viernes, 12 de septiembre de 2025

EL DULCE NOMBRE DE MARÍA



12 de septiembre
EL DULCE
 NOMBRE
DE 
MARÍA
El Señor ha hecho vuestro nombre
tan glorioso, que no se caerá
de la boca de los hombres.
(Jdt. 13, 25).

   Los elogios más sublimes corresponden a María, a la cual todas las generaciones llaman bienaventurada, y Aquel que "hizo en Ella cosas grandes y cuyo nombre es santo" quiso darle íntima participación de esa misma santidad para consuelo y gozo de quienes invocaren su dulce nombre. Nombre que ha de ser loado, en todo el mundo, porque infunde valor y fortaleza. Bien lo aprendieron los indios mejicanos de boca de los pobres soldados españoles cautivos, que subían al pavoroso teocalli invocando: "'Ay, Santa María!" y con este nombre en los labios expiraban.

   España fue la primera en solicitar y obtener de la Santa Sede autorización para celebrar la fiesta del Dulce Nombre. Y esto acaeció en el año 1513. Pero fue el Papa Inocencio XI quien decretó, el 25 de noviembre de 1683, que toda la Iglesia celebrara solemnemente la fiesta de este nombre excelso, para perpetuar la victoria que los austriacos y polacos, mandados por Juan Sobieski, consiguieron de los turcos ese año en Viena. 

   El dulce nombre de María, para los que luchamos en el campo de la vida, es lema, escudo y presagio. Lo afirma uno de sus devotos, San Antonio de Padua, con esta comparación: "Así como antiguamente, según cuenta el libro de los Números, señaló Dios tres ciudades de refugio, a las cuales pudiera acogerse todo aquel que cometiese un homicidio involuntario, así ahora la misericordia divina provee de un refugio seguro incluso para los homicidas voluntarios: el nombre de María. Torre fortísima es el nombre de Nuestra Señora. El pecador se refugiará en ella y se salvará. Es nombre dulce, nombre que conforta, nombre de consoladora esperanza, nombre tesoro del alma. Nombre amable a los ángeles, terrible a los demonios, saludable a los pecadores y suave a los justos"

   Que el sabroso nombre de nuestra Madre, unido al de Jesús, selle nuestros labios en el instante supremo y ambos sean la contraseña que nos abra de par en par las puertas de la gloria.

VIERNES DE LA VIGÉSIMA TERCERA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Yo antes era un blasfemo, pero Dios tuvo compasión de mí

Comienzo de la primera carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 1, 12. 12-14

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por disposición de Dios nuestro salvador y de Jesucristo nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe.
Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús Señor nuestro.
Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio.
Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un violento.
Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía.
Dios derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor cristiano.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 11
V/. Tú eres, Señor, mi heredad.
R/. Tú eres, Señor, mi heredad.
V/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.
El Señor es el lote de mi heredad y mi cáliz, mi suerte está en tu mano. R/.
V/. Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R/.
V/. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R/.

EVANGELIO
¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 39-42

En aquel tiempo, ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «hermano, déjame que te saque la mota del ojo» , sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Palabra del Señor.