sábado, 24 de diciembre de 2011

NATIVIDAD DEL SEÑOR MISA DE MEDIANOCHE


NATIVIDAD DEL SEÑOR

MISA DE MEDIANOCHE

PRIMERA LECTURA

Un hijo se nos ha dado

Lectura del libro de Isaías 9, 1-3. 5-6

El pueblo que caminaba en tinieblas
vio una luz grande;
habitaban tierra de sombras,
y una luz les brilló.

Acreciste la alegría,
aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia,
como gozan al segar,
como se alegran
al repartirse el botín.

Porque la vara del opresor,
y el yugo de su carga,
el bastón de su hombro,
los quebrantaste como el día de Madián.

Porque un niño nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado:
lleva a hombros el principado,
y es su nombre:
«Maravilla de Consejero,
Dios guerrero,
Padre perpetuo,
Príncipe de la paz.»

Para dilatar el principado,
con una paz sin límites,
sobre el trono de David
y sobre su reino.

Para sostenerlo y consolidarlo
con la justicia y el derecho
desde ahora y por siempre.

El celo del Señor lo realizará.

Palabra de Dios.



Salmo responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 11-12. 13(R.: Lc 2, 11)

R.    Hoy nos ha nacido un Salvador:
      el Mesías, el Señor.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R.

Delante del Señor que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.



SEGUNDA LECTURA

Ha aparecido la gracia de Dios a todos los hombres

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito 2, 11-14

      Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y reli­giosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo.
      Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.
Palabra de Dios.

Aleluya  Lc 2, 10-11

Os traigo una buena noticia, una gran alegría: nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.



EVANGELIO

Hoy os ha nacido un Salvador

+Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 1-14

      En aquel tiempo, salió un decreto del emperador Augusto, orde­nando hacer un censo del mundo entero.
      Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.
      También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba en­cinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.

      En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
      Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envol­vió de claridad, y se llenaron de gran temor.
      El ángel les dijo:
      –«No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salva­dor: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»

      De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército ce­lestial, que alababa a Dios, diciendo:
      –«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.»

Palabra del Señor.

MISA DE LA VIGILIA


NATIVIDAD DEL SEÑOR



MISA DE LA VIGILIA

       Estas lecturas se emplean en la misa vespertina del día 24 de diciembre, ya sea antes o después de las primeras Vísperas de Navidad.



PRIMERA LECTURA

El Señor te prefiere a ti

Lectura del libro de Isaías 62, 1-5

Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia,
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «Abandonada»,
ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.

Palabra de Dios.



Salmo responsorial Sal 88, 4-5. 16-17. 27 y 29 (R.: Cf. 2a)

R.  Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.



SEGUNDA LECTURA

Testimonio de Pablo sobre Cristo, hijo de David

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 13, 16-17. 22-25

Habiendo llegado a Antioquía de Pisidia, Pablo se puso en pie en la sinagoga y, haciendo seña de que se callaran, dijo:

–«Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad:

El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso.

Después nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza:

"Encontré a David, hijo de Jesé,

hombre conforme a mi corazón,

que cumplirá todos mis preceptos."

Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús.

Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía:

"Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias."»

Palabra de Dios.



Aleluya

Mañana quedará borrada la maldad de la tierra, y será nuestro rey el Salvador del mundo.



EVANGELIO

Genealogía de Jesucristo, hijo de David

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 1-25

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

 –«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:

«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo

y le pondrá por nombre Emmanuel,

que significa "Dios–con–nosotros".»

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Y sin que él hubiera tenido relación con ella, dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Jesús.

Palabra del Señor.



O bien más breve:

María dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 18-25

      El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

      María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
      José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
      –«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
      Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:
«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel,
que significa "Dios–con–nosotros".»

      Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
      Y sin que él hubiera tenido relación con ella, dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Jesús.
Palabra del Señor.

24 DICIEMBRE MISA MATUTINA


24 DE DICIEMBRE

MISA MATUTINA




PRIMERA LECTURA

El reino de David durará por siempre en la presencia del Señor

Lectura del segundo libro de Samuel   7,1-5.8b-12.14a.16

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán:

–«Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.»

Natán respondió al rey:

–«Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»

Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor:

–«Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré Jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."»



Palabra de Dios.



Salmo responsorial  Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 (R.: cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.



Aleluya

Sol que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna,
Sol de justicia,
ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte.



EVANGELIO

Nos visitará el sol que nace de lo alto

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 67-79

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:

«Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados, de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.»


Palabra del Señor.

NOVENA AL NIÑO JESÚS - DIA NOVENO

Novena al Niño Jesús - Niño Dios

 


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Novena al Niño Jesús - Niño Dios, La Navidad - Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Novena de Aguinaldos Día noveno Diciembre 24
Consideración
La noche ha cerrado del todo en las campiñas de Belén. Desechados por los hombres y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población, y se han refugiado en una gruta que se encontraba al pie de una colina. Seguía a la Reina de los Ángeles el jumento que le había servido de cabalgadura durante el viaje y en aquella cueva hallaron un manso buey, dejado ahí probablemente por alguno de los caminantes que había ido a buscar hospedaje en la ciudad. El Divino Niño, desconocido por sus criaturas racionales, va a tener que acudir a los irracionales para que calienten con su tibio aliento la atmósfera helada de esa noche de invierno y le manifiesten con su humilde actitud, el respeto y la adoración que le había negado Belén.

