viernes, 20 de noviembre de 2015

SAN FÉLIX DE VALOIS, Confesor



20 de noviembre
SAN FÉLIX
DE VALOIS,
Confesor

Aquellos a quienes Dios tiene previstos, también
los predestinó para ser conformes
a la imagen de su Hijo.
(Romanos, 8, 29).

   Según las tradiciones de la Orden de la Merced, San Félix de Valois, nacido en 1127 y educado por San Bernardo, dio muestras desde su más tierna infancia de una gran caridad para con los pobres, hasta el extremo de despojarse de sus vestiduras para vestirlos con ellas. Ordenóse de sacerdote y, después de su primera misa, se retiró a la soledad. Allí fue donde San Juan de Mata fue a buscarlo por inspiración divina, para trabajar con él en la fundación de la Orden de la Redención de los cautivos. La Santísima Virgen lo honró a menudo con sus visitas; un ángel le advirtió sobre la hora de su muerte, que acaeció el año 1212, a edad muy avanzada.

MEDITACIÓN
SOBRE LA IMITACIÓN
DE JESUCRISTO

   I. Jesús llevó una vida humilde y escondida en la casa de San José. La obediencia, la humildad y el amor a la soledad, tales fueron las virtudes con las cuales se preparó para la predicación del Evangelio; tales son también las virtudes que debemos practicar siguiendo su ejemplo. Oh mi divino Maestro, ¿cómo amaría yo el retiro, la humildad y la obediencia? ¡Quisiera aparecer siempre con brillo, mandar siempre y nunca obedecer! ¿Es esto imitaros?

   II. Jesús salió de esta vida oculta para trabajar en la salvación de los hombres; pero los hombres le devolvieron mal por bien y lo cargaron de oprobios. Si quieres caminar por las huellas de Jesús, prepárate a recibir ultrajes de aquellos mismos por cuya salvación trabajes. No te quejes; no eres mejor que Jesucristo, ¡Él fue llevado a la muerte por aquéllos a quienes quería conducir al cielo! Cuando sufras, di con San Ignacio, mártir, cuando se vio encadenado: Ahora comienzo a convertirme en discípulo de Jesucristo.

   III. Mira, en fin, a Jesús en el Calvario: allí nos ha dado el último y más útil ejemplo de paciencia. Yo quiero contemplarte todo el resto de mi vida, oh Amor mío crucificado; ¿de qué habría de afligirme viéndote en la cruz? ¿qué habría de temer considerando que has muerto por mí? Si rehúsas los sufrimientos, ¿por qué desear el cielo? Dios castiga a todo hijo que destina a su reino; ¡ni siquiera ha perdonado a su Unigénito!(San Agustín).

La meditación de la Pasión 
Orad por la conversión de los infieles.

ORACIÓN
   Oh Dios, que os habéis dignado llamar milagrosamente a San Félix, vuestro confesor, en su soledad para el santo empleo del rescate de los cautivos, haced benignamente que, libres por vuestra gracia de la servidumbre de nuestros pecados, lleguemos a la patria celestial.  Por J. C. N. S. Amén.

VIERNES DE LA TRIGÉSIMA TERCERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Celebraron la consagración del altar, ofreciendo con alegría holocaustos

Lectura del primer libro de los Macabeos 4, 36-37. 52-59

En aquellos días, Judas y sus hermanos propusieron: Ahora que tenemos derrotado al enemigo, subamos a purificar y consagrar el templo.
Se reunió toda la tropa, y subieron al monte Sión.
El día cinco del mes noveno (Casléu), todos madrugaron para ofrecer un sacrificio, según la ley, en el altar de los holocaustos que habían reconstruido.
En el aniversario del día en que lo habían destruido los gentiles, lo volvieron a consagrar, cantando himnos y tocando cítaras, laúdes y timbales.
Todo el pueblo se postró en tierra adorando y alabando a Dios, que les había dado éxito.
Durante ocho días celebraron la consagración, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza.
Decoraron la fachada del templo con coronas de oro y escudos.
Consagraron también el portal y las habitaciones, poniéndoles puertas.
El pueblo celebró una gran fiesta, que canceló la profanación de los gentiles.
Judas, con sus hermanos y toda la asamblea de Israel, determinó que se conmemorara anualmente la nueva consagración del altar con solemnes festejos, durante ocho días a partir del veinticinco de Casléu.
Palabra de Dios

Salmo responsorial 1 Cro 29, 10. 11abc. 11d-12a. 12bcd
V/. Alabamos, Señor, tu nombre glorioso.
R/. Alabamos, Señor, tu nombre glorioso.
V/. Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel, por los siglos de los siglos. R/.
V/. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor, la majestad, porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.
V/. Tú eres Rey y soberano de todo: de ti viene la riqueza y la gloria. R/.
V/. Tú eres el Señor del universo, en tu mano está el poder y la fuerza, tú engrandeces y confortas a todos. R/.

EVANGELIO
Habéis convertido la casa de Dios en una cueva de bandidos

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 19, 45-48

En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: Escrito está: «Mi casa es casa de oración»; pero vosotros la habéis convertido en una «cueva de bandidos».
Todos los días enseñaba en el templo.
Los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.
Palabra del Señor