PRIMERA
LECTURA
Llegaron las oraciones de
los dos a la presencia gloriosa del Dios Altísimo
Lectura del libro de Tobías 3, 1-11.
24-25
En aquellos
días, Tobías se echó a llorar; rezaba entre sollozos y decía:
Señor, tú
eres justo
y justas son
tus sentencias;
actúas
siempre con misericordia,
con lealtad
y con justicia.
Señor,
acuérdate de mí;
no me
castigues por mis pecados,
no tengas en
cuenta mis culpas
ni las de
mis padres.
Por
desobedecer tus mandamientos
nos
entregaste al saqueo,
al destierro
y a la muerte;
nos hiciste
refrán y burla
de las
naciones donde nos dispersaste.
Señor, tus
sentencias son graves,
pues no
cumplimos tus mandamientos
ni nos
portamos lealmente contigo.
Señor, haz
de mí lo que quieras,
hazme
expirar en paz,
que prefiero
la muerte a la vida.
Aquel
mismo día Sara, hija de Ragüel, vecino de Ragés, ciudad de Media, tuvo que
soportar también los insultos de una criada de su padre; en efecto, Sara se
había casado siete veces, y el demonio Asmodeo había ido matando a todos sus
maridos, apenas se acercaban a ella. Pues bien, Sara regañó a la criada con
razón, pero ésta replicó así:
–¡Que
no veamos nunca sobre la tierra hijo ni hija tuya, asesina de tus maridos! ¿Es
que quieres matarme también a mí, lo mismo que mataste ya a siete hombres?
Oyendo
ésto, Sara subió al piso de arriba de su casa y estuvo tres días y tres noches
sin comer ni beber; lloraba y rezaba sin cesar, pidiéndole a Dios que la
librase de semejante baldón.
Por
entonces llegaron las oraciones de los dos a la presencia gloriosa del Dios
Altísimo y fue enviado el santo ángel Rafael a curarlos a los dos, que habían
elevado sus oraciones a Dios al mismo tiempo.
Palabra del
Señor.
Salmo responsorial Sal 24,
2-3a.4-5ab. 6-7bc. 8-9
R. A
ti, Señor, levanto mi alma.
Dios mío, en
ti confío,
no quede yo
defraudado,
que no
triunfen de mí mis enemigos;
pues los que
esperan en ti
no quedan
defraudados,
mientras que
el fracaso malogra a los traidores. R.
Señor,
enséñame tus caminos,
instrúyeme
en tus sendas,
haz que
camine con lealtad;
enséñame,
porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda,
Señor, que tu ternura
y
misericordia son eternas,
acuérdate de
mí con misericordia,
por tu
bondad, Señor. R.
El Señor es
bueno y recto,
y enseña el
camino a los pecadores;
hace caminar
a los humildes con rectitud,
enseña su
camino a los humildes. R.
EVANGELIO
No es Dios de
muertos, sino de vivos
+ Lectura del santo Evangelio según
San Marcos 12, 18-27
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús saduceos, de los que dicen que no hay
resurrección, y le preguntaron:
–Maestro,
Moisés nos dejó escrito: «Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero
no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano.»
Pues
bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se
casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de
los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando
llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer?
Porque los siete han estado casados con ella.
Jesús
les respondió:
–Estáis
equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios. Cuando
resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán; serán como ángeles del
cielo.
Y
a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de
Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: «Yo soy el Dios de
Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob»? No es Dios de muertos, sino de
vivos. Estáis muy equivocados.
Palabra del
Señor.