domingo, 15 de junio de 2025

SANTOS VITO, MODESTO y CRESCENCIA, Mártires

15 de Junio
SANTOS VITO,
MODESTO y CRESCENCIA,
Mártires


Acuérdate de dónde has caído,
 haz penitencia y haz tus primeras obras.
(Apocalipsis, 2, 5).

   San Vito fue bautizado a la edad de doce años, a escondidas de su padre. Éste, al saber lo que había pasado, nada omitió que pudiera hacerle abjurar de la fe cristiana; lo entregó a Valeriano, gobernador de la provincia; pero los tormentos no pudieron quebrantar la firmeza del joven cristiano. Crescencia y Modesto libraron a Vito de las manos de sus perseguidores y huyeron con él a Italia. Mas tampoco allí encontraron la tranquilidad que buscaban. Detenidos en Lucania, padecieron gloriosamente el martirio durante la persecución de Diocleciano.

SANTA MARÍA MICAELA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO, Virgen

15 de junio


SANTA MARÍA MICAELA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO(*) Virgen
   La situación, en la pobrísima casita en que Santa María Micaela había acogido a un grupo de desgraciadas muchachas, era humanamente desesperada. Todas estaban enfermas, por haberse contagiado con la gripe. La fundadora, en un arranque de sobrehumana fortaleza, atendía, ayudada en ocasiones por los propios médicos que se sentían sobrecogidos ante tamaña grandeza, a las enfermas. Por otra parte, el dinero faltaba de manera angustiosa, y por si fuera poco, cuando la situación era más negra, uno de los mayores acreedores de la casa se había presentado a reclamar airadamente su dinero, y había amenazado con el embargo.
   Entonces se veían aparecer a la puerta de la casa, y detenerse un momento, los coches señalados con el escudo de las más nobles casas de Madrid. Desde dentro, sin bajar, preguntaban sus ocupantes al portero:
   -¿Vive la Superiora?
   -Sí, señor. Vive aún.
   -Pues dígale usted de mi parte que como ella se ha querido todo esto, y lo hace por su gusto, que lo sufra.
   No es más que una anécdota. Pero como ésta, podrían contarse a centenares. El estampido que en la buena sociedad madrileña causó la decisión de Micaela Desmasiéres López de Dicastillo y Olmedo, vizcondesa de Jorbalán, de ponerse al servicio de las pobres mujeres caídas y consagrarse a la tarea de redimirlas, era tal que, usando frase ignaciana, podríamos decir que "el mundo no tenía oídos para escucharlo". Su familia, horrorizada, deja de tratarla; sus antiguas amistades, le vuelven la cara. Personas que le debían favores, le niegan la más mínima ayuda, porque aquello no tiene ni pies ni cabeza y se va a deshacer de un momento a otro. Por encima de todo esto, Micaela del Santísimo Sacramento se mantiene firme con una grandeza de ánimo, con un espíritu de fe tan colosal, que su figura, nos atrevemos a afirmarlo rotundamente, es una de las más colosales de todo el santoral cristiano.