sábado, 29 de julio de 2023

DECIMOSÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


PRIMERA LECTURA
Pediste discernimiento

Lectura del primer Libro de los Reyes 3, 5. 7-12

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:
—Pídeme lo que quieras.
Respondió Salomón:
—Señor Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello y Dios le dijo:
—Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 57 y 72. 76-77. 127-128. 129-130
V/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

V/. Mi porción es el Señor,
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca, 
que miles de monedas de oro y plata.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

V/. Que tu voluntad me consuele, 
según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión, 
viviré, y mis delicias serán tu voluntad.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

V/. Yo amo tus mandatos, 
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos, 
y detesto el camino de la mentira.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

V/. Tus preceptos son admirables, 
por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina, 
da inteligencia a los ignorantes.
R/. Cuánto amo tu voluntad, Señor.

SEGUNDA LECTURA
Nos predestinó a ser imagen de su Hijo

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 28-30

Hermanos :
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.
A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
Palabra de Dios

EVANGELIO
Vende todo lo que tiene y compra el campo

 +Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 44-52

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El Reino de los Cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
—¿Entendéis bien todo esto?
Ellos le contestaron:
—Sí.
El les dijo:
—Ya veis, un letrado que entiende del Reino de los Cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.
Palabra del Señor.

29 JULIO SÁBADO. SANTOS MARTA, MARÍA Y LÁZARO, m. obligatoria

PRIMERA LECTURA
Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros
Lectura del libro del Éxodo 24, 3-8
En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: Haremos todo lo que dice el Señor.
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor.
Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel.
Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas, como sacrificio de comunión.
Tomó la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar Después tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: Haremos todo lo que manda el Señor y le obedeceremos.
Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo: Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 49, 1-2. 5-6. 14-15
V/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.
R/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.

V/. El Dios de los dioses, el Señor, habla: convoca la tierra de Oriente a Occidente.
Desde Sión, la Hermosa, Dios resplandece. R/.

V/. «Congregadme a mis fieles que sellaron mi pacto con un sacrificio» Proclame el cielo su justicia: Dios en persona va a juzgar. R/.

V/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo, e invócame el día del peligro: yo te libraré, y tú me darás gloria. R/.

Aleluya Jn 8, 12b
Yo soy la luz del mundo
-dice el Señor-;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.

EVANGELIO
Creo que tu eres el Mesías, el Hijo de Dios
 +Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:
-«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo:
-«Tu hermano resucitará.»
Marta respondió:
-«Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le dice:
-«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó:
-«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
Palabra del Señor.

O bien:
Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas
 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
-«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le ¿contestó:
-«Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»
Palabra del Señor.