sábado, 11 de octubre de 2025

12 octubre. BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL PILAR, Fiesta

PRIMERA LECTURA

Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado

Lectura del primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2

En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas.

Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como había mandado Moisés por orden del Señor.

David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos.

Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 26, 1. 3. 4. 5

R. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R.

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. R.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R.

Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca. R.


SEGUNDA LECTURA

Se dedicaban a la oración, junto con María, la madre de Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 12-14

Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.

Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

Palabra de Dios.


Aleluya Sal 39, 3d. 4a

Afianzó mis pies sobre roca, me puso en la boca un cántico nuevo.

EVANGELIO

Dichoso el vientre que te llevó

 +Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo:

-«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.»

Pero él repuso:

-«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»

Palabra del Señor.

SAN GOMARIO, Confesor

11 de octubre
SAN GOMARIO,*
Confesor



El Señor castiga a los que ama;
y a cualquiera que recibe por hijo suyo, lo azota.
(Hebreos, 12,



San Gomario nació en Brabante, de padres ricos y adictos a Pipino. Cuando éste subió al trono de Francia lo llamó a su corte y le procuró un partido ventajoso desde el doble punto de vista del nacimiento y de la fortuna en la persona de Gwinmaría. Gomario debió sufrir mucho por el carácter vano e intratable de su mujer, pero soportó sus caprichos sin quejarse, esperando de Dios sólo fuerza y consuelo. Terminó por retirarse, con su consentimiento, a una celda próxima a su morada; finalmente, pasó los últimos años de su vida en una ermita, y murió hacia el año 774.
  
MEDITACIÓN
CÓMO DEBEMOS PORTARNOS
EN LAS AFLICCIONES
     I. Siempre tendremos aflicciones en esta vida; nuestro cuerpo es tan débil y está tan expuesto a innumerables enfermedades; nuestra alma está sujeta a tantas pasiones y la malicia de los hombres es tan grande, que siempre tendremos ocasión de ejercer nuestra paciencia. Esperemos esas ocasiones con valor y sin temblar. Preparémonos a soportar todas las tempestades que vemos se precipitan sobre los demás, y digamos a Dios: Señor, heme aquí; estoy dispuesto a llevar mi cruz y a sufrir todo lo que ordenéis o permitáis me suceda. Meditemos sobre los sufrimientos y no los sentiremos. (Tertuliano).
 
   II. Cuando Dios nos envía una prueba, hay que recibirla con humildad como un castigo merecido por nuestros pecados. Un niño que se ve castigado por su padre no se enoja contra él: deplora la pena que su desobediencia le ha causado y promete no volver a caer en su falta. Haz lo mismo cuando Dios te castiga.
 
   III. Hay cristianos a quienes el castigo hace más malos. En lugar de acusar su propia malicia, murmuran contra la divina Providencia y la hacen responsable de los males que sufren. ¡Desventurados! No queréis corregir vuestras faltas en este mundo: vuestras penas no son sino el preludio de los suplicios que os esperan en el infierno. Somos tratados por el hierro y el fuego, pero no nos curamos ni por los cauterios ni por el filo del hierro; y, lo que es más grave, el remedio empeora nuestro estado, (Salviano).
 
La paciencia
Orad por las personas casadas.
 
ORACIÓN
   Oh Dios, gloria y gozo de los ángeles, que habéis hecho célebre por sus milagros a Gomario, el glorioso confesor de vuestro Nombre, sed propicio a los votos de vuestro pueblo, y haced que celebrando su augusta solemnidad, alcance por su intercesión, el puerto de la salvación eterna. Por J. C. N. S. Amén.


* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

SANTA SOLEDAD TORRES ACOSTA, Fundadora

11 de octubre
SANTA SOLEDAD TORRES ACOSTA,
(*)
Fundadora
   La Beata María Soledad Torres Acosta, junto con las Beatas María Mi Desmaisieres, Joaquina de Mas y Vicenta López, forma parte del escuadrón de virtuosas mujeres españolas que alcanzaron un grado de santidad heroica al servicio de los enfermos en el siglo XIX. Los padres de María Soledad eran Francisco Torres y Antonia Acosta, una pareja ejemplar de modestos comerciantes de Madrid. María, la segunda de sus cinco hijos, nació en 1826. La niña que recibió en el bautismo el nombre de Manuela, era apacible y tan generosa que desde pequeña solía ocultar un poco de comida para repartir entre los mendigos y estaba siempre más pronta a enseñar el catecismo a niños pobres que a jugar con ellos. En una época frecuentó el convento de las religiosas de Santo Domingo y parece que se sintió inclinada a ingresar en él, pero finalmente decidió esperar una indicación más clara de la voluntad de Dios.
   La señal llegó cuando el servita Miguel Martínez y Sanz, vicario de parroquia del barrio de Chamberí, angustiado por el crecido número enfermos que había en su distrito, reunió en 1851 a siete mujeres en una comunidad religiosa para que se consagrasen al cuidado de los enfermos. Manuela ingresó en dicha comunidad a los veintiocho años y escogió el nombre de María Soledad, en honor de Nuestra Señora de la Soledad.

SÁBADO DE LA VIGÉSIMA SÉPTIMA SEMANA

PRIMERA LECTURA
Mano a la hoz, madura está la mies

Lectura del Profeta Joel 3, 12-21

Así dice el Señor: Alerta, vengan las naciones al valle de Josafat: allí me sentaré a juzgar a las naciones vecinas.
Mano a la hoz, madura está la mies; venid y pisad, lleno está el lagar.
Rebosan las cubas porque abunda su maldad.
Turbas y turbas en el valle de la Decisión, se acerca el día del Señor en el valle de la Decisión.
El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su resplandor.
El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén alza la voz, tiemblan cielos y tierra.
El Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel.
Sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios, que habito en Sión, mi monte santo.
Jerusalén será santa, y no pasarán por ella extranjeros.
Aquel día los montes manarán vino, los collados se desharán en leche, las acequias de Judá irán llenas de agua, brotará un manantial del templo del Señor, y engrosará el Torrente de las Acacias.
Egipto será un desierto, Edón se volverá árida estepa, porque oprimieron a los judíos, derramaron sangre inocente en su país.
Pero Judá estará habitada por siempre, Jerusalén, de generación en generación.
Vengaré su sangre, no quedará impune, y el Señor habitará en Sión.
Palabra de Dios

Salmo responsorial Sal 96, 1-2. 5-6. 11-12

V/. Alegraos, justos, con el Señor.
R/. Alegraos, justos, con el Señor.
V/. El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y Nube lo rodean, Justicia y Derecho sostienen su trono. R/.
V/. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra.
Los cielos pregonan su justicia y todos los pueblos pregonan su gloria. R/.
V/. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo nombre. R/.

EVANGELIO
¡Dichoso el vientre que te llevó! Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios!

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron! Pero él repuso: Mejor, ¡dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!
Palabra del Señor