jueves, 7 de noviembre de 2024

SAN FLORENCIO, Obispo y Confesor



7 de noviembre
SAN FLORENCIO,
Obispo y Confesor

Si tu hermano pecare contra ti,
 ve y corrígelo estando a solas con él.
(Mateo, 18, 15).

   El rey Dagoberto II, hacia el año 678, decidió nombrar obispo de Estrasburgo al ermitaño San Florencio que, desde hacía una veintena de años, vivía en un yermo al pie del Ringelberg. Teníaselo por oriundo de Irlanda. Fundó el monasterio de Haslach, y atrajo a Estrasburgo a muchos monjes, sobre todo irlandeses, para los cuales edificó la abadía de Santo Tomás. Murió hacia el año 693.

MEDITACIÓN
SOBRE LA IRA

   I. Considera los efectos de la ira, y aborrecerás este vicio. La ira o cólera te vuelve insoportable a ti mismo, turba la paz de tu alma y arruina la salud de tu cuerpo; además, te hace odioso a tu prójimo, porque nadie quiere conversar con un hombre que se arrebata por las cosas más insignificantes. ¡He merecido yo el infierno por mis crímenes, y no quiero sufrir nada para expiarlos! ¡Los santos soportaron el martirio por Jesucristo, y yo me irrito por una palabra! Si consideras que lo que te contraría te sucede por la permisión de Dios, te someterás a sus órdenes sin quejarte y sin dejarte llevar por la cólera. Los bienes y los males, la vida y la muerte, la pobreza y la riqueza, vienen de Dios. (Eclesiastés).

   II. ¡Cuántas faltas no arrastra consigo la cólera! Las injurias, las calumnias, las enemistades, las muertes y las guerras, son los funestos efectos de este vicio. Para corregirte de él, acuérdate de la paciencia que Jesucristo te ha enseñado con sus palabras y con sus ejemplos. ¿Acaso Dios echa mano del rayo todas las veces que lo ofendes? Nada emprendas, nada resuelvas en el momento de la ira; deja que primero se calme la tempestad.

   III. Alguien te ha ofendido, vete a buscarlo cuando se ha calmado tu cólera, hazle ver su falta con dulzura y caridad: te escuchará infaliblemente y reconocerá sus yerros. Reconcíliate con él lo antes posible; cuando tuviere falta, no vaciles en prevenirlo. Si falta a su deber, ¿no faltas tú al consejo que Jesucristo te da?; perdónalo, no sea que te vuelvas tú malo como él. ¿Has recibido una injuria? Perdona a fin de que no haya dos culpables.

La mansedumbre 
Orad por los que os hacen mal. 

ORACIÓN
   Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Florencio, vuestro confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén

JUEVES DE LA TRIGÉSIMA PRIMERA SEMANA


PRIMERA LECTURA
Eso que para mí era ganancia, lo consideré pérdida comparado con Cristo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 3, 3-8a
Hermanos: Los circuncisos somos nosotros, que servimos a Dios desde dentro, y que ponemos nuestra gloria en Cristo Jesús, sin confiar en lo exterior.
Aunque lo que es yo, ciertamente tendría motivos para confiar en lo exterior, y si algún otro piensa que puede hacerlo, yo mucho más: circuncidado a los ocho días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo por los cuatro costados, y, por lo que toca a la ley, fariseo; si se trata de intransigencia, fui perseguidor de la Iglesia, si de ser justo por la ley, era irreprochable.
Sin embargo, todo eso que para mí era ganancia, lo consideré pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida, comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 104. 2-3. 4-5. 6-7
V/. Que se alegren los que buscan al Señor.
R/. Que se alegren los que buscan al Señor.

Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas; gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. R/.

Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R/.


EVANGELIO
Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta

+Lectura del santo Evangelio según San Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle.
Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos:
Ese acoge a los pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta parábola: Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicitadme! , he encontrado la oveja que se me había perdido.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles: ¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido.
Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.

Palabra del Señor.