sábado, 23 de febrero de 2013

DOMINGO II DE CUARESMA



PRIMERA LECTURA
Dios hace alianza con el fiel Abrahán

Lectura del libro del Génesis 15, 5-12. 17-18

En aquellos días, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo:
–Mira al cielo, cuenta las estrellas si puedes.
Y añadió:
–Así será tu descendencia.
Abrán creyó al Señor y se le contó en su haber.
El Señor le dijo:
–Yo soy el Señor que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra.
El replicó:
–Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?
Respondió el Señor:
–Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.
Abrán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no escuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres y Abrán los espantaba.
Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán y un terror intenso y oscuro cayó sobre él.
El sol se puso y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados.
Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos:
–A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 26, 1. 7-8a. 8b-9abc. 13-14
R.  El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.
Escúchame, Señor, que te llamo,
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro.» R.
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro;
no rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio. R.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.

SEGUNDA LECTURA
Cristo nos trasformará, según el modelo de su cuerpo glorioso

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 3, 17-4, 1

Hermanos:
Seguid mi ejemplo y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en mí.
Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo:
su paradero es la perdición;
su Dios, el vientre;
su gloria, sus vergüenzas.
Sólo aspiran a cosas terrenas.
Nosotros por el contrario somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.
El transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa, con esa energía que posee para sometérselo todo.
Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona manteneos así, en el Señor, queridos.

Palabra de Dios.

O bien más breve:

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 3, 20-4, 1

Hermanos:
Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.
El transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa, con esa energía que posee para sometérselo todo.
Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona manteneos así, en el Señor, queridos.

Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre:
Este es mi Hijo, el amado; escuchadle.

EVANGELIO
Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 28b-36
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a lo alto de una montaña, para orar. Y mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos.
De repente dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y espabilándose vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:
–Maestro, qué hermoso es estar aquí. Haremos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
No sabía lo que decía.
Todavía estaba hablando cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía:
–Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle.
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA PRIMERA SEMANA DE CUARESMA



PRIMERA LECTURA
Serás el pueblo santo del Señor
Lectura del libro del Deuteronomio 26, 16-19
Moisés habló al pueblo, diciendo:
– «Hoy te manda el Señor, tu Dios,
que cumplas estos mandatos y decretos.
Guárdalos y cúmplelos
con todo el corazón y con toda el alma.
Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone:
Que él será tu Dios, que tú irás por sus caminos,
guardarás sus mandatos, preceptos y decretos,
y escucharás su voz.
Hoy se compromete el Señor a aceptar lo que tú le propones:
Que serás su propio pueblo, como te prometió,
que guardarás todos sus preceptos,
que él te elevará en gloria, nombre y esplendor,
por encima de todas las naciones que ha hecho,
y que serás el pueblo santo del Señor,
como ha dicho.»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 118, 1-2. 4-5. 7-8 (R.: cf. 1)
R. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R.
Tú promulgas tus decretos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus consignas. R.
Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus leyes exactamente,
tú, no me abandones. R.

Versículo antes del evangelio 2Co 6, 2b
Ahora es tiempo favorable,
ahora es día de salvación.

EVANGELIO
Sed perfectos como vuestro Padre celestial
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo.
Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»

Palabra del Señor.