El mayor de entre vosotros, pórtese como
el menor.
(Lucas, 22, 26).
San Francisco de Paula, fundador de la
Orden de los Mínimos, abandonó el mundo a la edad de quince años para vivir en
la soledad. Su fama de santidad muy pronto le atrajo gran número de compañeros.
Los soberanos pontífices lo tuvieron en gran estima. El rey Luis XI, al fin de
su vida, lo hizo ir a la corte, con la esperanza de recobrar la salud por su
intercesión. Sanó a gran número de enfermos, y obró una multitud de otros
milagros. Murió en 1508 a la edad de 91 años.
I. Tanta fue la caridad de San Francisco
de Paula, que quiso que la divisa de su orden fuese: "Caridad". Dio
prueba de su amor a Dios dejando todo para agradarle, despreciando todos los
placeres, y buscando sólo su gloria en todo. Mostró su amor por el prójimo
curando a los enfermos y trabajando con ardor en la salvación de las almas.
¿Cómo imitas tú la caridad de este santo?
II. El aborrecimiento que tenía a su
cuerpo lo hizo abrazar un género de vida severísimo: se alimentaba sólo con
aquello que se permite en la cuaresma, rigurosísima en su tiempo. Quiso que sus
hijos se obligasen por un cuarto voto a practicar la misma austeridad. Un día
este santo condenará tus refinamientos y tus excesos. ¡Su vida fue una continua
cuaresma, y tú no la puedes observar una vez al año! Si pensases en la hiel y
el vinagre que ofrecieron a Nuestro Señor en la cruz, y en el amargo brebaje
que se destina en el infierno para los hombres sensuales, pronto te corregirías
de tu glotonería.
III. Durante toda su vida manifestóse su
humildad, quiso pasar desconocido ante los hombres; fue menester una orden
expresa del Papa para obligarlo a ir a la corte de Luis XI. El nombre de mínimos,
que dio a sus hijos, deja ver a las claras el particular amor que profesaba a
esta virtud. Imitando el ejemplo de este santo, huye de la vanidad en la medida en
que vayas siendo mejor: los otros vicios se desarrollan a fuerza de vicio, la
vanidad hace su pedestal con la virtud misma. (San Euquerio).
La caridad
Orad por el Papa.
Orad por el Papa.
ORACIÓN
Oh Dios, grandeza de los humildes, que
habéis ensalzado al bienaventurado Francisco, vuestro confesor, a la gloria de
la santidad, haced, os lo suplicamos, que por sus méritos y mediante la
imitación de sus virtudes alcancemos felizmente las recompensas prometidas a
los humildes. Por J. C. N. S.
- * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)