martes, 29 de julio de 2025

SANTA MARTA, Virgen

29 de julio
 SANTA MARTA,
Virgen
Marta, Marta, te afanas y turbas por muchas cosas;
sin embargo una sola es necesaria.
(Lucas, 10, 4-42).

   Santa Marta, hermana de María Magdalena, tuvo la dicha de recibir a menudo en su casa a Jesucristo. Después de la Ascensión, los judíos la dejaron, con su hermano Lázaro y Santa Magdalena, en una barca sin remos ni timón en el mar; pero Dios les hizo de piloto y los hizo arribar a Provenza. Santa Marta construyó un convento en el que varias jóvenes, movidas por su ejemplo, consagraron a Dios su virginidad.

29 MARTES. SANTOS MARTA, MARÍA Y LÁZARO, m. obligatoria

PRIMERA LECTURA
El Señor hablaba con Moisés cara a cara
Lectura del libro del Éxodo 33, 7-11; 34, 5b-9. 28
En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera a distancia del campamento y la llamó «Tienda del encuentro». El que tenía que visitar al Señor, salía fuera del campamento y se dirigía a la tienda del encuentro.
Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que éste entraba en la tienda; en cuanto él entraba, la columna de nube bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda, mientras él hablaba con el Señor, y el Señor hablaba con Moisés.
Cuando el pueblo veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba y se prosternaba cada uno a la entrada de su tienda.
El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo.
Después él volvía al campamento, mientras Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la tienda.
Y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él proclamando: —Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Misericordioso hasta la milésima generación, que perdona culpa, delito y pecado, pero no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación.
Moisés al momento se inclinó y se echó por tierra.
Y le dijo: ─Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.
Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus noches: no comió pan ni bebió agua; y escribió en las tablas las cláusulas del pacto, los diez mandamientos.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 102, 6-7. 8-9. 10-11. 12-13
V/. El Señor es compasivo y misericordioso.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

V/. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.

V/. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando, ni guarda rencor perpetuo. R/.

V/. No nos trata como merecen nuestros pecados, ni nos paga según nuestras culpas; como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus pieles. R/.

V/. Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos; como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles. R/.


Aleluya Jn 8, 12b
Yo soy la luz del mundo
-dice el Señor-;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.

EVANGELIO
Creo que tu eres el Mesías, el Hijo de Dios
 +Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:
-«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo:
-«Tu hermano resucitará.»
Marta respondió:
-«Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le dice:
-«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó:
-«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
Palabra del Señor.

O bien:
Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas
 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
-«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le ¿contestó:
-«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»
Palabra del Señor.