sábado, 23 de junio de 2012

NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA. Misa vespertina de la vigilia


NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

Solemnidad


Misa vespertina de la vigilia

PRIMERA LECTURA
Antes de formarte en el vientre, te escogí
Lectura del Profeta Jeremías 1, 4-10
En tiempo de Josías, recibí esta palabra del Señor: Antes de formarte en el vientre, te escogí, antes de que salieras del seno materno, te consagré Te nombré profeta de los gentiles. Yo repuse: ¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.
El Señor me contestó: No digas «soy un muchacho», que adonde yo te envíe, irás, y lo que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte. —oráculo del Señor—.
El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo: Mira: yo pongo mis palabras en tu boca; hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para edificar y plantar.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial     Sal 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17
R. En el seno materno tú me sostenías.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo; líbrame y ponme a salvo;
inclina a mí tu oído y sálvame. R.
Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú;
Dios mío, líbrame de la mano perversa, R.
Porque, tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti;
en el seno tú me sostenías. R.
Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

SEGUNDA LECTURA
Esta salvación fue el tema que los profetas investigaron y escrutaron
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 1, 8-12
Queridos hermanos
No habéis visto a Jesucristo y lo amáis; no lo veis y creéis en él, y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.
Esta salvación fue el tema que investigaron y escrutaron los profetas, los que predecían la gracia destinada a vosotros. El Espíritu de Cristo que estaba en ellos les declaraba por anticipado los sufrimientos de Cristo y la gloria que seguiría; ellos indagaron para cuándo y para qué circunstancia lo indicaba el Espíritu. Se les reveló que aquello de que trataban no era para su tiempo, sino para el vuestro. Y ahora se os anuncia por medio de predicadores que os han traído el Evangelio con la fuerza del Espíritu enviado del cielo. Son cosas que los ángeles ansían penetrar.
Palabra del Señor.

Aleluya    Jn 1, 7; Lc 1, 17
Aleluya, aleluya. Vino para dar testimonio de la luz; para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. Aleluya.

EVANGELIO
Te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan
Lectura del santo Evangelio según San Lucas  1, 5-17
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.
Y se la apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. A1 verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
Pero el ángel le dijo:
No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer, Isabel, te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.
Palabra de Dios.

SÁBADO DE LA UNDÉCIMA SEMANA


 

PRIMERA LECTURA

Zacarías, a quien matasteis entre el templo y el altar

Lectura del segundo libro de las Crónicas 24, 17-25

Cuando murió Yehoyadá, los jefes de Judá fueron a postrarse ante el rey y éste siguió sus consejos.
Se olvidaron del templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a las estelas y a los ídolos. Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén. Les envió profetas para que se convirtiesen, pero no hicieron caso a sus amonestaciones.
Entonces el Espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, que se presentó ante el pueblo y le dijo:
–Esto dice el Señor: ¿Por qué no cumplís los preceptos del Señor? Vais al fracaso. Habéis abandonado al Señor y él os abandonará a su vez.
Pero ellos conspiraron contra él y lo apedrearon en el atrio del templo por orden del rey. El rey Joás, sin tener en cuenta el bien que le había hecho Yehoyadá, mató a su hijo Zacarías, que murió diciendo:
–¡Que el Señor te lo tome en cuenta!
Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, penetró en Judá, hasta Jerusalén; mataron a todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco.
El ejército de Sirla no era muy numeroso, pero el Señor le entregó un ejército enorme, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres.
Así se vengaron de Joás.
Al retirarse los sirios, dejándolo gravemente herido, sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá.
Lo asesinaron en la cama y murió.
Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34

R.  Le mantendré eternamente mi favor.
Sellé una alianza con mí elegido,
jurando a David mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R.
Le mantendré eternamente mi favor
y mi alianza con él será estable;
le daré una posteridad perpetua
y un trono duradero como el cielo. R.
Si sus hijos abandonan mi ley
y no siguen mis mandamientos,
si profanan mis preceptos
y no guardan mis mandatos. R.
Castigaré con la vara sus pecados
y a latigazos sus culpas;
Pero no les retiraré mi favor
ni desmentiré mi fidelidad. R.

EVANGELIO

No os agobiéis por el mañana

+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 24-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.
Palabra del Señor.