El mayor de entre vosotros, pórtese como
el menor.
(Lucas, 22, 26).
San Francisco de Paula, fundador de la
Orden de los Mínimos, abandonó el mundo a la edad de quince años para vivir en
la soledad. Su fama de santidad muy pronto le atrajo gran número de compañeros.
Los soberanos pontífices lo tuvieron en gran estima. El rey Luis XI, al fin de
su vida, lo hizo ir a la corte, con la esperanza de recobrar la salud por su
intercesión. Sanó a gran número de enfermos, y obró una multitud de otros
milagros. Murió en 1508 a la edad de 91 años.