sábado, 9 de mayo de 2015

VI DOMINGO DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
El don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 25-26. 34-35. 44-48

Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzó, diciendo:
—«Levántate, que soy un hombre como tú.»
Pedro tomó la palabra y dijo:
—«Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.»
Todavía estaba hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras.
Al oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles.
Pedro añadió:
—«¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?»
Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo.
Le rogaron que se quedara unos días con ellos.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R/.: cf. 2b)
R/. El Señor revela a las naciones su salvación.

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra le ha
dado la victoria, su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.
 
SEGUNDA LECTURA
Dios es amor

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-10

Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como victima de propiciación por nuestros pecados.
Palabra de Dios.
 
Aleluya Jn 14, 23
El que me ama guardará mi palabra
—dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
 
EVANGELIO
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Palabra del Señor.

Mes de María



Mes de María






Acto de contricción
    Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa porque podéis castigarme con las penas eternas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.



Bendita sea tu pureza,
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza,
a ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
yo te ofrezco en este día,
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.



ORACIÓN

      Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno que haya acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza, a vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas favorablemente. Así sea.

      Pidamos las gracias, que deseamos conseguir hoy por intercesión de nuestra Madre, María… Y para ello, la saludaremos con cinco Avemarías y las jaculatorias siguientes:

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mí, miserable pecador.
Avemaría

Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas, para llorar mis pecados.
Avemaría

Reina de cielos y tierra, sed mi amparo y defensa en las tentaciones de los enemigos de mi alma.
Avemaría

Inmaculada hija de Joaquín y Ana, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación.
Avemaría

Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte y abridme las puertas del cielo.
Avemaría

    Gloria al padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


ORACIÓN FINAL

    ¡Oh Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a vos; y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra.

    Madre, aquí tenéis a vuestro hijo. (3 veces)

    En vos, Madre mía dulcísima, he puesto toda mi confianza y nunca jamás seré confundido. Amén.


     Ofrezcamos cada día a la santísima Virgen un obsequio o flor espiritual: obras de misericordia, de piedad, de vencimiento propio, etc.


OFRECIMIENTO A MARÍA DE LA FLOR ESPIRITUAL

    Oh María, prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, huerto cerrado y jardín florido, postrado a vuestras plantas soberanas os ofrezco la flor espiritual de este día, y por ella os suplico me hagáis participante del perfume de vuestras admirables virtudes. Poned estas virtudes en mi corazón, sobre el cual os pido, oh María, dejéis caer el rocío de la divina gracia, de tal manera que dé frutos de justicia y santidad que sean dignos de ser presentados en la mesa del Rey Celestial. Y a esta mesa espero sentarme un día con vos y saciarme de la gloria de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo. Por todos los siglos de los siglos. Amén.

SÁBADO DE LA V SEMANA DE PASCUA

PRIMERA LECTURA
Ven a Macedonia y ayúdanos

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 16, 1-10

En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de un griego y de una judía creyente. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso llevárselo y lo circuncidó, por consideración a los judíos de la región, pues todos sabían que su padre era griego.
Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día.
Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a la frontera de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Troas.
Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Ven a Macedonia y ayúdanos.»
Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 99, 1-2. 3. 5 (R/.: 1)
R/. Aclama al Señor, tierra entera.

Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades. R/.
 
Aleluya Col 3,1
Ya que habéis resucitado con Cristo,
buscad los bienes de allá arriba,
donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios.
 
EVANGELIO
No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo

 +Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 18-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mi antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra."
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.»
Palabra del Señor.