martes, 22 de octubre de 2013

SANTAS NUNILA Y ALODIA, Vírgenes y Mártires

22 de octubre
SANTAS NUNILA
Y
ALODIA
,
(*)

Vírgenes y Mártires
   La gran era de los mártires en España empezó en el año 850, con el reinado de Abderramán II. Estas dos vírgenes se contaron entre las innumerables mártires que sellaron con su sangre su fidelidad a Dios durante la persecución morisca. Nunila y Alodia, que eran hermanas, vivían en Huesca. Su padre era mahometano y su madre cristiana. Las dos jóvenes habían sido educadas en el cristianismo por su madre, la cual después de la muerte de su esposo, tuvo el poco tino de casarse con otro mahometano. Este, que era un personaje de importancia, trató con brutalidad a sus hijastras. Nunila y Alodia tuvieron muchos pretendientes, pero, como habían decidido consagrar su virginiad a Dios, rechazaron a todos y obtuvieron finalmente el permiso para ir a vivir con una tía suya que era cristiana. Cuando Abderramán promulgó sus leyes persecutorias, las dos doncellas fueron arrestadas al punto, ya que tanto su familia como la vida piadosa que llevaban eran muy conocidas. Nunila y Alodia comparecieron gozosamente ante el juez, sin el menor temor. El perseguidor empleó primero los halagos y las promesas, pero después pasó a las amenazas. Como ninguno de los dos métodos tuviese éxito, confió a las dos jóvenes a ciertas mujeres de mala vida, con la esperanza de que el mal ejemplo hiciese su obra. Pero Cristo iluminó y protegió a sus siervas, y las prostitutas se vieron obligadas a declarar al juez que no había manera de doblegar a las dos jóvenes. Este las condenó entonces a perecer decapitadas. El Martirologio Romano conmemora en la fecha de hoy el triunfo de las mártires.

 *  Vidas de los Santos, de Butler. Vol. IV, ed. 1964

MARTES DE LA VIGÉSIMA NOVENA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Por el pecado de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte. ¡Cuánto más ahora vivirán y reinarán!

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos
5, 12. 15b. 17-19. 20b-21

Hermanos: Lo mismo que por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre, Jesucristo, la benevolencia y el don de Dios desbordaron sobre todos.
Por el pecado de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte.
¡Cuánto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la salvación! Por tanto, si el pecado de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la salvación y la vida.
Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.
Si creció el pecado, más desbordante fue la gracia.
Y así como reinó el pecado causando la muerte, así también, por Jesucristo nuestro Señor, reinará la gracia causando la salvación y la vida eterna.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 17
V/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; .
no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
V/. —Como está escrito en mi libro— «para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero, y lo llevo en mis entrañas. R/.
V/. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R/.
V/. Alégrense y gocen contigo, todos los que te buscan; digan siempre: «Grande es el Señor, los que desean tu salvación». R/.


EVANGELIO
Dichosos los criados a quienes el Señor, al llegar, los encuentre en vela

+ Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 12, 35-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.

Palabra del Señor