15 de junio
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SANTA MARÍA MICAELA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO(*)
Virgen
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La situación, en la pobrísima casita en
que Santa María Micaela había acogido a un grupo de desgraciadas
muchachas, era humanamente desesperada. Todas estaban enfermas, por
haberse contagiado con la gripe. La fundadora, en un arranque de
sobrehumana fortaleza, atendía, ayudada en ocasiones por los propios
médicos que se sentían sobrecogidos ante tamaña grandeza, a las
enfermas. Por otra parte, el dinero faltaba de manera angustiosa, y por
si fuera poco, cuando la situación era más negra, uno de los mayores
acreedores de la casa se había presentado a reclamar airadamente su
dinero, y había amenazado con el embargo.
Entonces se veían aparecer a la puerta
de la casa, y detenerse un momento, los coches señalados con el escudo
de las más nobles casas de Madrid. Desde dentro, sin bajar, preguntaban
sus ocupantes al portero:
-¿Vive
la Superiora?
-Sí,
señor. Vive aún.
-Pues
dígale usted de mi parte que como ella se ha querido todo esto, y lo
hace por su gusto, que lo sufra.
No
es más que una anécdota. Pero como ésta, podrían contarse a
centenares. El estampido que en la buena sociedad madrileña causó la
decisión de Micaela Desmasiéres López de Dicastillo y Olmedo,
vizcondesa de Jorbalán, de ponerse al servicio de las pobres mujeres caídas
y consagrarse a la tarea de redimirlas, era tal que, usando frase
ignaciana, podríamos decir que "el mundo no tenía oídos para
escucharlo". Su familia, horrorizada, deja de tratarla; sus
antiguas amistades, le vuelven la cara. Personas que le debían favores,
le niegan la más mínima ayuda, porque aquello no tiene ni pies ni
cabeza y se va a deshacer de un momento a otro. Por encima de todo esto,
Micaela del Santísimo Sacramento se mantiene firme con una grandeza de
ánimo, con un espíritu de fe tan colosal, que su figura, nos atrevemos
a afirmarlo rotundamente, es una de las más colosales de todo el
santoral cristiano.