sábado, 10 de noviembre de 2012

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO


DOMINGO XXXII
DEL TIEMPO ORDINARIO
PRIMERA LECTURA
La viuda hizo un panecillo y lo llevó a Elías
Lectura del primer libro de los Reyes 17, 10-16
En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo:
– «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.»
Mientras iba a buscarla, le gritó:
–«Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.»
Respondió ella:
– «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo come­remos y luego moriremos.»
Respondió Elías:
– «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero pri­mero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después.
Porque así dice el Señor, Dios de Israel:
"La orza de harina no se vaciará,
la alcuza de aceite no se agotará,
hasta el día en que el Señor envíe
la lluvia sobre la tierra."»
Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo.
Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se ago­tó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 145, 7. 8-9a. 9bc- 10     (R.: 1)
R. Alaba, alma mía, al Señor.
O bien:
      Aleluya.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.

SEGUNDA LECTURA
Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos
Lectura de la carta a los Hebreos 9,24-28
Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres –imagen del auténtico–, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.
Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces –como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo–. De hecho5 él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio.
De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos.
La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos.
Palabra de Dios.

Aleluya Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

EVANGELIO
Esa pobre viuda ha echado más que nadie
+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo:
– «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pre­texto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo:
– «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»
Palabra del Señor.

SÁBADO DE LA TRIGÉSIMA PRIMERA SEMANA



PRIMERA LECTURA
Todo lo puedo en aquel que me conforta
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 4, 10-19
Hermanos:
Como fiel de Cristo,
me alegré muchísimo de que ahora por fin
pudierais expresar el interés que sentís por mí;
siempre lo habíais sentido,
pero os faltaba la ocasión.
Aunque ando escaso de recursos, no lo digo por eso;
yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia.
Sé vivir en pobreza y abundancia.
Estoy entrenado para todo y en todo:
la hartura y el hambre, la abundancia y la privación.
Todo lo puedo en aquel que me conforta.
En todo caso hicisteis bien en compartir mi tribulación.
Vosotros los filipenses sabéis además
que, desde que salí de Macedonia y empecé la misión,
ninguna iglesia, aparte de vosotros,
me abrió una cuenta de haber y debe.
Ya a Tesalónica me mandasteis más de una vez
un subsidio para aliviar mi necesidad;
no es que yo busque regalos,
busco que los intereses se acumulen en vuestra cuenta.
Este es mi recibo: por todo y por más todavía.
Estoy plenamente pagado
al recibir lo que me mandáis con Epafrodito:
Es un incienso perfumado,
un sacrificio aceptable que agrada a Dios.
En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia,
conforme a su riqueza en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 111, 1-2. 5-6. 8a y 9
R.  Dichoso quien teme al Señor.
O bien:
      Aleluya.
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo. R.
Su corazón está seguro, sin temor;
reparte limosna a los pobres,
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R.

EVANGELIO
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 16, 9-15
En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:
–Ganaos amigos con el dinero injusto, para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo:
–Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro.
La arrogancia con los hombres, Dios la detesta.
Palabra del Señor.