18 de abril
BEATA MARÍA DE LA ENCARNACIÓN,
Viuda
BEATA MARÍA DE LA ENCARNACIÓN,
Viuda
Desde muy niña fue encomendada como
interna a las Hermanas Menores de la Humildad de Longchamp para que recibiera
una digna educación.
Estimulada por el amor divino que ardía
en su corazón, pronto concibió un entrañable tedio a todas las cosas de la
tierra.
Su madre juzgó que su hija mudaría de
actitud obligándola a alternar en el mundo con lo más granado de la sociedad,
pero, viéndola cada día más retraída, mudó de proceder tratándola con rigores y
aspereza.
Frustrados sus anhelos de vida religiosa,
tuvo que acceder al deseo de sus padres tomando por esposo a Pedro Acarie,
señor noble y cristiano con el que tuvo siete hijos.
Se dedicó por entero a la educación de
sus hijos y a ayudar a toda clase de necesitados.
Fue muy apreciada por los hombres y
mujeres más insignes de su tiempo.
En 1601, leyendo las obras de Santa
Teresa, se sintió inspirada para introducir en Francia la reforma de esta gran
carmelita y así inició su fundación y consiguió la autorización real y la bula
pontificia para construir el primer monasterio.
Después de muchas dificultades, llegaron
por fin de España seis carmelitas descalzas y entre éstas la sierva de Dios Ana
de Jesús y la Beata Ana de San Bartolomé, iniciando en París la vida regular.
Seguidamente cooperó nuestra beata en la
fundación de Pontoise de Digione y de Amiens en el que vio con alegría ingresar
a tres de sus hijas. Por todos es considerada como la "Madre y fundadora del Carmelo
Teresiano en Francia".
Fallecido su esposo en 1613, vio por fin
llegado el momento de poder realizar sus anhelos de vida religiosa ingresando
ella también como hermana conversa y eligiendo para esto el convento más lejano
y más pobre que era el de Amiens donde vistió el hábito el 7.4.1614.
Por su delicado estado de salud, el 7 de
diciembre 1616 fue enviada al Carmelo de Pontoise, donde, confortada por el
viático y por éxtasis y visiones celestiales, entregó su alma al Señor el 18 de
abril 1618.
El Papa Pío VI la beatificó el 5 de junio
1791.
Su cuerpo reposa en la capilla del
convento de Pontoise.
Su fiesta se celebra el 18 de abril.
Buen modelo para casados y
religiosos es nuestra Beata.
En sus treinta años de vida matrimonial
sólo pretendió corresponder a la gracia del Señor por el perfecto cumplimiento
de sus deberes, probando así cómo los cónyuges pueden alcanzar la santidad en
su estado.
Demostró su adhesión a la Santa Sede
cuando la herejía protestante se extendía por Francia y se prodigó moral y
materialmente durante el asedio de Paris, ardiendo de celo por la salvación de
las almas y manifestándose favorecida por Dios con gracias místicas
extraordinarias. Su sobrino, el Cardenal de Berulle, la veneraba como madre y
san Francisco de Sales fue su director espiritual y seguro consejero.
Sobresalió siempre por Su vida de oración
y por su celo en la propagación de la fe.
Como religiosa, edificó constantemente
por su plena sumisión, su espíritu de pobreza y su caridad con los enfermos.
Favorecida por Dios con dones
excepcionales, prefirió la sencillez en la práctica de las más sólidas virtudes
comunes.
Sus enseñanzas
- que las familias cristianas
sean escuela de santidad.
- que seamos celosos apóstoles de
nuestro mundo.
- que sepamos descubrir el valor
insustituible de la oración.
- que nunca nos cansemos de hacer
el bien a todos.
ORACIÓN
Señor, tú concediste a la Beata María de
la Encarnación, insigne propagadora del Carmelo teresiano, una fortaleza
singular para servirte en los diversos estados de la vida cristiana y superar
todas las dificultades; haz que también nosotros sepamos vencer todo obstáculo
y nos mantengamos fieles en tu servicio, amándote con corazón sincero. Amén.