martes, 14 de febrero de 2012

MIÉRCOLES DE LA SEXTA SEMANA



PRIMERA LECTURA
Llevad a la práctica la Palabra y no os limitéis a escucharla
Lectura de la carta del Apóstol Santiago 1, 19-27
Tened esto presente, mis queridos hermanos: sed todos prontos para escuchar, lentos para hablar y lentos para la ira. Porque la ira del hombre no produce la justicia que Dios quiere. Por lo tanto, eliminad toda suciedad y esa maldad que os sobra y aceptad dócilmente la Palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros.
Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros  mismos, pues quien escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a aquel que se miraba la cara en el espejo, y apenas se miraba, daba media vuelta y se olvidaba de cómo era. Pero el que se concentra en la ley perfecta, la de la libertad, y es constante, no para oír y olvidarse, sino para ponerla por obra, éste encontrará la felicidad en practicarla. Hay quien se cree religioso y no tiene a raya su lengua; pero se engaña, su religión no tiene contenido. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5
R.  ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.

EVANGELIO
El ciego quedó curado, y veía con toda claridad
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 22-26
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida.
Le trajeron un ciego pidiéndole que lo tocase.
El lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:
–¿Ves algo?
Empezó a distinguir y dijo:
–Veo hombres, me parecen árboles, pero andan.
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado, y veía con toda claridad.
Jesús lo mandó a casa diciéndole:
–No se lo digas a nadie en el pueblo.
Palabra del Señor.

SAN VALENTÍN, Mártir



14 de febrero
SAN VALENTÍN,*
Mártir


Yo soy la luz del mundo: quien me sigue,
no anda en tinieblas sino que tendrá
la luz de la vida.
(Juan, 8, 12).





San Valentín, en su prisión, rogaba a Jesús que iluminase a los gentiles con los rayos de su divina luz. Asterio, lugarteniente del prefecto de Roma, oyó su plegaria, y le prometió creer que Jesús es la luz del mundo, si devolvía la vista a su hija. Púsose el santo en oración, y restituyó la vista a la ciega con lo que, Asterio, con toda su familia, se convirtió. Algunos días después, Valentín fue azotado y, finalmente, se le cortó la cabeza.

MEDITACIÓN
SOBRE LA GRACIA

I. La gracia de Dios se parece a la luz, en que, aquélla como ésta, se da a todos. A nadie la rehúsa Dios, y es suficiente para salvarnos si la queremos aprovechar. ¡Cuánto reconocimiento debemos a Dios, especialmente nosotros los cristianos, que hemos sido colmados de gracias! ¿Cuántas has recibido? ¿No han sido inútiles? Aprovecha las que Dios te acuerda; trabaja mientras te alumbra la luz. Agradece a Dios por sus mercedes, no sea que ciegues la fuente con tu ingratitud.

II. Tu inteligencia a menudo es iluminada por medio de estas gracias, que San Agustín llama rayos de la luz eterna. ¡Qué de veces Dios te ha hecho conocer claramente la vanidad del mundo y la solidez de los bienes del cielo! Alimenta esta luz celestial meditando con frecuencia las grandes verdades que la fe nos enseña.

III. Sería inútil esta luz si, después de haber iluminado la inteligencia, no excitase la voluntad a la práctica de las virtudes difíciles. Lo propio de la gracia es hacer obrar, enfervorizar el corazón del que la recibe, y disminuir las dificultades que suscita la virtud. ¿No es verdad que a veces te sientes atraído por Dios tan dulcemente que el sacrificio de ti mismo te parece fácil? Aprovecha los preciosos momentos de la gracia; son semejantes a una semillita que encierra un gran árbol: la eternidad depende de ese momento. (San Bernardo).

El deseo de los sufrimientos
Orad por la conversión de los pecadores.

ORACIÓN
Haced, os suplicamos, Dios omnipotente, que celebrando el nacimiento al cielo de vuestro bienaventurado mártir Valentín, obtengamos por sus oraciones ser librados de todos los males que nos amenazan. Por J. C. N. S. Amén.




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  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)

14 de febrero Santos Cirilo y Metodio, monjes


14 de febrero
Santos Cirilo y Metodio, monjes

Patronos de Europa

Fiesta
PRIMERA LECTURA
Ahora nos dirigiremos a los paganos

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 13, 46-49

En aquellos días, Pablo y Bernabé dijeron a los judíos:
«La palabra de Dios debía ser predicada primero a ustedes; pero como la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: “Yo te he puesto como luz de los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones de la tierra”».
Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban la palabra de Dios, y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados a la vida eterna. La palabra de Dios se iba propagando por toda la región.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial
Sal 116
R. Id por todo el mundo y predicad el Evangelio.
Que alaben al Señor todos los pueblos,
 que todas las naciones lo festejen. R.
Porque grande es su amor hacia nosotros
y su fidelidad dura por siempre. R.


Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos.
Aleluya.

EVANGELIO
La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas   10, 1-9
En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos, rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa decid primero: “Paz en esta casa”. Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya y decid: “Está cerca de vosotros el Reino de Dios».
Palabra del Señor.