jueves, 3 de mayo de 2012

SANTOS FELIPE Y SANTIAGO EL MENOR, Apóstoles


3 de Mayo
SANTOS FELIPE Y
SANTIAGO EL MENOR,
(*)
 Apóstoles
(1)

SAN FELIPE

SANTIAGO EL MENOR


  A vosotros os he llamado amigos; porque os he hecho
saber cuanto oí de mi Padre.
(Juan, 15, 15).
   Tanto San Felipe cuanto Santiago tuvieron el honor de ser apóstoles de Jesucristo, de predicar su Evangelio y de morir por la fe. Felipe fue quien llevó a Natanael a Jesucristo. Después de la Ascensión trasladóse a Escitia, donde fue crucificado después de haber convertido a gran número de bárbaros.
   Santiago, primo del Señor, fue tan venerado entre los judíos, que se tenían éstos por dichosos con sólo tocar el borde de su manto. Fue precipitado desde lo alto del templo de Jerusalén porque predicaba a Jesucristo.
MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA
 DE LOS
APÓSTOLES FELIPE y SANTIAGO 
   I. Estos santos tuvieron el honor de ser llamados al apostolado, de predicar el Evangelio y derramar su sangre por Jesucristo. Obedecieron al llamado de Dios, correspondieron a sus gracias e imitaron los padecimientos de su Maestro. Dios te llama a ti desde hace tiempo, oyes su voz y, sin embargo, no le obedeces. Muchas ocasiones te proporciona de trabajar y de sufrir por Él, ¿cómo las aprovechas? Si los bienaventurados pudiesen en el cielo tener algún pesar, provendría de haber perdido muchas ocasiones de acrecentar su corona sufriendo por Jesucristo.
   II. Apenas convertido San Felipe, ya quiso hacer participar a Natanael de su dicha llevándole a Jesús. ¿Puedes de algún modo trabajar tú en la salvación del prójimo? Hazlo. Comparte con tus amigos, tus parientes y domésticos, los buenos sentimientos que Dios te inspira. ¿No es acaso lo contrario de lo que haces? ¿No escandalizas a tu prójimo con tus palabras y tu mala vida?
   III. Santiago era tenido por santo aun por aquellos mismos que lo mataron; sus oraciones, su austeridad, su modestia, y tantas otras virtudes le valieron el sobrenombre de Justo. ¿De qué estima gozas tú ante los hombres? ¿Qué se dice de ti? Pregúntalo a tus amigos; oye aun lo que te reprochan tus enemigos, para corregirte. Mas, antes que nada, considera cuál es tu situación al respecto frente a Dios. Si los hombres no te condenan, tal vez lo hace tu conciencia, porque nadie puede huir de sí mismo. (San Bernardo).
El deseo de la santidad
Orad por la propagación
de la fe.
ORACIÓN
   Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo en la festividad de San Felipe y Santiago, vuestros Apóstoles, haced, os lo suplicamos, que al mismo tiempo que nos regocijamos con sus méritos aprovechemos sus ejemplos. Por J. C. N. S. Amén.
   
   
  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)
  • (1) Patronos principales del Uruguay y Titulares de la Iglesia Catedral de Montevideo.
1

día 3 de mayo La Veneración de la Santa Cruz


El mismo día 3 de mayo
La Veneración de la Santa Cruz

Fiesta

PRIMERA LECTURA

Los mordidos quedarán sanos al mirarla.

Lectura del libro de los Números Nm 21,4-9

En aquellos días desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo rodeando el territorio de Edom. El pueblo estaba extenuado del camino y habló contra Dios y contra Moisés:
-¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos pan ni agua y nos da náusea ese pan sin cuerpo. El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas que los mordían, y murieron muchos israelitas.
Entonces el pueblo acudió a Moisés diciendo:
-Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes.
Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió:
-Haz una serpiente y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla.
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte; cuando una serpiente mordía a uno, miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial Sal 77,1-2.34-35.36-37.38

R. No olvidéis las acciones del Señor.
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza;
inclinad el oído a las palabras de mi boca,
que voy a abrir mi boca a las sentencias
para que broten los enigmas del pasado. R.
Y cuando los hacía morir lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios Altísimo, su redentor. R.
Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él
ni eran fieles a su alianza. R.
El, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor. R.

SEGUNDA LECTURA

Se despojó de su rango; por eso Dios lo levantó sobre todo.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses     Flp 2,6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo,
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que, al nombre de Jesús,
toda rodilla se doble
-en el cielo, en la tierra, en el abismo-
y toda lengua proclame:
«¡Jesucristo es Señor!»,
para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.

Aleluya
Aleluya, aleluya. Te adoramos y te bendecimos, Señor, porque con tu cruz has redimido al mundo. Aleluya.

EVANGELIO

Tiene que ser elevado el Hijo del hombre.

Lectura del santo Evangelio según San Juan   3, 13-17

En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo:
-Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
Palabra del Señor.

3 mayo San Felipe y Santiago, Apóstoles


3 mayo
San Felipe y Santiago, Apóstoles

Fiesta

PRIMERA LECTURA
El Señor se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios  15, 1-8
Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe.
Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Palabra de Dios.
Salmo Responsorial Sal 18, 2-3. 4-5 (R.: 5a)
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
O bien:
R. Aleluya.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón,
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

Aleluya Jn 14, 6b y 9c

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida –dice el Señor–; Felipe, quien me ha visto a mí ha visto al Padre.

EVANGELIO

Hace tanto tiempo que estoy con vosotros, ¿y no me conoces?
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás:
–«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»
Felipe le dice:
–«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica:
–«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»
Palabra del Señor.