lunes, 1 de julio de 2024

LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE N. S. J. C.

1º de julio
LA PRECIOSÍSIMA SANGRE
DE N. S. J. C.(*)

   ¡Canta, lengua, el misterio del Cuerpo glorioso y de la Sangre preciosa de Cristo; de esa Sangre, fruto de un seno generoso, que el Rey de las gentes derramó para rescate del mundo: "in mundi praetium"!
   Pero, antes de que la lengua cante gozosa y el corazón se explaye en afectos de gratitud y amor, es necesario que medite la inteligencia las sublimidades del Misterio de Sangre que palpita en el centro mismo de la vida cristiana.
   Hay tres hechos que se dan, de modo constante y universal, a través de la historia del hombre: la religión, el sacrificio y la efusión de sangre.
   Los más eminentes antropólogos han considerado la religiosidad como uno de los atributos del género humano. La función céntrica de toda forma religioso-social ha sido siempre el sacrificio. Este se presenta como la ofrenda a Dios de alguna cosa útil al hombre, que la destruye en reconocimiento del supremo dominio del Señor sobre todas las cosas y con carácter expiatorio. Por lo que se refiere a la efusión de sangre, observamos que el sacrificio -al menos en su forma más eficaz y solemne- importa la idea de inmolación o mactación de una víctima, y, por lo mismo, el derramamiento de sangre, de modo que no hay religión que, en su sacrificio expiatorio, no lleve consigo efusión de sangre de las víctimas inmoladas a la divinidad.

SAN GALO, Obispo y Confesor



1º de julio
SAN GALO,

Obispo y Confesor


Ofrezcamos siempre a Dios un sacrificio de alabanza.
(Hebreos, 13, 15).

   San Galo huyó de la casa paterna porque sus padres querían hacerlo casar con la hija de un senador y entró en un monasterio de Cournon. Designado para suceder San Quinciano en la sede de Clermont, dio a su pueblo el ejemplo de una piedad angélica y de una dulzura inalterable. Un hombre brutal lo hirió en la cabeza y el santo sufrió esta afrenta sin dar la menor señal de emoción, y con este acto de paciencia desarmó la cólera de su agresor. Murió hacia el año 552.

LUNES DE LA DECIMOTERCERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros

Lectura del Profeta Amós 2, 6-10. 13-16

Así dice el Señor: A Israel, por tres pecados, y por el cuarto, no le perdonaré.
Porque venden al justo por dinero, al pobre por un par de sandalias.
Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros y tuercen el camino de los indigentes.
Padre e hijo van juntos a una mujer, infamando mi nombre santo.
Se acuestan sobre ropas dejadas en fianza, junto a cualquier altar; beben vino de multas, en el templo de su Dios.
Yo destruí al amorreo al llegar ellos; era alto como los altos cedros, fuerte como las encinas.
Destruí por arriba el fruto, la raíz por abajo.
Yo os saqué de Egipto, os conduje por el desierto cuarenta años, para daros en posesión la tierra de los amorreos.
Mirad, yo os aplastaré en el suelo, como un carro lleno de gavillas.
El veloz no encontrará huida, el fuerte no conservará su fuerza, el soldado no salvará la vida.
El arquero no se mantendrá en pie, el hombre ágil no se escapará, el jinete no salvará la vida.
El fuerte y valiente entre los soldados huirá desnudo aquel día.
Oráculo del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 49, 16bc-17. 18-19. 20-21. 22-23.
V/. Atención, los que olvidáis a Dios.
R/. Atención, los que olvidáis a Dios.


V/. ¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? . R/.


V/. Cuando ves un ladrón, corres con él, te mezclas con los adúlteros; sueltas tu lengua para el mal, tu boca urde el engaño. R/.


V/. Te sientas a hablar contra tu hermano, deshonras al hijo de tu madre: esto haces, ¿y me voy a callar? ¿crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara. R/.


V/. Atención, los que olvidáis a Dios, no sea que os destroce sin remedio; el que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. R/.


EVANGELIO
Sígueme

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 18-22

En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla.
Se le acercó un letrado y le dijo: Maestro, te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió: Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.
Otro que era discípulo, le dijo: Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
Jesús le replicó: Tú, sígueme.
Deja que los muertos entierren a sus muertos.
Palabra del Señor.