7 de octubre
NUESTRA SEÑORA
DEL
SANTÍSIMO ROSARIO
NUESTRA SEÑORA
DEL
SANTÍSIMO ROSARIO
Desde que la Santísima Virgen ha dado una
eficacia tan grande al Rosario,
no existe ningún problema material, espiritual, nacional o internacional
que no pueda ser resuelto por el Santo Rosario y nuestros sacrificios.
(Hna. Lucía de Fátima).
no existe ningún problema material, espiritual, nacional o internacional
que no pueda ser resuelto por el Santo Rosario y nuestros sacrificios.
(Hna. Lucía de Fátima).
Fangeaux está en un alto, dominando la
inmensa llanura de Lauregais. Es un paisaje impresionante, en especial por la
inmensidad del horizonte que se descubre. Precisamente Dios Nuestro Señor lo
eligió para abrir los ojos de Santo Domingo de Guzmán a otro paisaje más
dilatado aún, el de la inmensidad de las almas que estaban esperando quien les
mostrara el camino de la auténtica vida cristiana.
Un discreto y sencillo monumento, llamado la
Seignadou, marca y lugar en que, estando en oración, recibió el Santo una
gracia extraordinaria. Pocos detalles sabemos de ella. Es muy fácil que, como
suele ocurrir tantas veces en las vidas de los santos, ni el mismo Santo Domingo
percibiera desde el primer momento toda la trascendencia de lo que entonces se
le revelaba. Parece cierto que Dios le confirmó en su idea de fundar una Orden
de Predicadores, que le confirmó también que eran aquellas tierras del mediodía
de Francia el más adecuado escenario para dar comienzo a la tarea, y que la
Santísima Virgen mostró mirar con especial predilección este apostolado
dominicano.