sábado, 1 de julio de 2023

DECIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Ese hombre de Dios es un santo, se quedará aquí
Lectura del segundo Libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16a
Un día pasaba Eliseo por Sunem y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y siempre que pasaba por allí iba a comer a su casa. Ella dijo a su marido:
—Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil y así cuando venga a visitarnos se quedará aquí.
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó.
Dijo a su criado Guiezi:
—¿Qué podemos hacer por ella?
Contestó Guiezi:
—No tiene hijos y su marido ya es viejo.
El le dijo:
—Llama a la Sunamita.
La llamó y ella se presentó a él.
Eliseo dijo:
—El año que viene, por estas mismas fechas abrazarás a un hijo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 16-17. 18-19
V/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.
R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

V/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad.»
R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

V/. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminaré, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo.
R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

V/. Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder. Porque el Señor es nuestro escudo, y el santo de Israel, nuestro rey.
R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.


SEGUNDA LECTURA
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que andemos en una vida nueva
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 6, 3-4. 8-11
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre, y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor Nuestro.
Palabra de Dios


EVANGELIO
El que no toma su cruz, no es digno de mí. El que os recibe a vosotros, me recibe a mí
 +Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 37-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
—El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es
digno de mí; y el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA DUODÉCIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo

Lectura del libro del Génesis 18, 1-15

En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacía calor.
Alzó la vista y vio tres hombres en pie frente a él.
Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo: 
—Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo.
Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol.
Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a vuestro siervo.
Contestaron: 
—Bien, haz lo que dices.
Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: 
—Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza.
El corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase en seguida.
Tomó también cuajada, leche, y el ternero guisado y se lo sirvió.
Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron.
Después le dijeron: 
— ¿Dónde está Sara, tu mujer?
Contestó: 
—Aquí, en la tienda.
Añadió uno: 
—Cuando vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.
Sara lo oyó, detrás de la entrada de la tienda.
(Abrahán y Sara eran ancianos, de edad muy avanzada, y Sara ya no tenía sus períodos)
Y Sara se rió por lo bajo, pensando: 
—Cuando ya estoy seca, ¿voy a tener placer, con un marido tan viejo?
Pero el Señor dijo a Abrahán: 
— ¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: «De verdad que voy a tener un hijo, yo tan vieja» ?
¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.
Pero Sara lo negó: 
—No me he reído.
Porque estaba asustada.
El replicó: 
—No lo niegues, te has reído.
Palabra de Dios
 
Salmo responsorial Lc 1, 46-47. 48-49. 50 y 53. 54-55
V/. El Señor se acuerda de su misericordia.
R/. El Señor se acuerda de su misericordia.
V/. Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. R/.
V/. Porque ha mirado la humillación de su esclava; desde ahora me felicitarán todas las generaciones.
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo. R/.
V/. Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación: a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos. R/.
V/. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para siempre. R/.

EVANGELIO
Vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 5-17

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó diciéndole: Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.
El le contestó: Voy yo a curarlo.
Pero el centurión le replicó: Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo? Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.
Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes: y le digo a uno «ve» , y va; al otro, «ven» , y viene; a mi criado, «haz esto» , y lo hace.
Cuando Jesús lo oyó quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe.
Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos; en cambio a los ciudadanos del Reino los echarán afuera, a las tinieblas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Y al centurión le dijo: Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él con su palabra expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos.
Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «El tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».
Palabra del Señor