sábado, 10 de junio de 2023

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

PRIMERA LECTURA
Te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres
Lectura del Libro del Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a
Habló Moisés al pueblo y dijo:
Recuerda el camino que el Señor tu Dios
te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no.
El te afligió haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná que tu no conocías ni conocieron tus padres
para enseñarte que no solo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios.
No sea que te olvides del Señor tu Dios que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua; que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20
V/. Glorifica al Señor, Jerusalén.
(o, Aleluya).
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

V/. Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión,
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

V/. Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina;
él envía su mensaje a la tierra y su palabra corre veloz.
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.

V/. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así
ni les dio a conocer sus mandatos.
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.


SEGUNDA LECTURA
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 10, 16-17
Hermanos:
El cáliz de nuestra Acción de Gracias, ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo?
Y el pan que partimos, ¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.
Palabra de Dios

Aleluya Jn 6, 51-52

Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —; dice el Señor—; quien coma de este pan vivirá para siempre.
Aleluya.


EVANGELIO
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida
 +Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
—Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí:
—¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo:
—Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el ultimo día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come este pan vivirá para siempre.
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA NOVENA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Vuelvo al que me envió. Vosotros bendecid al Señor

Lectura del libro de Tobías 12, 1. 5-15. 20

En aquellos días, Tobías llamó a su hijo y le dijo: 

—¿Qué podríamos darle a este santo varón que ha venido contigo ?
Le llamaron aparte, padre e hijo, y le rogaron que aceptara la mitad de todo lo que habían traído.
Y él les dijo en secreto: «Bendecid al Dios del cielo y proclamadle ante todos los vivientes, porque ha sido misericordioso con vosotros.
Es bueno guardar el secreto del rey, y es un honor revelar y proclamar las obras de Dios.
Buena es la oración con el ayuno.
Mejor es hacer limosna que atesorar dinero: porque la limosna libra de la muerte y limpia de pecado, alcanza la misericordia y la vida eterna.
Los que cometen pecados y maldades son enemigos de sí mismos.
Os diré toda la verdad, no os ocultaré ningún hecho: Cuando tú orabas con lágrimas y dabas sepultura a los muertos; cuando dejabas la comida, para esconder de día los muertos en tu casa y sepultarlos de noche,  yo presentaba tu oración al Señor.
Eras agradable al Señor, por eso tuviste que pasar por la prueba.
Ahora el Señor me ha enviado para que te cure y libre del demonio a Sara, la mujer de tu hijo.
Yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que estamos en presencia del Señor.
Pero ya es hora de que regrese al que me envió.
Vosotros, bendecid al Señor y divulgad sus obras maravillosas»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Tob 13, 2. 6. 7. 8
V/. Bendito sea Dios, que vive eternamente.
R/. Bendito sea Dios, que vive eternamente.


V/. El azota y se compadece, hunde hasta el abismo y saca de él, y no hay quien escape de su mano. R/.


V/. Veréis lo que hará con vosotros, le daréis gracias a boca llena,  bendeciréis al Señor de la justicia y ensalzaréis al Rey de los siglos. R/.


V/. Yo le doy gracias en mi cautiverio, anuncio su grandeza y su poder  a un pueblo pecador. R/.


V/. Convertíos, pecadores, obrad rectamente en su presencia: quizá os mostrará benevolencia y tendrá compasión. R/.


EVANGELIO
Esa pobre viuda ha echado más que nadie
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y les decía: ¡Cuidado con los letrados ! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos.
Esos recibirán una sentencia más rigurosa.
Estando Jesús sentado enfrente del cepillo del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.
Llamando a su discípulos, les dijo: Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie.
Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.
 Palabra del Señor.