sábado, 20 de septiembre de 2025

DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Contra los que «compran por dinero al pobre»
Lectura de la profecía de Amós 8, 4-7
Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despojáis a los miserables, diciendo:
«¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?»
Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo.
Jura el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás vuestras acciones.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 112, 1-2. 4-6. 7-8 (R.: cf. la y 7b)
R. Alabad al Señor, que alza al pobre.
O bien:
Aleluya.

Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre. R.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? R.

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo. R.


SEGUNDA LECTURA
Que se hagan oraciones por todos los hombres a Dios, que quiere que todos se salven
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 1-8
Querido hermano:
Te ruego, lo primero de todo, que hagáis oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que ocupan cargos, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro.
Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Pues Dios es uno, y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos: éste es el testimonio en el tiempo apropiado: para él estoy puesto como anunciador y apóstol —digo la verdad, no miento—, maestro de los gentiles en fe y verdad.
Quiero que sean los hombres los que recen en cualquier lugar, alzando las manos limpias de ira y divisiones.
Palabra de Dios.

Aleluya 2 Co 8, 9
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriqueceros con su pobreza.

EVANGELIO
No podéis servir a Dios y al dinero
 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
"¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido."
El administrador se puso a echar sus cálculos:
"¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa."
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?"
Éste respondió:
"Cien barriles de aceite."
Él le dijo:
"Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta."
Luego dijo a otro:
"Y tú, ¿cuánto debes?"
Él contestó:
"Cien fanegas de trigo."
Le dijo:
"Aquí está tu recibo, escribe ochenta."
Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.»
Palabra del Señor.

O bien más breve:
 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
— «El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.»
Palabra del Señor.

BEATOS MÁRTIRES DE COREA


20 de septiembre
BEATOS MÁRTIRES DE COREA






   París, rue du Bac. La calle está hoy compartida. Una de sus aceras la ocupan casi íntegramente los inmensos almacenes "Au bon marché". La otra acera conserva todavía un cierto aire del primitivo París. Una puerta humilde, que da a un estrecho callejón, conduce a una iglesia objeto de la veneración de todos los católicos del mundo: la capilla de las apariciones de la Virgen Milagrosa. Siguiendo por la misma acera encontramos otro edificio, también humilde en apariencia, pero de enorme significación en la historia de la Iglesia: el seminario de misiones extranjeras. Allí se forjó un nuevo estilo en la manera de concebir la tarea misional y allí, por vez primera, en forma orgánica, el clero secular forjó sus armas para salir a luchar las rudas batallas contra el paganismo.

SAN ANDRÉS KIM TAE-GON, Mártir de Corea


20 de septiembre
SAN ANDRÉS KIM TAE-GON
Mártir de Corea
(1846 d.C.)









   Andrés Kim Tae-Gon nació el 21 de agosto de 1821 en la provincia de Chung-Chong. Su bisabuelo Pius Kim Chin-Hu había muerto en la cárcel por la fe católica en 1814. Su padre también fue martirizado en septiembre de 1839.
   En 1836 el padre misionero Maubant pasó por el pueblo donde vivía Andrés y lo eligió como seminarista. Más tarde fue enviado a Macao, donde llegó en Julio de 1837, después de 8 meses de viaje. Allí estudiaron teología, latín, geografía, historia, francés y otras materias. Dos veces tuvo que escapar a Manila, escapando de la Guerra del Opio. Intentó regresar a su país por la frontera norte que limita con China pero no tuvo éxito. En 1844 fue ordenado diácono en China. Finalmente llegó a Seúl en 1845. Por razones de seguridad se reunió solamente con algunos catequistas. Ni siquiera fue a ver a su madre que debía pedir dinero en la calle para su comida. Luego viajó a Shanghai, donde fue ordenado sacerdote en Agosto de 1845, convirtiéndose en el primer sacerdote coreano. Luego volvió a Corea.

SAN PABLO CHONG HA-SANG, Mártir


20 de septiembre
SAN PABLO CHONG HA-SANG,

Mártir
(1839 d.C.)








 SANTOS PABLO CHONG Y ANDRÉS KIM

   Pablo Chong Ha-Sang nació en 1795. Su padre fue martirizado el 8 de abril de 1801 y su madre el 23 de noviembre de 1839. Su hermana Elizabeth Chong Chong-Hye fue también martirizada el mismo año. Su hermano Carlos Chong Chol-Sang fue también martirizado en 1801 junto con su padre.

   Después del martirio del padre la familia sufrió mucho. Todas sus propiedades fueron confiscadas y la familia vivió de un lado para otro en extrema pobreza. A los 20 años dejó a su madre y su hermana y se fue a Seúl. Intentó reconstruir la Iglesia Católica que luchaba sin sacerdotes. Decidió intentar traer misioneros al país para revitalizar la Iglesia.

SÁBADO DE LA VIGÉSIMA CUARTA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Guarda el Mandamiento sin mancha, hasta la venida del Señor
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 6, 13-16
Querido hermano: En presencia de Dios que da la vida al universo y de Cristo Jesús que dio testimonio ante Poncio Pilato: te insisto en que guardes el Mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor e imperio eterno.
Amén.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 99, 2. 3. 4. 5
V/. Entrad en la presencia del Señor con vítores.
R/. Entrad en la presencia del Señor con vítores.

V/. Aclama al Señor, tierra entera, 
servid al Señor con alegría, 
entrad en su presencia con vítores. R/.

V/. Sabed que el Señor es Dios: 
que él nos hizo y somos suyos, 
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

V/. Entrad por sus puertas con acción de gracias, 
por sus atrios con himnos, 
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.

V/. «El Señor es bueno, 
su misericordia es eterna, 
su fidelidad por todas las edades». R/.


EVANGELIO
Los de la tierra buena son los que escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 8, 4-15

En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo.
Entonces les dijo esta parábola: Salió el sembrador a sembrar su semilla.
Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad.
Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto al ciento por uno.
Dicho esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga.
Entonces le preguntaron los discípulos: ¿Qué significa esa parábola? El les respondió: A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
El sentido de la parábola es éste: La semilla es la Palabra de Dios.
Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la Palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.
Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran.
Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la Palabra, la guardan y dan fruto perseverando.

Palabra del Señor.