2 de agosto
NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES,
Patrona de Costa Rica
NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES,
Patrona de Costa Rica
La ciudad de
Cartago, como muchas otras en la época colonial, segregaba a los blancos de los
indios y mestizos. A todo el que no fuera blanco puro se le había prohibido el
acceso a la ciudad, donde una cruz de piedra señalaba la división y los
límites.
Estamos en los alrededores del año 1635,
en la sección llamada "Puebla de los Pardos" y Juana Pereira, una
pobre mestiza, se ha levantado al amanecer para, como todos los días, buscar la
leña que necesita. Es el 2 de agosto, fiesta de la Virgen de los Angeles, y la
luz del alba que ilumina el sendero entre los árboles, le permite a la india
descubrir una pequeña imagen de la Virgen, sencillamente tallada en una piedra
oscura, visiblemente colocada sobre una gran roca en la vereda del camino. Con
gran alegría Juana Pereira recogió aquel tesoro, sin imaginar que otras cinco
veces más lo volvería a hallar en el mismo sitio, pues la imagen desaparecía de
armarios, cofres, y hasta del sagrario parroquial, para regresar tenazmente a
la roca donde había sido encontrada. Entonces todos entendieron que la Virgen
quería tener allí un lugar de oración donde pudiera dar su amor a los humildes
y los pobres.
La imagen, tallada en piedra del lugar,
es muy pequeña, pues mide aproximadamente sólo tres pulgadas de longitud.
Nuestra Señora de los Ángeles lleva cargado a Jesús en el brazo izquierdo, en
el que graciosamente recoge los pliegues del manto que la cubre desde la
cabeza. Su rostro es redondeado y dulce, sus ojos son rasgados, como achinados,
y su boca es delicada. Su color es plomizo con algunos destellos dorados como
diminutas estrellas repartidas por toda la escultura.
La Virgen se presenta actualmente a la
veneración de sus fieles en un hermoso ostensorio de nobles metales y piedras
preciosas, en forma de resplandor que la rodea totalmente, aumentando
visualmente su tamaño. De la base de esta "custodia" brota una flor
de lis rematada por el ángel que sostiene la imagen de piedra. De esta sólo se
ven los rostros de María y el Niño Jesús, pues un manto precioso la protege a
la vez que la embellece.
La "Negrita" como la llama el
cariño de los costarricenses, fue coronada solemnemente el 25 de abril de 1926.
Nueve años más tarde, su Santidad Pío XI elevó el Santuario de la Reina de los
Angeles a la dignidad de Basílica menor.
A Cartago llega un constante peregrinar
de devotos que vienen a visitar a su Madre de los cielos; muchos entran de
rodillas, como acto de humildad y de acción de gracias y luego van a orar ante
la roca donde fue hallada la bendita imagen. Esta piedra se ha ido gastando por
el roce de tantas manos que la acarician agradecidas mientras oran, dan gracias
y piden alivio a su dolor, sus sufrimientos o sus necesidades. Debajo de esta
piedra brota un manantial cuyas aguas recogen los que acuden en busca de la
misericordia y la salud. El agua es signo del bautismo. No hay otra cosa
que mas quiera la Virgen a que vivamos profundamente las gracias de nuestro
bautismo.