viernes, 27 de septiembre de 2024

SAN VICENTE DE PAUL, Confesor


27 de septiembre
SAN VICENTE DE PAUL,*
Confesor



Quien diere a uno de estos pequeñuelos un vaso de
agua fresca solamente por razón de ser discípulo
mío, os doy mi palabra que no perderá su recompensa.
(Mateo, 10, 42).

   ¡Cómo hablar de todos los infortunios que este santo ha aliviado! Ninguno, al parecer, podría sustraerse de los ardores de su caridad. Expósitos, jóvenes extraviados, niñas en peligro de perderse, mujeres pervertidas, galeotes, cautivos de los moros, obreros inválidos, alienados, mendigos sin techo, todos los infortunados, fueron objeto de su infatigable solicitud. ¡Cuántas obras ha fundado, cuántas se han establecido bajo su patrocinio después de su muerte! ¡Ah!, si un vaso de agua dado a un pobre da derecho a una recompensa, cuál no debe ser la gloria de Vicente en el cielo!

MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR AL PRÓJIMO

   I. Dios promete recompensar a los que dieren por amor a Él un vaso de agua al prójimo. ¡Qué recompensa no dará a los que hayan hecho grandes limosnas y aliviado a sus hermanos en sus necesidades temporales y espirituales! ¡Cuántas ocasiones dejamos escapar de ejercer la caridad! Jesucristo nos pedirá cuenta de ello en el día del juicio. Parece que nuestra salvación depende únicamente del bien o del mal que hubiéramos hecho a nuestro prójimo.

   II. Jesucristo mira como hecho a Él mismo todo el bien o todo el mal que hacemos a nuestro prójimo. Todos los cristianos forman un cuerpo cuya cabeza es Cristo; quien hiere los miembros hiere también la cabeza. ¡Cuál no sería tu dicha, si pudieses dar de comer a Jesucristo, vestirlo y consolarlo! Todo esto haces cuando realizas tus obras de caridad para con los pobres. Aviva tu fe a fin de ver siempre a Jesucristo en la persona de tu prójimo. Fácil te será entonces amarlo, honrarlo y hacerle el bien.

   III. Parece que Dios ha querido hacernos dueños de nuestro destino cuando dijo, en varios lugares del Evangelio, que se nos tratará como nosotros hayamos tratado a nuestro prójimo. Se nos juzgará como hayamos juzgado a los demás; se nos dará si damos; se nos perdonará como hayamos perdonado. Así, pues, sobre nosotros mismos recaerá todo el bien o el mal que hacemos a los demás. ¡Cuán extraño, dice San Agustín, es ver a los hombres maltratarse recíprocamente! ¿Las otras creaturas no proporcionan ya bastantes ocasiones de sufrir?

La caridad para con los pobres
Orad por las Conferencias Vicentinas.

ORACIÓN
   Oh Dios, que para evangelizar a los pobres y realzar el brillo del sacerdocio cristiano, habéis revestido al bienaventurado Vicente de una caridad  y una fortaleza verdaderamente apostólicas, haced, os lo suplicamos, que honrando sus méritos, seamos fortificados por el ejemplo de sus virtudes. Por J. C. N. S Amén.
  



  • * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo III, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)
1

VIERNES DE LA VIGÉSIMA QUINTA SEMANA. SAN VICENTE DE PAÚL, presbítero, m. obligatoria

PRIMERA LECTURA
Todas las tareas bajo el cielo tienen su momento
Lectura del libro del Eclesiastés 3, 1-11
Todo tiene su tiempo y su momento, todas las tareas bajo el cielo: Tiempo de nacer, tiempo de morir, tiempo de plantar, tiempo de arrancar, tiempo de matar, tiempo de sanar, tiempo de derruir, tiempo de construir, tiempo de llorar, tiempo de reír, tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar, tiempo de arrojar piedras, tiempo de recoger piedras, tiempo de abrazar, tiempo de desprenderse, tiempo de buscar, tiempo de perder, tiempo de guardar, tiempo de arrojar, tiempo de rasgar, tiempo de coser, tiempo de callar, tiempo de hablar, tiempo de amar, tiempo de odiar, tiempo de guerra, tiempo de paz.
¿Qué saca el obrero de sus fatigas? Comprobé las ocupaciones que encomendó Dios a los hombres, para afligirlos: Todo lo hizo hermoso y a su tiempo, les dio el mundo para que pensaran, y el hombre no abarca las obras que hizo Dios, del principio hasta el fin.
Palabra de Dios.


Salmo responsorial Sal 143. 1a y 2abc. 3-4
V/. Bendito el Señor, mi Roca.
R/. Bendito el Señor, mi Roca.

V/. Bendito el Señor, mi Roca, mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me ponga a salvo, mi escudo y mi refugio. R/.

V/. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él? , ¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos? El hombre es igual que un soplo, sus días, una sombra que pasa. R/.


EVANGELIO
Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho
+Lectura del santo Evangelio Según San Lucas 9, 18-22
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: ¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo: El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y añadió: El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Palabra del Señor.