domingo, 13 de octubre de 2013

SANTOS FAUSTO, GENARO Y MARCIAL, Mártires


13 de octubre


 

SANTOS FAUSTO, GENARO
Y
MARCIAL,

Mártires
(¿304? P. C.)

   Prudencio llama a estos santos "las tres Coronas de Córdoba". Su martirio tuvo lugar en aquélla ciudad Andaluza. Primero Fausto, después Genaro y finalmente Marcial, que era el más joven, fueron atormentados en el potro. El juez ordenó a los verdugos que intensificasen gradualmente la tortura hasta que los mártires se decidieran a ofrecer sacrificios a los dioses. Fausto gritó: "¡No hay más que un Dios, que es nuestro Creador!" El juez mandó que le cortasen la nariz, las orejas, los párpados y el labio inferior. A medida que le cortaban esas partes, el mártir prorrumpía en un himno de acción de gracias. Genaro no salió mejor librado que su compañero y, entretanto, Marcial presenciaba con gran constancia el horrible espectáculo, tendido en el potro. El juez le exhortó a obedecer el edicto imperial; pero Marcial respondió resueltamente: "Jesucristo es mi único consuelo. Sólo hay un Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, a quien sean dados todo honor y toda gloria". Los tres mártires fueron condenados a perecer quemados vivos y ofrecieron jubilosamente sus vidas en Córdoba, España.

 

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO



PRIMERA LECTURA
Volvió Naamán al profeta y alabó al Señor

Lectura del segundo libro de los Reyes 5, 14-17

En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Eliseo, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño.
Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo:
—«Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.»
Eliseo contestó:
—«¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.»
Y aunque le insistía, lo rehusó.
Naamán dijo:
—«Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.»
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 (R.: cf. 2b)
R. El Señor revela a las naciones su salvación.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera, gritad, vitoread, tocad. R.

SEGUNDA LECTURA
Si perseveramos, reinaremos con Cristo

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2, 8-13

Querido hermano:
Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David.
Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.
Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna.
Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.
Palabra de Dios.

Aleluya 1 Ts 5, 18
Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.

EVANGELIO
¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11-19

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
—«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo:
—«Id a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo:
—«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo:
—«Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor.