jueves, 11 de enero de 2024

DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANIA. FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

PRIMERA LECTURA
Mirad a mi siervo, a quien prefiero
Lectura del Profeta Isaías 42, 1-4. 6-7.

Esto dice el Señor:
Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará
hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas.
Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 28, 1a y 2. 3ac-4. 3b y 9b-10
V/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
V/. Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
V/. La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica.
R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
V/. El Dios de la gloria ha tronado.
El Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno.
R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

SEGUNDA LECTURA
Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34-38.

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
— Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.

Palabra de Dios

Aleluya cf. Mc 9, 6
Aleluya, aleluya.

Los cielos se abrieron
y se oyó la voz del Padre:
Este es mi Hijo, el amado; escuchadle.
Aleluya.



EVANGELIO
Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él
 +Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3, 13-17
En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:
—Soy yo el que necesito que tu me bautices, ¿y tú acudes a mí?
Jesús le contesto:
—Déjalo ahora. Esta bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.
Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz
del cielo que decía:
—Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto.
Palabra del Señor.

JUEVES DE LA PRIMERA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Derrotaron a los israelitas y el Arca de Dios fue capturada

Lectura del primer libro de Samuel 4, 1-11

Por entonces se reunieron los filisteos para atacar a Israel.
Los israelitas salieron a enfrentarse con ellos y acamparon junto a Piedrayuda, mientras que los filisteos acampaban en El Cerco.
Los filisteos formaron en orden de batalla frente a Israel.
Entablada la lucha, Israel fue derrotado por los filisteos; de sus filas murieron en el campo unos cuatro mil hombres.
La tropa volvió al campamento, y los ancianos de Israel deliberaron: ¿Por qué el Señor nos ha hecho sufrir hoy una derrota a manos de los filisteos? Vamos a Siló, a traer el Arca de la Alianza del Señor, para que esté entre nosotros y nos salve del poder enemigo.
Mandaron gente a Siló, a por el Arca de la Alianza del Señor de los Ejércitos entronizado sobre Querubines.
Los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, fueron con el Arca de la Alianza de Dios.
Cuando el Arca de la Alianza del Señor llegó al campamento, todo Israel lanzó a pleno pulmón el alarido de guerra, y la tierra retembló.
Al oír los filisteos el estruendo del alarido, se preguntaron: ¿Qué significa ese alarido que retumba en el campamento hebreo? Entonces se enteraron de que el Arca del Señor había llegado al campamento, y, muertos de miedo, decían: ¡Ha llegado su dios al campamento! ¡Ay de nosotros! Es la primera vez que nos pasa esto.
¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de esos dioses poderosos, los dioses que hirieron a Egipto con toda clase de calamidades y epidemias ? ¡Valor, filisteos! Sed hombres, y no seréis esclavos de los hebreos como lo han sido ellos de nosotros.
¡Sed hombres, y al ataque!
Los filisteos se lanzaron a la lucha y derrotaron a los israelitas, que huyeron a la desbandada.
Fue una derrota tremenda: cayeron treinta mil de la infantería israelita.
El Arca de Dios fue capturada, y los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, murieron.

Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 43, 10-11. 14-15. 24-25
V/. Redímenos, Señor, por tu misericordia.
R/. Redímenos, Señor, por tu misericordia.
V/. Ahora nos rechazas v nos avergüenzas, y ya no sales, Señor, con nuestras tropas: nos haces retroceder ante el enemigo, y nuestro adversario nos saquea. R/.
V/. Nos haces el escarnio de nuestros vecinos, irrisión y burla de los que nos rodean.
Nos has hecho el refrán de los gentiles, nos hacen muecas las naciones. R/.
V/. Despierta, Señor, ¿por qué duermes? levántate, no nos rechaces más.
¿Por qué nos escondes tu rostro y olvidas nuestra desgracia y opresión R/.

EVANGELIO
La lepra se le quitó y quedó limpio
+Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 40-45
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo: quiero: queda limpio.
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.
El lo despidió, encargándole severamente: No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.
Pero cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor