miércoles, 11 de junio de 2025

SAN BERNABÉ, Apóstol

11 de Junio
SAN BERNABÉ,
Apóstol
  Buscad la paz con todos y la santidad,
sin la cual nadie verá a Dios.
(Hebreos 12, 14).

   San Bernabé fue discípulo de Jesucristo y compañero de trabajos de San Pablo. Habiendo meditado estas palabras del Salvador: Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, vendió lo que poseía y llevó el dinero obtenido a los Apóstoles. Predicó el Evangelio en Antioquía con San Pablo. Fue enseguida con el gran Apóstol a Seleucia, después a Salamina y a Pafos; y, después de haber evangelizado también a muchos otros pueblos, murió hacia el año 60.

MEDITACIÓN SOBRE LA SANTIDAD
A LA CUAL DEBEMOS TENDER,
CADA CUAL EN SU ESTADO   
   I. Como en este mundo no hay estado o vocación en el que no se pueda uno salvar, tampoco hay alguno en el que no sea posible condenarse, porque siempre tenemos libertad para ofender a Dios. No te fíes, pues, en la santidad de tu vocación, ni en el lugar en que habitas, ni en la posición que ocupas. Ni el lugar, ni el traje, ni la profesión son las que santifican al hombre; son las buenas obras que él hace; ellas solas le seguirán al otro mundo. ¿Cómo cumples las obligaciones que te impone el estado de vida en el que Dios te ha colocado? Se merecen elogios, no por haber habitado en Jerusalén, sino por haber vivido bien en ella. (San Jerónimo).
   II. Vive conforme a tu estado. Una es la virtud del hombre de mundo, otra la del religioso. La vida del apóstol no es la del solitario. Estudia el espíritu de tu vocación y trata de conformarte a él. Si estás sometido a una regla, obsérvala; si no, cumple los mandamientos de Dios, consulta al director de tu conciencia y sigue sus consejos.
   III. Imita a los santos que han ejercido la misma profesión que tú; toma entre ellos uno por patrono y modelo, invócalo y trata de imitarlo. No hay profesión que no tenga santos; compara su vida a la tuya, imita las virtudes de que te dan ejemplo. Ten siempre el corazón vuelto hacia el cielo al cual atraen, y al cual debes ir tú mismo, pues allí es donde está Dios, tu tesoro. Que nuestro corazón esté allí donde nosotros queremos tener nuestro tesoro. (Tertuliano).

La santidad y la perseverancia en nuestra vocación
Orad por la conversión de los infieles

ORACIÓN


   Oh Dios, que nos alegráis por los méritos y la intercesión de vuestro apóstol San Bernabé, dignaos concedernos las gracias que os imploramos por su intermedio. Por J. C. N. S. Amén.

MIÉRCOLES. SAN BERNABÉ, apóstol, memoria obligatoria

 PRIMERA LECTURA

Era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 11, 21b-26; 13, 1-3

En aquellos días, gran número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho, y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al Señor.
Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de aquélla Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos cristianos.
En la Iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno, Lucio el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo.
Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo:
-«Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado.»
Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron.
Palabra de Dios.


 Sal 97, 1. 2-3ab. 3c-4. 5-6 (R.: 2b)
R. El Señor revela a las naciones su justicia.


Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.


El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.


Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R.


Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.


EVANGELIO
No he venido a abolir, sino a dar plenitud

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 17-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los Cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos.

Palabra del Señor.