8 de febreroSAN JUAN DE MATA, *
Confesor![]()
El mayor entre vosotros ha de ser
vuestro servidor.
(Mat. 23,11).
vuestro servidor.
(Mat. 23,11).
Este santo es el fundador de la orden de la Santísima Trinidad, destinada, al igual que la que más tarde fundó San Pedro Nolasco, al rescate de los cristianos cautivos de los moros. Tan baja opinión tenía de sí mismo y un respeto tan grande por el sacerdocio, que no consintió en ser ordenado sino por obediencia a los insistentes requerimientos del arzobispo de París. En el mismo día de su primera misa Dios le inspiró la generosa resolución de trabajar para la salvación de los cristianos que gemían en la esclavitud.
MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES MOTIVOS
QUE DEBEN MOVERNOS A HUMILDAD
SOBRE LOS TRES MOTIVOS
QUE DEBEN MOVERNOS A HUMILDAD
I. La verdadera humildad está basada sobre el
conocimiento de sí mismo. ¿Qué eras antes de que Dios te creara? ¿Dónde
estabas? ¿Qué hacías? Eras nada; Dios, por su bondad, hizo que fueses.
Sin
embargo, te glorías de ello; te crees necesario para la gloria de Dios y
para la salvación de las almas, te crees indispensable para la familia o
para la
sociedad de que formas parte. Sin ti muy bien se las arreglaron Dios y
los hombres antes de tu
nacimiento; igualmente sucederá después de tu muerte.
II. ¿Y qué eres al presente? Tu cuerpo no es sino
corrupción, tu alma, ignorancia y malicia.
Tu
vida es una llama que el menor soplo apaga. Cuida cuanto quieras tu
salud, es preciso que, por fin, tu vida acabe, y que tus grandes
proyectos se disipen en humo.
¡Oh hombre! si conocieses tu nada, conocerías la grandeza de tu Dios y
serías humilde en su presencia. Para conocer a Dios, aprende a conocerte a ti mismo. (San
Cipríano).
III. ¿Qué serás durante toda la eternidad? ¿Quién lo
sabe? Ignoras si serás víctima del infierno o heredero del paraíso.
Puedes tener vanidad
cuando te dices a ti mismo: Yo no sé adónde iré después de mi
muerte; mi cuerpo descenderá a la tumba, pero, mi alma, ¿a dónde irá?
Humíllate delante de los hombres. Ése que ahora te parece despreciable y
malo, acaso un día esté más elevado que tú en el cielo.
¡Señor Jesús, haced que os conozca y que me conozca a mí mismo! (San Agustín).
El amor a las humillaciones
Orad por los que os persiguen.
Orad por los que os persiguen.
ORACIÓN
Oh Dios, que milagrosamente
habéis instituido, por medio de San Juan de Mata, la orden de la
Santísima Trinidad, para el rescate de los cautivos del poder de los
sarracenos, haced, benignamente, que ayudados por sus méritos y por
vuestra gracia,
seamos librados de la cautividad del cuerpo y del alma. Por J. C. N. S.
Amén.
FUENTE:
Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed.
ICTION, BuenosAires, 1982)