3 de abril
SAN RICARDO,(*)
Obispo y Confesor
Bienaventurados los pobres de
espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.(Mateo, 5, 3).
porque de ellos es el reino de los cielos.(Mateo, 5, 3).
San Ricardo, obispo de
Chichester, insumía todas sus entradas en el alivio de los pobres. Quejóse
su intendente un día de que sus limosnas excedían a sus entradas;
respondióle el santo que no quedaba otro remedio que vender la vajilla y
el caballo para equilibrarlas. Mostró Dios, mediante diversos milagros,
cuánto le agradaba esta caridad. Un día el santo alimentó a mil personas
con un solo pan. Fundó asilos para sacerdotes ancianos y para pobres.
Murió invocando a María y abrazando la cruz, en el año 1253, en el noveno
de su episcopado y a los 56 de edad.
I. Sea que Dios te haya hecho
nacer pobre, o que tú mismo te hayas despojado de tus bienes para abrazar
la pobreza religiosa, ama tu pobreza. Sé verdaderamente pobre de espíritu,
y reprime todo deseo inquieto de poseer; espera la herencia que Dios te
promete, es decir, la posesión de su gloria. No busques otro tesoro que la
gracia de Dios; poseyéndola poseerás a Dios mismo y serás feliz. Quien
posee a Dios, ¿no es acaso suficientemente rico?
II. Si estás en una situación
intermedia entre la opulencia y la pobreza, no trates de elevarte. Mira a
los que son más pobres que tú, y estarás contento de tu medianía; darás
gracias a Dios de que te haya puesto en el estado que anhelaba Salomón
cuando decía: Señor, no me deis ni la pobreza ni la riqueza; concededme
sólo lo que necesito para mi subsistencia. (Proverbios).
III. Si eres rico, mantente
alerta; las promesas de Jesucristo no son para ti. Si tu corazón está
adherido a tus riquezas, corres riesgo de perder el cielo. ¡Ah! ¡cuán
difícil es no amar lo que se posee! ¿Cómo menospreciarás aquello que te
obtiene estima y consideración? ¡Oh ricos, cuán peligrosa es vuestra
condición! ¡Cuán de temer que, por haber gozado de los bienes de la
tierra, no seáis privados de los bienes del cielo!
El amor al prójimo
Orad por los pobres.
ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente,
que la augusta solemnidad del bienaventurado Ricardo, vuestro confesor y
pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la
salvación. Por J. C. N. S.
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- * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)
