sábado, 25 de mayo de 2013

GREGORIO VII, Papa y Confesor



25 de Mayo
GREGORIO VII,
Papa y Confesor
Sufro por Jesucristo hasta estar en cadenas como un criminal,
pero la palabra de Dios no está encadenada.
(2 Timoteo, 2, 9).

   Este Papa fue poderoso en obras y en palabras. Con tanto celo trabajó en el restablecimiento de la disciplina eclesiástica, en la propagación de la fe, en la extirpación de los errores y abusos, que puede decirse que ningún Papa, desde los tiempos apostólicos, soportó más penurias y tribulaciones por el bien de la Iglesia, y combatió más valientemente por su libertad. Como muro de acero opúsose a las sacrílegas pretensiones del emperador Enrique IV. Sitió éste a Roma y forzó al Santo Pontífice a refugiarse en Montecasino primero y, después, en Salerno, donde sucumbió al exceso de sus fatigas, el 25 de mayo de 1085. Antes de expirar, pronunció las palabras del Salmista: "He amado la justicia y he odiado la iniquidad"; y agregó: "por ello muero en el exilio".

MEDITACIÓN
 ESTA VIDA ES UNA PRISIÓN
PARA EL ALMA
   I. Nuestro cuerpo es la prisión de nuestra alma; las cadenas, de que está cargada en esta prisión, le impiden elevarse hasta Dios. El Rey David y el Apóstol de los gentiles dolíanse de esta cautividad. Y tú, oh hombre, amas esta prisión y temes la libertad. ¡Ah! si conocieses la dicha que se gusta en el cielo en la libertad de los hijos de Dios, pedirías al Señor que rompa tus cadenas. ¡Habitantes del cielo, cuán felices sois por haber dejado esta prisión para ir a habitar un palacio de luz!
   II. Nuestras cadenas son nuestras pasiones, nuestra concupiscencia, nuestros deseos y nuestros odios; ello es lo que nos ata a la tierra y nos impide elevarnos hasta Dios. ¡Señor, romped mis cadenas, desasidme de las creaturas, y entonces comenzaré ya desde esta vida el sacrificio de alabanza que debo continuar durante la eternidad! El primer grado de la libertad, es no ser esclavo de las pasiones. (San Agustín).
   III. Estamos, todos, condenados a muerte y sólo por ésta saldremos de nuestra prisión terrenal; es una sentencia que se ejecuta en seguida en algunos y después en otros. Tu cuerpo se consume, tus ojos se debilitan, tus cabellos encanecen... ¿Qué significa eso, si no que tu prisión se desmorona, que pronto tu alma encontrará salida para obtener la libertad? Tiembla, pues, pecador, porque saldrás de esta cautividad para entrar en el infierno. Regocijaos, almas justas; saldréis de la prisión para ascender a un trono. Que lo queramos o no, avanzamos cada día, cada instante, hacia nuestro destino (San Gregorio).

La constancia en las tribulaciones
Orad por los  que son perseguidos.

ORACIÓN
   Oh Dios, fortaleza de los que en Vos esperan, que habéis revestido al bienaventurado Gregario, vuestro Pontífice, de constancia inquebrantable para la defensa de la libertad de la Iglesia, concedednos, por su ejemplo e intercesión, la gracia de superar valientemente los obstáculos que se oponen a nuestra salvación. Por J. C. N. S. Amén.


SÁBADO DE LA VII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Dios hizo el hombre a su imagen
Lectura del libro del Eclesiástico 17, 1-13
El Señor formó al hombre de tierra
y le hizo volver de nuevo a ella;
le concedió un plazo de días contados
y le dio dominio sobre la tierra;
lo revistió de un poder como el suyo
y lo hizo a su propia imagen;
impuso su temor a todo viviente,
para que dominara a bestias y aves.
Les formó boca y lengua y ojos
y oídos y mente para entender;
los colmó de inteligencia y sabiduría
y les enseñó el bien y el mal;
les mostró sus maravillas,
para que se fijaran en ellas,
para que alaben el santo nombre
y cuenten sus grandes hazañas.
Les concedió inteligencia
y en herencia una ley que da vida;
hizo con ellos alianza eterna
enseñándoles sus mandamientos.
Sus ojos vieron la grandeza de su gloria
y sus oídos oyeron la majestad de su voz.
Les ordenó abstenerse de toda idolatría
y les dio preceptos acerca del prójimo.
Sus caminos están siempre en su presencia
no se ocultan a sus ojos.
Palabra del Señor.

Salmo responsorial Sal 102, 13-14.15-16. 17-18a
R.  La misericordia del Señor sobre sus fieles dura siempre.

Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos de barro. R.
Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla. R.
Pero la misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza. R.

EVANGELIO
El que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 13-16
En aquel tiempo, presentaron a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
–Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.