20 de agosto
SAN BERNARDO,
Abad y Doctor
SAN BERNARDO,
Abad y Doctor
Cualquiera que hiciere la voluntad de mi
Padre,
que está en los cielos, ése es mi hermano
y mi hermana, y mi madre.
(Mateo, 12, 50).
que está en los cielos, ése es mi hermano
y mi hermana, y mi madre.
(Mateo, 12, 50).
San Bernardo, nacido en 1090 de noble familia en Fontaines-les-Dijon, entró en la abadía de Císter, acompañado de sus hermanos, y otros veintiséis nobles. Más grande aun por sus virtudes que por su genio, rehusó los arzobispados de Reims, de Génova y de Milán, declarándose indigno de tal honor. Llegó a ser el árbitro de los obispos, de los reyes y de los papas. Predicó una cruzada con prodigioso éxito y fundó una multitud de monasterios. Al mismo tiempo fue un gran taumaturgo y el azote de las herejías. Escribió numerosas obras en las que brilla una doc trina totalmente celestial, que parece fruto de inspiración divina más que resultado del trabajo. Murió en 1153, y fue proclamado, por Pío VIII, Doctor de la Iglesia universal.
SOBRE SAN BERNARDO
I. San Bernardo puede ser llamado: hijo
de María. Fue objeto de parte de esta bondadosa Madre de un afecto muy
particular, y, en agradecimiento, trabajó todo lo que pudo para propagar su
culto. No tenia dicha mayor que la de hablar de la Santísima Virgen. Tú también
debes ser hijo de María como San Bernardo. ¡Oh Virgen Santísima, tienes para
conmigo la ternura y solicitud de una madre, y en mí no encuentras sino un hijo
desnaturalizado! ¿Dónde está el desasimiento, dónde la humildad, dónde las
virtudes que deben hacerme semejante a Ti?
II. San Bernardo es también el hermano de
Jesucristo; como Él, ha predicado el desprecio del mundo, y lo hizo con tanto
vigor, que al oírlo, la juventud dejaba los placeres del siglo para retirarse a
los monasterios. Tenia siempre presente la Pasión de Jesucristo, y para
imitarlo entregábase a la más rigurosa penitencia. ¿Eres tú el hermano de
Jesucristo? ¿Te pareces a Él? ¿Haces tú, como Él, la voluntad de Dios, tu
Padre?
III. Medita estas cuatro palabras que San
Bernardo tenia siempre en los labios: 1) ¡Es terrible ver anonadarse a un Dios,
y a un gusano glorificarse! 2) Cuanto más busque el alma consuelo en las
creaturas, tanto menos lo encuentra en Dios. 3) Bernardo, ¿para qué te hiciste
religioso? ¿No es, acaso, para hacerte santo? 4) A cada instante debemos pensar
en la muerte a la que cada instante nos acerca.
La devoción a la Santísima Virgen
Orad por las órdenes religiosas.
Orad por las órdenes religiosas.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis enseñado a vuestro
pueblo los caminos de la salvación eterna por ministerio del bienaventurado
Bernardo, dignaos hacer que, después de haberlo tenido en la tierra como doctor
y guía, lo tengamos como intercesor en el cielo. Por J. C. N. S. Amén.