La rojiza linterna que José tiene en la mano ilumina tenuemente ese pobrísimo recinto, ese pesebre lleno de paja, que es figura profética de las maravillas del altar y de la íntima y prodigiosa unión eucarística que Jesús ha de contraer con los hombres. María está en adoración en medio de la gruta, y así van pasando Pero ha llegado la media noche y de repente, vemos dentro de ese pesebre poco antes vacío, al Dios Niño esperado, vaticinado, deseado durante cuatro mil años con tan inefables anhelos.

A sus pies se postra su Santísima Madre, en los transportes de una adoración de la cual nada puede dar idea. José también se le acerca y le rinde el homenaje con que inaugura su misterioso e imponderable oficio de padre adoptivo del Redentor de los hombres.

La multitud de ángeles que desciende del cielo a contemplar esa maravilla sin par, deja estallar su júbilo y hace vibrar en los aires las alegrías de ese GLORIA IN EXCELSIS, que es el eco de la adoración que se produce en torno al trono del Altísimo y se hace perceptible por un instante a los oídos de la pobre tierra. Convocados por ellos vienen en tropel los pastores de la comarca a adorar al "recién nacido" y a presentarle sus humildes ofrendas.

Ya brilla en Oriente la misteriosa estrella de Jacob; y ya se pone en marcha hacia Belén la caravana espléndida de los Reyes Magos, que dentro de pocos días vendrán a depositar a los pies del Divino Niño el oro, el incienso y la mirra, que son símbolos de la caridad, de la oración y de la mortificación.

¡Oh adorable Niño! Nosotros también, los que hemos hecho esta novena para prepararnos al día de vuestra Navidad, queremos ofreceros nuestra pobre adoración; no la rechacéis; venid a nuestras almas, venid a nuestros corazones llenos de amor. Encended en ellos la devoción a vuestra Santa Infancia, no intermitente y sólo circunscrita al tiempo de vuestra Navidad, sino siempre y en todos los tiempos; devoción que fiel y celosamente propagada nos conduzca a la vida eterna, librándonos del pecado y sembrando en nosotros todas las virtudes cristianas.




Oración para todos los días:

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él, os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.

(Se reza tres veces el Gloria al Padre)



Oración a la Santísima Virgen (Para todos los días)

Soberana María, que por vuestras grandes virtudes, y especialmente por vuestra humildad merecisteis que todo un Dios os escogiese para Madre suya; os suplico que Vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo.

(Se reza tres veces el Avemaría )



Oración a San José (Para todos los días)

!Oh Santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abraséis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente mientras en su divina Esencia lo veo y le gozo en el cielo. Amén.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)



Aspiraciones (Para todos los días)

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado, ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Oh Adonaí potente que a Moisés hablando de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah, ven prontamente para rescatamos, y que un Niño débil muestre fuerte brazo!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto

¡Oh raíz sagrada de Jesé, que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño que has sido llamado lirio de los valles, bella flor del campo!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto

¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas del regio palacio! ¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano de la cárcel triste que labró el pecado!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! ¡Niño tan precioso, dicha del cristiano luzca la sonrisa de tus dulces labios!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Espejo sin mancha, Santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado, y en forma de niño da al mísero amparo!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Rey de las naciones Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado, luce hermosa estrella, brota flor del campo!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Ven que ya María previene sus brazos, do su Niño vean en tiempo cercano!

¡Ven que ya José con anhelo sacro se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto

¡Del débil auxilio; del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Vé ante mis ojos de Ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos! ¡Prosternado en tierra te tiendo los brazos, y aún más que mis frases te dice mi llanto!

Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

¡Ven salvador nuestro por quien suspiramos!

¡Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!



Oración al Niño Jesús (Para todos los días)

Acordaos, oh dulcísimo Niño Jesús, que dijísteis a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado". Llenos de confianza en Vos, oh Jesús, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayudadnos a llevar una vida santa para conseguir una eternidad bienaventurada. Concedednos, por los méritos infinitos de vuestra encarnación y de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto (Se hacen peticiones en silencio).
Nos entregamos a Vos, oh Niño omnipotente, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén




Siguiendo la tradición Cristiana, Católica de nuestros padres, el tiempo de Navidad es un tiempo de esperanza, de amistad, de reconciliación, de paz y de renovación de nuestra fe.

El nacimiento del Niño Jesús abre el Nuevo Testamento de la Palabra de Dios hecha hombre. Esta dulce historia nos toca el corazón cada año, y es una gran oportunidad para iniciar a los niños en el Cristianismo.

Que no nos falte el pesebre, los villancicos, los adornos navideños y el recogimiento familiar mientras recordarnos las hermosas escenas de la Navidad, y que abunde la alegría en nuestros hogares en este tiempo tan hermoso cada año.

Y que el Niño Dios nos llene de fervor y de paz, que nos conceda las peticiones que hacemos en esta novena. Amén