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SAN POLlCARPO,*
Obispo y Mártir
Bienaventurados los que tienen hambre y
sed
de la justicia, porque ellos serán saciados.(San Mateo, 5, 6).
de la justicia, porque ellos serán saciados.(San Mateo, 5, 6).
MEDITACIÓN
SOBRE LA JUSTICIA
I. Da a Dios lo que le debes: obediencia como a tu soberano,
amor y reconocimiento como a tu padre y bienhechor. ¿De quién has recibido más y
de quién esperas más? Es pues muy justo que lo ames sobre todas las cosas, y que
pierdas tus riquezas, tus honores y tu vida antes que ofenderlo. ¿Cómo te
conduces con Dios? Si no le tributas los deberes que la justicia te impone, un
día experimentarás los terribles efectos de su cólera. ¡Ah! Señor, no entres
a juicio con tu siervo (Salmo 142).
II. Debes respeto y obediencia a tus superiores como a
Jesucristo; debes amar a tus iguales como a hermanos; debes tener caridad para
tus inferiores, pues son miembros de Jesucristo. Interpreta para bien todos los
actos de tu prójimo, y no te inquietes por lo que se piense de ti. Piensa de
Agustín lo que quieras, con tal que mi conciencia nada me reproche delante de
Dios. (San Agustín).
III. Hazte justicia a ti mismo, poniéndote debajo de todos
los demás; condena tus faltas; cuando te acusen, rara vez toma la palabra para
defenderte. Sujeta tu cuerpo a tu alma, tu alma a la razón y tu razón a Dios: he
aquí el orden establecido por Dios y que debes observar. Júzgate tú mismo con
tanta severidad cuanta empleas en criticar los actos de los demás, y nada
tendrán los hombres que reprenderte.
Orad por la conversión de los herejes.
ORACIÓN
Oh Dios, que cada año
nos dais un nuevo motivo de gozo con la solemnidad del bienaventurado Policarpo,
vuestro pontífice mártir, haced que celebrando su nacimiento al cielo,
experimentemos los efectos de su protección. Por N. S. J. C. Amén.
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