viernes, 17 de octubre de 2025

SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Obispo y Mártir



17 de octubre

SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, 
 *
Obispo y Mártir


El que no ame a Nuestro Señor Jesucristo,
sea anatema
(1 Cor. 16, 22).

   
San Ignacio, obispo de Antioquía, tenía en los labios, sin cesar, el nombre de Jesús. Este amor por Jesús encendió su deseo de asemejársele. Fue condenado a ser comido por los leones. Soy, dice el santo, trigo de Dios que debe ser molido por los dientes de las fieras para ser pan de Cristo. Murió pronunciando el nombre de Jesús, el año 110.

  MEDITACIÓN SOBRE
EL AMOR A JESÚS
   I. Jesús nos dio todo para obtener nuestro amor. ¿Quieres ser amigo suyo? Es preciso que por entero te des a Él. ¡Cuán dulce es dar el corazón, el cuerpo, el alma, a Jesús! ¡Ah! ¡cuán generoso es este Señor, cuán fiel este Amigo, cuán magníficamente recompensa este Dios a todos aquellos que le sirven! Que las creaturas no me importunen más, yo quiero ser todo de Jesús. Sufriré, mas, qué me importa. En nada tengo los suplicios, no amo esta vida hasta el punto de preferirla al Señor (San Ignacio).

   II. Por nosotros ha trabajado Jesús durante toda su vida. Seamos agradecidos para con un amigo tan generoso; que nuestro amor no piense sino en Jesús, que nuestros actos sean todos para Él, que nuestra lengua en todo momento pronuncie su Nombre adorable. Amemos a nuestros parientes y a nuestros amigos porque Jesús lo quiere, hagamos bien a nuestros enemigos por amor a Él. Veamos a Jesucristo en la persona de nuestro prójimo, y el amor se nos hará fácil.

   III. Para coronar la ofrenda que de ti mismo y de tus acciones le has hecho a Jesús, es preciso que las realices como Jesús las hubiera hecho. Al comenzar el día llénate de este pensamiento: Quiero ser amigo de Jesús, quiero parecerme a Él. ¿Cómo oraba a su Padre celestial? ¿Cómo conversaba con los hombres? Con frecuencia pregúntate: ¿hubiera hecho esto Jesús como yo lo hago? No te separes de Jesús, que Él sea tu compañero, tu convidado, aun más, que Cristo sea tus delicias  (San Pedro Damián).

El amor a Jesús
Orad por China

ORACIÓN
      Omnipotente Dios, mirad nuestra debilidad, mirad como el peso de nuestras propias obras nos agobia, y fortificadnos por la gloriosa intercesión de San Ignacio, vuestro mártir y pontífice. Por J. C. N. S. Amén
  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)

VIERNES DE LA VIGÉSIMA OCTAVA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Abrahán creyó a Dios y se le contó en su haber

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 4, 1-8

Hermanos: Veamos el caso de Abrahán, antepasado de nuestra raza.
¿Aceptó Dios a Abrahán por sus obras? Si es así, tiene de qué estar orgulloso; pero de hecho, delante de Dios no tiene de qué.
A ver, ¿qué dice la Escritura? : «Abrahán creyó a Dios y le fue computado como justicia».
Pues bien, a uno que hace un trabajo, el jornal no se le cuenta como un favor, sino como algo debido; en cambio, a éste que no hace ningún trabajo, pero tiene fe en que Dios absuelve al culpable, esa fe se le cuenta en su haber.
También David llama dichoso al que Dios cuenta como inocente, prescindiendo de sus obras: «Dichoso el hombre que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien Dios no le cuenta el pecado».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 31, 1-2. 5. 11.
V/. Tú eres mi refugio: me rodeas de cantos de liberación.
R/. Tú eres mi refugio: me rodeas de cantos de liberación.


V/. Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. R/.


V/. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado» R/.


V/. Alegraos, justos, y gozad con el Señor, aclamadlo, los de corazón sincero. R/.



EVANGELIO
Los pelos de vuestra cabeza están contados
+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 1-7
En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros.
Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía.
Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse.
Por eso, lo que digáis de noche, se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano, se pregonará desde la azotea.
A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más.
Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar en el fuego.
A ése tenéis que temer, os lo digo yo.
¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos ? Pues ni de uno solo se olvida Dios.
Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados.
Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Palabra del Señor.