sábado, 20 de septiembre de 2025

BEATOS MÁRTIRES DE COREA


20 de septiembre
BEATOS MÁRTIRES DE COREA






   París, rue du Bac. La calle está hoy compartida. Una de sus aceras la ocupan casi íntegramente los inmensos almacenes "Au bon marché". La otra acera conserva todavía un cierto aire del primitivo París. Una puerta humilde, que da a un estrecho callejón, conduce a una iglesia objeto de la veneración de todos los católicos del mundo: la capilla de las apariciones de la Virgen Milagrosa. Siguiendo por la misma acera encontramos otro edificio, también humilde en apariencia, pero de enorme significación en la historia de la Iglesia: el seminario de misiones extranjeras. Allí se forjó un nuevo estilo en la manera de concebir la tarea misional y allí, por vez primera, en forma orgánica, el clero secular forjó sus armas para salir a luchar las rudas batallas contra el paganismo.

SAN ANDRÉS KIM TAE-GON, Mártir de Corea


20 de septiembre
SAN ANDRÉS KIM TAE-GON
Mártir de Corea
(1846 d.C.)









   Andrés Kim Tae-Gon nació el 21 de agosto de 1821 en la provincia de Chung-Chong. Su bisabuelo Pius Kim Chin-Hu había muerto en la cárcel por la fe católica en 1814. Su padre también fue martirizado en septiembre de 1839.
   En 1836 el padre misionero Maubant pasó por el pueblo donde vivía Andrés y lo eligió como seminarista. Más tarde fue enviado a Macao, donde llegó en Julio de 1837, después de 8 meses de viaje. Allí estudiaron teología, latín, geografía, historia, francés y otras materias. Dos veces tuvo que escapar a Manila, escapando de la Guerra del Opio. Intentó regresar a su país por la frontera norte que limita con China pero no tuvo éxito. En 1844 fue ordenado diácono en China. Finalmente llegó a Seúl en 1845. Por razones de seguridad se reunió solamente con algunos catequistas. Ni siquiera fue a ver a su madre que debía pedir dinero en la calle para su comida. Luego viajó a Shanghai, donde fue ordenado sacerdote en Agosto de 1845, convirtiéndose en el primer sacerdote coreano. Luego volvió a Corea.

SAN PABLO CHONG HA-SANG, Mártir


20 de septiembre
SAN PABLO CHONG HA-SANG,

Mártir
(1839 d.C.)








 SANTOS PABLO CHONG Y ANDRÉS KIM

   Pablo Chong Ha-Sang nació en 1795. Su padre fue martirizado el 8 de abril de 1801 y su madre el 23 de noviembre de 1839. Su hermana Elizabeth Chong Chong-Hye fue también martirizada el mismo año. Su hermano Carlos Chong Chol-Sang fue también martirizado en 1801 junto con su padre.

   Después del martirio del padre la familia sufrió mucho. Todas sus propiedades fueron confiscadas y la familia vivió de un lado para otro en extrema pobreza. A los 20 años dejó a su madre y su hermana y se fue a Seúl. Intentó reconstruir la Iglesia Católica que luchaba sin sacerdotes. Decidió intentar traer misioneros al país para revitalizar la Iglesia.

SÁBADO DE LA VIGÉSIMA CUARTA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Guarda el Mandamiento sin mancha, hasta la venida del Señor
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 6, 13-16
Querido hermano: En presencia de Dios que da la vida al universo y de Cristo Jesús que dio testimonio ante Poncio Pilato: te insisto en que guardes el Mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor e imperio eterno.
Amén.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 99, 2. 3. 4. 5
V/. Entrad en la presencia del Señor con vítores.
R/. Entrad en la presencia del Señor con vítores.

V/. Aclama al Señor, tierra entera, 
servid al Señor con alegría, 
entrad en su presencia con vítores. R/.

V/. Sabed que el Señor es Dios: 
que él nos hizo y somos suyos, 
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

V/. Entrad por sus puertas con acción de gracias, 
por sus atrios con himnos, 
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/.

V/. «El Señor es bueno, 
su misericordia es eterna, 
su fidelidad por todas las edades». R/.


EVANGELIO
Los de la tierra buena son los que escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 8, 4-15

En aquel tiempo, se le juntaba a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos, otros se iban añadiendo.
Entonces les dijo esta parábola: Salió el sembrador a sembrar su semilla.
Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, y, al crecer, se secó por falta de humedad.
Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena, y, al crecer, dio fruto al ciento por uno.
Dicho esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga.
Entonces le preguntaron los discípulos: ¿Qué significa esa parábola? El les respondió: A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de Dios; a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
El sentido de la parábola es éste: La semilla es la Palabra de Dios.
Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
Los del terreno pedregoso son los que, al escucharla, reciben la Palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.
Lo que cayó entre zarzas son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran.
Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la Palabra, la guardan y dan fruto perseverando.

Palabra del Señor.