28 de agosto
San Agustín,
obispo y doctor de la Iglesia
PRIMERA LECTURA
Si nos amamos los unos a
los otros, Dios permanece en nosotros
Lectura de la primera carta del
apóstol san Juan 4, 4-16
Queridos
hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios y todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios,
porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene, se ha manifestado en que envió
al mundo a su Hijo unigénito para que vivamos por él.
El
amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros
pecados.
Si
Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios
permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.
En
esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado su
Espíritu. Nosotros hemos visto y de ello damos testimonio, que el Padre envió a
su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios,
permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros
hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es
amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él.
Palabra
de Dios.
Salmo responsorial
Sal 118
R. Enséñame,
Señor, a gustar tus mandamientos.
Sólo
cumpliendo todos tus mandatos puede un joven vivir honestamente. R.
Con todo el
corazón te estoy buscando, de tu ley no permitas que me aleje. R.
Guardo tus
mandamientos en mi pecho para nunca ofenderte. R.
Bendito
eres, Señor, enséñale a tu siervo lo que ordenas. R.
Todos los
mandamientos de tu boca mis labios enumeran. R.
Me gozo más
cumpliendo tus preceptos, que teniendo riquezas. R.
Aclamación
antes del Evangelio
Aleluya,
aleluya.
Su maestro
es uno solo, Cristo, y su Padre es uno solo, el del cielo, dice el Señor.
Aleluya.
EVANGELIO
Que el mayor de ustedes sea
su servidor
+ Lectura del santo Evangelio según
san Mateo 23, 8-12
En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«No
dejen que los llamen “maestros”, porque no tienen más que un Maestro y todos
ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen “padre”, porque
el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ”guías”,
porque el guía de ustedes es solamente Cristo.
Que
el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será
humillado y el que se humilla será enaltecido».
Palabra
del Señor.