viernes, 20 de septiembre de 2024

BEATOS MÁRTIRES DE COREA


20 de septiembre
BEATOS MÁRTIRES DE COREA






   París, rue du Bac. La calle está hoy compartida. Una de sus aceras la ocupan casi íntegramente los inmensos almacenes "Au bon marché". La otra acera conserva todavía un cierto aire del primitivo París. Una puerta humilde, que da a un estrecho callejón, conduce a una iglesia objeto de la veneración de todos los católicos del mundo: la capilla de las apariciones de la Virgen Milagrosa. Siguiendo por la misma acera encontramos otro edificio, también humilde en apariencia, pero de enorme significación en la historia de la Iglesia: el seminario de misiones extranjeras. Allí se forjó un nuevo estilo en la manera de concebir la tarea misional y allí, por vez primera, en forma orgánica, el clero secular forjó sus armas para salir a luchar las rudas batallas contra el paganismo.

SAN ANDRÉS KIM TAE-GON, Mártir de Corea


20 de septiembre
SAN ANDRÉS KIM TAE-GON
Mártir de Corea
(1846 d.C.)









   Andrés Kim Tae-Gon nació el 21 de agosto de 1821 en la provincia de Chung-Chong. Su bisabuelo Pius Kim Chin-Hu había muerto en la cárcel por la fe católica en 1814. Su padre también fue martirizado en septiembre de 1839.
   En 1836 el padre misionero Maubant pasó por el pueblo donde vivía Andrés y lo eligió como seminarista. Más tarde fue enviado a Macao, donde llegó en Julio de 1837, después de 8 meses de viaje. Allí estudiaron teología, latín, geografía, historia, francés y otras materias. Dos veces tuvo que escapar a Manila, escapando de la Guerra del Opio. Intentó regresar a su país por la frontera norte que limita con China pero no tuvo éxito. En 1844 fue ordenado diácono en China. Finalmente llegó a Seúl en 1845. Por razones de seguridad se reunió solamente con algunos catequistas. Ni siquiera fue a ver a su madre que debía pedir dinero en la calle para su comida. Luego viajó a Shanghai, donde fue ordenado sacerdote en Agosto de 1845, convirtiéndose en el primer sacerdote coreano. Luego volvió a Corea.

SAN PABLO CHONG HA-SANG, Mártir


20 de septiembre
SAN PABLO CHONG HA-SANG,

Mártir
(1839 d.C.)








 SANTOS PABLO CHONG Y ANDRÉS KIM

   Pablo Chong Ha-Sang nació en 1795. Su padre fue martirizado el 8 de abril de 1801 y su madre el 23 de noviembre de 1839. Su hermana Elizabeth Chong Chong-Hye fue también martirizada el mismo año. Su hermano Carlos Chong Chol-Sang fue también martirizado en 1801 junto con su padre.

   Después del martirio del padre la familia sufrió mucho. Todas sus propiedades fueron confiscadas y la familia vivió de un lado para otro en extrema pobreza. A los 20 años dejó a su madre y su hermana y se fue a Seúl. Intentó reconstruir la Iglesia Católica que luchaba sin sacerdotes. Decidió intentar traer misioneros al país para revitalizar la Iglesia.

SAN EUSTAQUIO y SUS COMPAÑEROS, Mártires



20 de septiembre
SAN EUSTAQUIO  
y SUS COMPAÑEROS, Mártires


Vivid siempre alegres en el Señor;
vivid alegres, repito.
 
(Filipenses, 4, 4).

   San Eustaquio, brillante oficial de Vespasiano, persiguiendo un día a un ciervo, vio un crucifijo entre los cuernos del animal; sus grandes limosnas le merecieron esta merced del cielo. Se convirtió y se hizo bautizar con toda su familia. Dios entonces le hizo comprender lo que habría de sufrir por su gloria. En efecto, fue reducido a la mayor indigencia, y, mientras huía de su patria, fue sorprendido en el camino y le arrebataron a su mujer y a sus dos hijos. Lo hizo buscar el emperador Trajano y le dio el mando de sus ejércitos, con los que obtuvo victoria y volvió a encontrar a su mujer e hijos; pero, habiendo rehusado dar gracias a los dioses por su triunfo, fue arrojado a los leones con los suyos. Respetados por las fieras, fueron encerrados en un toro de bronce sobre el que se había encendido una gran hoguera.

VIERNES DE LA VIGÉSIMA CUARTA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 15, 12-20
Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que decía alguno que los muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo.
Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho si es verdad que los muertos no resucitan.
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado.
Y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados y los que murieron con Cristo, se han perdido.
Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados.
¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 16, 1. 6-7. 8 y 15
V/. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.
R/. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

V/. Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño. R/.

V/. Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío, inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas de los adversarios a quien se refugia a tu derecha. R/.

V/. Guárdame como a las niñas de tus ojos, a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, y al despertar me saciaré de tu semblante. R/.


EVANGELIO
Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes
+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 8, 1-3
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando la Buena Noticia del Reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Palabra del Señor.