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Herodes mandó matar a todos los niños que  había
en Belén y en toda su comarca, de dos años abajo.(Mateo,2, 16).
en Belén y en toda su comarca, de dos años abajo.(Mateo,2, 16).
   Había Jesús nacido en Belén, y los magos  vinieron de Oriente a la corte de Herodes para averiguar dónde acababa de nacer  "el rey de los judíos". Turbóse Herodes, y, habiendo convocado a los príncipes  de los sacerdotes, les preguntó donde debía nacer el Cristo. Llamó después a los  magos en secreto y les dijo: "Id, informaos con cuidado acerca de este niño, y  cuando lo hayáis encontrado, hacédmelo saber, para que yo también vaya a  adorarlo". Pero los magos, advertidos por el Cielo, no volvieron. Se enfureció  Herodes e hizo degollar a todos los niños de Belén y sus alrededores, hasta la  edad de dos años. Este bautismo de sangre envió muchos ángeles al cielo. 
 I. Estos niños  vertieron su sangre por Jesucristo antes de conocerlo. Hace ya tantos años que  tú conoces a Dios y los beneficios con que te ha colmado, y ¿cómo lo has  servido? Dale la flor de tu vida, conságrale a su servicio tus mejores años,  como los santos inocentes. ¡Dichosos niños, no pueden aún pronunciar el  nombre de Cristo, y ya merecen morir por Él! (San Eusebio). 
   II. No es hablando, sino sufriendo y muriendo,  como estas primicias de los mártires, estas flores de la naciente Iglesia  confesaron la fe de Jesucristo. A menudo Dios pide que tú lo confieses  callándote y sufriendo. Te calumnian, te persiguen: sufre, cállate. ¡Ah! ¡cuán  elocuente testimonio de tu fidelidad es esta paciencia muda! En vano dices que  eres totalmente de Dios: corresponde que lo digan tus acciones; trabaja por  Dios, sufre por amor suyo. 
   III. Debes ser inocente como estos niños si  quieres entrar en el cielo: Si perdiste la inocencia bautismal, es preciso que  laves tu alma en las amargas aguas de la penitencia. Ojos míos, derramad  vuestras lágrimas para extinguir el fuego del infierno y aun del purgatorio, y  para lavar mis pecados; porque nada que esté sucio entrará en el reino de los  cielos. ¡Dichoso si a semejanza de estas santas almas, podemos obtener la corona  del martirio! Esta edad, todavía no apta para la lucha, está ya madura para  la victoria.  
La pureza 
Orad por los niños de China. 
ORACIÓN 
   Oh Dios, cuyos Inocentes mártires publican  hoy la gloria no con sus palabras sino con su sangre, haced morir en nosotros  los vicios todos, a fin de que la santidad de nuestra vida venidera proclame la  fe que confiesan nuestros labios. Por J. C. N. S. Amén.  
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Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo IV, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)
