dad gratuitamente lo que gratuitamente habéis recibido.
(Mateo, 10, 8).

   Los dos hermanos, Cosme y Damián, originarios de Arabia, fielmente observaron este consejo divino. Médicos, cuidaban gratuitamente a los enfermos, y su fe, mucho más aun que su ciencia, obraba curaciones maravillosas, espirituales y corporales. Cuando estalló la persecución de Diocleciano, fue imposible para hombres tan eminentes y distinguidos escapar a las investigaciones. Fueron detenidos por orden de Lisias, gobernador de Cilicia, y, después de diversos tormentos, fueron decapitados, sin duda en el año 303.

MEDITACIÓN
CADA CUAL EN SU
 
POSICIÓN
DEBE TRABAJAR POR EL CIELO

   I. Cada cual quiere descollar en su posición; para lograrlo no hay trabajo que se ahorre; si no alcanza para ello el día, se trabaja durante la noche. En cambio, en la profesión de cristiano, ¡cuán raro es este celo! ¡Cuántos hay, asimismo, que tienen miedo de parecer cristianos; que retroceden, no delante de las amenazas de un perseguidor, sino ante los sarcasmos de cristianos como ellos! ¡Extraña ceguera! ¡El artesano ejerce públicamente su oficio por humilde que sea, y no se avergüenza de su dignidad de cristiano! Nadie reconoce en ti a un cristiano. (Tertuliano)

   II. Debes cumplir tus deberes de estado cristianamente, es decir, de la manera como Dios lo quiere. Para esto, ofrece a Dios, por la mañana, el trabajo de todo el día, protestando que por obedecerle vas a trabajar. Si eres fiel a esta práctica, te cuidarás durante el día de no manchar con el pecado el trabajo que has consagrado al Señor.

   III. No te contentes con ofrecer tus acciones a Dios, esfuérzate por hacer todos los días alguna cosa por Él, con la única mira de agradarle. Trabaja en la gloria de Dios o en el alivio de los pobres: no hay profesión ni oficio que no nos brinde ocasiones para ello. Da a los pobres a fin de darte a ti mismo: lo que les des no lo perderás, lo que les rehúses pasará a mano de otro. (San Pedro Crisólogo).

La caridad
Orad por los pobres.

ORACIÓN
    Haced, os lo suplicamos, Dios omnipotente, que honrando el nacimiento al cielo de vuestros santos mártires Cosme y Damián, nos veamos libres por su intercesión de todos los males que nos amenazan. Por J. C. N. S. Amén.

SAN CIPRIANO y SANTA JUSTINA, Mártires

26 de septiembre


 
SAN CIPRIANO
SANTA JUSTINA, Mártires
Yo me voy, y vosotros me buscaréis,
y moriréis en vuestro pecado.
(Juan, 8, 21).


   Santa Justina de Antioquía rehusó casarse con un joven pagano. Fue éste a consultar a un mago célebre, llamado Cipriano, sobre los medios que debía emplear para vencer a la doncella. Cipriano empleó todos los secretos de su arte; pero el demonio le confesó que ningún poder tenía sobre los cristianos. Esta respuesta lo convirtió; hasta llegó a ser obispo de Antioquía. Padeció con Santa Justina garfios de hierro, azotes y pez hirviendo; finalmente fueron decapitados. 
 
MEDITACIÓN
SOBRE EL APLAZAMIENTO
DE LA CONVERSIÓN
 
   I. No difieras tu conversión de día en día: Dios, que promete perdonar al arrepentido, no ha prometido esperar al pecador que difiere su conversión. La vida es tan incierta que una pronta conversión es absolutamente necesaria; porque de esta conversión depende una eternidad de dicha o de infortunio. El negocio de la salvación es tan importante, que no debe ser dejado para mañana. El día de mañana no pertenece al cristiano. (Tertuliano) 
   II. Pero aun cuando estuvieras seguro de llegar a extrema vejez, no seria ello razón para diferir hasta entonces tu conversión. En efecto, el cuerpo debilitado por la edad y la enfermedad no buscará sino el descanso, los malos hábitos se habrán convertido en segunda naturaleza; acaso Dios retire las gracias que hoy menosprecias. Sin duda que el perdón está prometido al que se arrepiente; ¿pero pretenderás hacer entonces penitencia?
   III. Esperas para convertirte el momento de tu muerte: pero ¿quién te ha dicho que no morirás de muerte repentina e imprevista? ¿Quién te ha asegurado que conservarás el uso de tu razón? Suponte que goces en ese supremo momento del pleno uso de tus facultades, ¿qué clase de penitencia es la que consiste en dejar el pecado cuando ya no se lo puede cometer? Imita a aquel cortesano que, después de haber leído la vida de San Antonio, dijo a uno de sus amigos: "Voy a servir a Dios; ahora mismo comienzo y en este lugar; si no quieres imitarme, por lo menos no te opongas a mi resolución".

La penitencia
Orad por la conversión de los pecadores. 
 
ORACIÓN
    Haced, Señor, que experimentemos los efectos incesantes de la protección de vuestros bienaventurados mártires Cipriano y Justina, puesto que no cesáis de mirar con bondad a los que favorecéis con tan poderoso socorro. por J. C. N. S. Amén.

JUEVES DE LA VIGÉSIMA QUINTA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Nada hay nuevo bajo el sol

Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2-11

Vaciedad sin sentido, dice el Predicador, vaciedad sin sentido; todo es vaciedad.
¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre permanece.
Sale el sol, se pone el sol, se afana por llegar a su puesto, y de allí vuelve a salir.
Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento, y sigue girando el viento.
Todos los ríos caminan al mar, y el mar no se llena; llegados al puesto adonde caminan, de allí vuelven a caminar.
Todas las cosas cansan, nadie es capaz de explicarlas.
No se sacian los ojos de ver, no se hartan los oídos de oír.
Lo que pasó, eso pasará, lo que sucedió, eso sucederá: nada hay nuevo bajo el sol.
Si de algo se dice: «Mira, esto es nuevo» , ya sucedió en otros tiempos, mucho antes de nosotros.
Nadie se acuerda de los antiguos, lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores.

Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17
V/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.


V/. Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: «Retornad, hijos de Adán» Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó, una vela nocturna. R/.


V/. Los siembras año por año, como hierba que se renueva: que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. R/.


V/. Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R/.


V/. Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.



EVANGELIO
A Juan lo mandé decapitar yo.
¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 7-9

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía: A Juan lo mandé decapitar yo.
¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas ? Y tenía ganas de verlo.

Palabra del Señor.